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Buena perspectiva para la ganadería argentina
Según el último reporte del USDA, la producción de carne bovina argentina se proyecta en 2,68 millones de toneladas, el volumen más bajo en los últimos cuatro años, debido a una caída en el número de bovinos faenados. También se espera que más animales se terminen con granos (en feedlots), dados los precios favorables de los cereales y la oportunidad de agregar valor a la producción de maíz.
A su vez, el menor nivel de faena proyectado se fundamenta en una retención moderada de hembras (terneras, vaquillonas y vacas) ya que hay expectativas de mejora en el sector ganadero, por lo tanto se intenta aumentar el stock con mayor nacimientos de terneros.
El USDA indicó que las exportaciones de carne alcanzarían el año próximo un volumen de 280 mil toneladas, el nivel más alto de los últimos siete años,
"La mayoría de los exportadores sostiene que la nueva administración nacional, que asumirá el cargo en diciembre introducirá cambios en las políticas que mejoren la competitividad de las exportaciones del sector", manifestó el informe. Además precisa que "gran parte de la industria espera que estas políticas se modifiquen dentro de los primeros meses" al identificar las actuales "limitaciones" para vender al exterior y "a los impuestos a la exportación del 15%".
Dentro de estas expectativas favorables, los operadores esperan que las exportaciones argentinas de carne fresca a los Estados Unidos se reanuden a principios del año próximo. Si bien hay incertidumbre sobre el estado de las futuras importaciones chinas, los operadores aguardan que el país asiático continúe ampliando las compras argentinas durante el próximo año.
Las existencias alcanzarían durante el año próximo a 53,2 millones de cabezas, el nivel más alto desde 2008, según señala el USDA, que estima que entre un 70% y el 80% del ganado vacuno en la Argentina se termina en confinamiento con granos lo que constituye un nivel récord.
Respecto de la demanda doméstica, el informe calculó que durante el año próximo se consumirán 2,4 millones de toneladas, el volumen más bajo desde 2011, por lo que el consumo per cápita podría caer a 56 kilos, frente a los 59 kilos de 2015.
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