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Buen “parto” con un desopilante cargoso
Habia una vieja comedia con Steve Martin y John Candy, «Autos, trenes, aviones», con una premisa bastante similar a la de esta «Todo un parto», sólo que aquí el director Todd Philips lleva la misma idea a sus limites extremos logrando momentos hilarantes sin desperdicio. Robert Downey Jr. es un arquitecto bastante tenso por el inminente nacimiento de su primer hijo, al que obviamente quiere llegar a tiempo en Los Angeles. Sólo que cuando está por tomar el avión en el aeropuerto de Atlanta se topa con otro pasajero que es una verdadera pesadilla, un gordo impresentable capaz de decir y hacer las estupideces más increíbles, que pronto lo lleva a una situacion horrible: bajado del avión a la fuerza, disparado con una bala de goma, sin billetera ni equipaje, en la lista de los que no pueden viajar en avión por no comportarse debidamente en vuelo.
Una vez en tierra, y realmente lejos de Los Angeles dadas las nuevas coordenadas de la situación, el arquitecto no tiene otra opción más que aceptar que el otro pasajero -también bajado del avión a la fuerza- lo lleve a su destino en un auto alquilado, lo que implica viajar por medio Estados Unidos casi sin dinero, con un compañero de costumbres indescriptibles, igual que las de su perro onanista.
Al talento del dúo estelar hay que agregar muy buenas actuaciones de todo el elenco, empezando por la dealer de marihuana «medicinal» Juliette Lewis -su producto tendrá protagonismo en una de las escenas mas salvajes del film- y Jaimie Foxx, que protagoniza uno de los gags mas eficaces y pesados en su delirante humor negro, el tipo de escena que justifica por si sola la vision de una película como esta.
Es cierto que el director Philips repite cosas de comedias previas como «Viaje censurado» y la mas reciente «¿Qué pasó ayer?», pero por otro lado dado que el resultado vuelve a liquidar de risa al espectador, no se puede hacer otra cosa que recomendar especialmente esta «Todo un parto».
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