3 de noviembre 2014 - 00:00

Charlas de quincho

Quinchos tan cargados como la semana que empieza, con la Presidente internada ayer por un proceso febril, a la espera de que su salud le permita sostener mañana la prevista reunión y firma de protocolos con Michelle Bachelet. En diferentes ámbitos, seguimos al gobernador bonaerense, que se encontró en pagos massistas con el jefe de Gabinete, y en Mendoza con su par Francisco Pérez, a quien lo une ya un vínculo cercano a la alianza, y no le perdimos pisada al jefe de Gobierno porteño, ni en sus tenidas secretas de la semana (con un expresidente chileno, entre ellas) ni en sus apariciones y gestos públicos. Después de pasar revista a saraos radicales y de consejeros de la Magistratura porteña, terminamos con un quincho top de invitados exclusivos a muestra de Antonio Berni. Veamos.

Daniel Scioli y Karina Rabolini acompañaron al “Tyson del Abasto”, Víctor Ramírez, en el triunfo del sábado en Mendoza. Después, asado y negociación en una bodega con el gobernador Francisco Pérez.
Daniel Scioli y Karina Rabolini acompañaron al “Tyson del Abasto”, Víctor Ramírez, en el triunfo del sábado en Mendoza. Después, asado y negociación en una bodega con el gobernador Francisco Pérez.
Difícil imaginar una semana tan cargada de actividad quinchesca en todos los niveles, con reuniones benéficas, asados políticos, tenidas deportivas con knock out en el segundo round, pero también discretísimas reuniones entre dirigentes y visitantes externos en las que se desmadejaron las tramas del año electoral. Cristina de Kirchner permaneció en Olivos tratando de recuperarse de unas fiebres que la llevaron anoche a internarse en el sanatorio Otamendi (era una infección felizmente no respiratoria). Debe recuperarse para una agenda que la tendrá fuera de Buenos Aires y un rato largo. El jueves se despide con un acto en Florencio Varela, se va a Santa Cruz el fin de semana, inaugura un hospital en un predio militar, se va la semana que viene a Brisbane, Australia, donde sesionarán los jefe de Estado del G-20, que ha aceptado discutir el tema buitres, pero bajo lemas eufemísticos que no hieran el duro cuero de EE.UU. y Alemania; discutirán sobre negociación de la deuda. La Presidente agita con actos y proyectos el último tramo de su Gobierno, y con el anuncio de la renuncia de Raúl Zaffaroni a la Corte se ha quedado con una pieza de artillería formidable para enloquecer a la oposición. Cumplirá con el mandato de proponer un nuevo integrante antes del 30 de enero y buscará quebrar el argumento de que no puede proponer la quinta silla porque está a un año de irse de la presidencia. Lo hará ofreciendo el cargo a una personalidad -cuyo nombre no le dirá a nadie hasta el anuncio- de talla en lo jurídico, que obligue a la oposición a elegir entre dos caminos: o aceptarlo, con lo cual retrocederá en su empecinamiento de dejar la designación para después de 2015, o rechazarlo, exponiéndose al costo de castigar en público a una personalidad de encantos -técnicos y profesionales, se entiende- irresistibles. Es una ecuación más que simple: ningún bloque del Senado tiene los 2/3 de los votos para nombrar un juez. O hay acuerdo, o hay guerra. Estos debates siempre se cargan de prejuicios y muchos presumen que un Gobierno querría jueces adictos, pero los políticos saben que esas adicciones nunca rinden fruto, y lo sabe Carlos Menem, que tuvo una Justicia -se presume- adicta, y no ha dejado de pasear por los tribunales. En el interés del Gobierno está más exponer a la oposición a que retroceda o que se ensañe injustamente con un candidato ilustre que en colocar a un amigo. Porque, si se miran los hechos desde 2003, nadie parecía más amigo del Gobierno que un Zaffaroni o un Ricardo Lorenzetti en una Corte a la que el Gobierno le ha reprochado fallos como los que obligan a pagar jubilaciones o las puertas que dejó abiertas en la ley de medios. En síntesis, que Cristina de Kirchner se prepara para un verano animadísimo, en el cual el debate sobre el candidato a la Corte tapará los otros sobre candidatos a las elecciones, que sueñan con la vidriera veraniega para descontar diferencias.



Antes de eso, mañana, Cristina recibirá por unas horas a Michelle Bachelet, con quien firmará algunos protocolos -los definía anoche, apenas llegó a Buenos Aires, el canciller Héctor Timerman-, compartirán un almuerzo y después se sentarán ante una pantalla para cruzar saludos con el papa Francisco. Todo esto, claro, si la salud presidencial permite tanto movimiento. Este programa encierra su historia: 1) es un acto más que importante porque este año se cumplen los 30 del tratado del Beagle y 5 del de Maipú, firmado por las dos presidentas. 2) Ambas mandatarias le quitaron todo el aire castrense que tenía el formato original; después de todo, el tratado de 1984 fue para evitar una guerra que tenía a los militares como protagonistas. 3) Hubo alguna fricción por el lugar del encuentro. Bachelet ya estuvo este año en Buenos Aires y pidió que Cristina viajase a Chile. Le dijeron que los viajes de la Presidente están muy limitados y que ya tenía varios comprometidos. 4) Cedió Bachelet, que viene de una maratón por España y Alemania que terminó este fin de semana y que acepta este segundo viaje en un año. 5) El motivo es que ofrecieron la videoconferencia con el Papa, algo que le interesa mucho a Bachelet porque ella no es una creyente que la acerque mucho al personaje, pero tiene ruidos serios en su gabinete con la Iglesia. La DC, que forma parte de la alianza, es un partido confesional que está en tensión con los grupos más liberales que promueven una reforma educativa que, seguramente, afecta a instituciones religiosas. Aparecer junto al Papa será un alivio en esos entuertos y también vale el viaje. 6) Había que moverle la agenda al Papa para que participase de esa videconferencia y se ocuparon de eso tres embajadores. Ginés González García operó sobre La Moneda con la idea del diálogo; Juan Pablo Cafiero (saliente representante ante el Vaticano) se fue el martes pasado a la residencia de Santa Marta y le sacó una fecha a Francisco. Eduardo Valdés (entrante en la Santa Sede) habló el jueves con el Pontífice, quien le confirmó la videocita. Valdés tiene un interés supremo en la reunión de mañana porque ha sido asesor del grupo América, que está interesado en la construcción de un túnel binacional con Chile, sobre el cual se firmará mañana un documento para acelerar la contratación de los estudios de factibilidad. 7) Queda pendiente la respuesta a la pregunta que hizo Bachelet en el último viaje: "¿Acá nunca entregan las llaves de la ciudad a los visitantes que son presidentes?". Se enteró Macri, pero esta vez no hay tiempo, a menos que le habiliten hora en la Embajada de Chile mañana, antes de que regrese Bachelet a su país.



Bajo un manto de neblina y con el agua más arriba que nunca, se deslizaron también en diversas sedes encuentros que tienen más música que letra. Por ejemplo, la sorpresiva aparición el sábado de Jorge Capitanich en el Tigre en un acto local junto a Daniel Scioli y Diego Bossio, en el cual usaron los santuarios de Sergio Massa para hacer la suya: estuvieron en el teatro Niní Marshall y en el Puerto de Frutos, lugar de que asistió a un diálogo discretísimo del jefe de Gabinete con el gobernador, que le puso más vela a esa presunción de que la orden que se han pasado los peronistas entre ellos es que hay que rodear a Scioli y dejar de hostigarlo para no esmerilar su buena posición como candidato eventual de un peronismo único. En ese cruce de palabras acordaron que el gobernador visitará antes de fin de año Chaco, plaza de Capitanich, en un programa al que estarán invitados, en fechas sucesivas, los demás presidenciables del PJ. Scioli teje y teje, y atendió la zozobra de los inundados en Luján con la contracción del gobernante, pero también con la del vecino, porque su casa de La Ñata también está rodeada por el agua, que subió en la zona de Benavídez ya tres metros. Se dio tiempo el viernes para una jugada doble: apareció en Mendoza para acompañar a su crédito boxístico, Víctor Ramírez (a) El Tyson del Abasto, que enfrentaba al estadounidense Deon Elam en el estadio de la ciudad de San Martín. Apareció allí con Karina Rabolini y un pequeño grupo de acompañantes y con el gobernador local, Francisco Pérez, con quien Scioli ha hecho una relación que está cada vez más cerca de la alianza. La pelea de Ramírez era de semifondo -la principal era entre dos damas del ring- y empezó mal para él, porque el norteamericano le hizo besar la lona dos veces en el primer round. Cuando tocó la campana para el segundo, el "Tyson del Abasto" le puso una mano a Elam y lo durmió. Nadie lo podía creer, ni los venidos de afuera como Scioli. Los relatores del rubro ya lo llaman el knock out del año. Pasados los festejos, "Paco" Pérez llevó a los invitados a una bodega de la familia Zuccardi en la que les dio un asado con verduras a la parrilla que entretuvo a todos hasta después de la medianoche. Como ocurre entre políticos, casi no se habló de política, asunto que se le deja a los periodistas y comentaristas. Fue un torneo de gestos en torno del relato de anécdotas de las respectivas, que sirvió para tomar distancia, acercarse, probar opiniones y sentimientos sobre trivialidades. En suma, como se termina de conocer siempre la gente. El abrazo de despedida, más allá de la medianoche, pareció el de dos amigos, aunque en política nunca se sabe nada hasta el final. Para los viajeros, valió la pena el traslado y el desvelo de llegar a casa casi a las 5 de la madrugada del sábado.



Después de más de diez días inactivo por una gripe severísima, Julián Domínguez tenía que descontar casilleros ante los demás candidatos del peronismo. Para eso se constituyó el jueves por la noche en Junín, corazón de la 4ª Sección electoral, para acompañar un acto sindical cuya dimensión alguien tendrá que explicar, porque movió hacia esa ciudad a Carlos Tomada, a su par provincia Oscar Cuartango, a Antonio Caló, Omar Viviani y a alguna figura menor del sindicalismo. También estaban Rodrigo Ruete, secretario de la ANSES, y un grupo de diputados que corre bajo el lema de "La Peña bloque", integrado por el oficialismo de la provincia de Buenos Aires en la Cámara de Diputados. Junto a Domínguez estaban. entre otros, Jorge Landau, Carlos Kunkel, José María Díaz Bancalari, Oscar Romero, Carlos Gdamsky, Eric Calcagno y Andrea García. El pretexto era la inauguración de una sede del PJ y la asunción de las autoridades locales de la CGT, pero el motivo lo explica el opíparo asado criollo que se sirvió en el club Rivadavia, que devoraron todos en el tiempo que les dejaba entonar cánticos cristinistas y también las estrofas triunfalistas para 2015. Corría el pollo a la parrilla y los choripanes, a medida que pasaban por el escenario oradores como Kunkel, Viviani, Cuartango y Domínguez, quien dedicó el discurso a condenar a los disidentes que buscan otras querencias. "Quienes traicionaron al peronismo, van a traicionar al pueblo argentino", clamó en un envión antimassista. En la sobremesa abundaron divertidos relatos, como el que cuenta el enojo de Miguel Pichetto con Sergio Massa, quien hizo saber a la prensa que habrían mantenido una reunión política. En realidad compartieron una fiesta de cumpleaños de Alberto Pierri, donde estaban, además del rionegrino y Massa, el expresidente Eduardo Duhalde. En un momento fue al baño y en el camino se cruzó con Massa y se saludaron. Eso fue todo, jura Pichetto.



Mauricio Macri se prodigó en reuniones de todo tipo, de las secretas y las públicas. De las primeras forma parte sus conversaciones con el expresidente de Chile, Sebastián Piñera, quien vino al país a participar de un seminario organizado por FAES, la fundación partidaria de José María Aznar, otro visitante de la semana. Con Aznar no hay registro de algún encuentro, aunque las relaciones del PP con el PRO han sido siempre las mejores. Más aún, algún día se explicará cómo la estrategia de Macri para formar el PRO se inspiró en la que Aznar aplicó en España para crear la fuerza que lo llevó a él al Gobierno y que el español le sintetizó hace años al jefe porteño: hay que juntar todo lo que hay a la derecha de la izquierda. Esa fórmula funcionó en España porque hay derecha e izquierda, y ha sido más difícil en la Argentina: a la izquierda hay que buscarla con lupa. Sobre el encuentro con Piñera algo dijo Macri en el discurso que dio el jueves en la cena de la organización Junior Achievement que se hizo en La Rural. Piñera estaba invitado, pero resignó el compromiso. Macri animó a los comensales con un discurso muy armado, en el mejor estilo del político profesional. Contó de sus experiencias en visitas a gente que se conecta con él a través de Facebook. Refirió anécdotas sobre vecinos de La Rioja y de Bahía Blanca con detalles personales con alto profesionalismo, y comparó el espíritu emprendedor de esos vecinos con los "achievers" de la organización anfitriona. Hubo pocos políticos, entre ellos estaban Gustavo Marangoni (quien ya tiene candidato propio para la elección de presidente de Nueva Chicago para enfrentar al postulante que mueve Cristian Ritondo en diciembre, en la primera pelea macrismo-sciolismo en la Capital) y Jorge Macri -quien según Felipe Solá es el más hábil politicamente de toda la familia-, Francisco Cabrera, Diego Miguens con su mujer María Jimenez, Pablo Devoto, "Willy" Stanley, Juliana Awada, Cristiano Rattazzi, Roberto Starke, Matías Brea, presidente de Junior Achievement, Hugo Eurnekian, Raúl Granillo Ocampo, "senior achievers" como Armando Ribas, y muy saludado el nuevo embajador Eduardo Valdés, que ya casi reparte bendiciones. Hubo un remate de obras de arte que permitió que Jorge Macri y Diego Miguens mostrasen su generosidad (y su bolsillo, con nombres como Soldi, Kuitka, Berni y Campagnaro con precios que suman $ 2.200.000. Dos de los más generosos fueron Jorge Macri y Diego Miguens Bemberg. En las mesas, se levantaron apuestas sobre las elecciones en la Capital Federal. Algunos juraron que ya está decidido que las de jefe de Gobierno serán en la misma fecha que las presidenciales, y que para eso el PRO tiene los votos del kirchnerismo, porque las fuerzas entenderían que les conviene la unificación. En esa explicación se incluye otra presunción: que Gabriela Michetti será compañera de fórmula de Mauricio Macri en las nacionales, dejándole a Horacio Rodríguez Larreta la candidatura a jefe de Gobierno. Según las encuestas que maneja el PRO, cualquier candidato de esa agrupación gana esas elecciones y se ha detectado un leve ascenso: el de Jorge Taiana, que ya le muerde los talones a Martín Lousteau. Un memorioso recordó anécdotas porteñas, como la que cuenta que en 1960 el intendente Hernán Giralt, con Raúl Rabanaque Caballero de ministro de Salud (el padre del legendario "Copete" Rabanaque Caballero, hoy en el sciolismo ortodoxo) mandó a pasteurizar la leche que entraba a la Capital. Los lecheros se opusieron con una huelga diciendo que las usinas no darían abasto para pasteurizar el millón de litros que se consumían. Rabanaque mandó una inspección a la estación de Caballito, adonde llegaban los trenes cisterna y comprobó que en realidad entraban 700 mil litros y que el millón que se vendía era leche aguada.



En la saga de la semana hay que sumar dos encuentros discretísimos que merecen reseña al menos para que el lector sepa que todo se sabe en esta sección: uno es la despedida de la embajadora de Canadá, Gwyneth Kunz, que le dio el empresario Adrián Werthein en su casa de Belgrano y a la que acudió un pequeño grupo entre quienes estaban Jorge y Nancy Estrada Mora y Hugo Sigman, y que cerró la diplomática con una versión, acompañada por un guitarrista, del clásico "My Way". La aplaudieron tanto que hizo un bis con una canción en castellano compuesta por ella misma. El otro encuentro lo convocó el banquero Jorge Sánchez Córdova para un asado en su casa de San Isidro, que duró hasta la madrugada de ayer, y que capeó la lluvia con un carpa con calentadores. Estaban el empresario Gustavo Castagnino, Marcelo Figueiras con su mujer, la senadora María Laura Leguizamón; Tato Lanusse, Marcelo Paz, Pablo Zavaleta, Guillermo Marín, Martín Cabrales, Lolo Loginotti y Georgie Neuss, quien contó cómo será la carrera de Formula E en la Argentina, de la que él, junto con Alejandro Agag -yerno de José María Aznar- son los responsables de traerla al país.



Inclaudicables en el rubro de la gastronomía política, los radicales se entregaron a lo largo de la semana a un maratón de encuentros que merece la mirada quinchesca. Algunos son casi tópicos, como la peña Progreso, que sesiona los jueves a mediodía en el restorán Lalín, donde esta vez los radicales se vieron en la necesidad de darles una palmada a los correligionarios con destino en la Auditoría General de la Nación, castigada por Jorge Capitanich como un foco de política opositora, pese a que los informes que produce esa repartición los firman también los auditores del peronismo. La presidencia de la AGN la ejerce la oposición por mandato constitucional, pero es en realidad una multipartidaria. Estuvieron en esa mesa Leandro Despouy, Horacio Pernasetti y Alejandro "Chatito" Nieva, quienes recibieron un desagravio gastronómico por el grupo que integraban, entre otros, Elva Roulet, Elsa Álvarez, Félix Loñ, Ricardo Pérez Vélez, Alberto Assisa, Miguel Ponce, Héctor Rodríguez, Tito Lapadú, Carlos Pogoriles, Ricardo Sánchez, Julio Olaz, el socialista auténtico Mario Mazzitelli y, por supuesto, el bastonero de esa peña, el exdiputado José Bielicki.



No lejos de allí, en la Fundación Ricardo Rojas que preside Juan Manuel Casella, otro grupo de radicales buscó atornillar algún candidato propio a jefe del Gobierno porteño, silla a la que por ahora postula por ese sello el novato Martín Lousteau, quien entró al Congreso por la UCR, pero a quien le falta rendir varias materias para recibirse de correligionario. En la Rojas se reunieron el embajador Oscar Torres Ávalos, Juan Octavio Gauna, Emilio Cappuccio, Pancho Martini, Marcelo Canay, Emilio Gibaja, Edmundo Lavia, Gustavo Aramburu y algunos más, para buscar la forma de superar el escollo Lousteau, a quien sostienen desde el espacio nosiglista de La Cantera, que lideran el titular de la UCR de la ciudad Emiliano Yacobitti y los legisladores Hernán Rossi y Juan Nosiglia. Han focalizado la atención en un voluntario a pelear al joven economista en esa lucha, el también economista (y padrino profesional de Lousteau), Javier González Fraga, extitular del BCRA con Carlos Menem, aunque históricamente cercano al exministro Roberto Lavagna, que se ganó el cariño de los radicales -tanto que lo convencieron de afiliarse al centenario partido- cuando acompañó en el binomio a Ricardo Alfonsín para las presidenciales de 2011. Otros radicales de menor relieve mediático pero de singular elasticidad política han comenzado a modelar un incipiente Movimiento Renovador Radical, de cierta reminiscencia alfonsinista, pero encubre el acercamiento al Frente Renovador de Sergio Massa, convertido en una especie de coleccionista de dirigentes radicales de variado calibre. De esas lucubraciones se habló el viernes en una cena convocada en el Club Sunderland del barrio de Saavedra por el exlegislador radical y dirigente riverplatense Daniel Bravo y el exconcejal Hector "Tom" Costanzo en la previa del lanzamiento del exsecretario de Finanzas Guillermo Nielsen como candidato por ese espacio en las elecciones porteñas, previsto para la próxima semana. Por su lado, el senador Nito Artaza capitalizó el recuerdo del 31° aniversario de las elecciones que dieron el triunfo a Raúl Alfonsín con un seminario sobre historia del radicalismo realizado en el Senado con apoyo del sindicato del personal legislativo que dirige el gremialista Norberto Di Próspero, y con las exposiciones de docentes, historiadores y académicos del Instituto Nacional Yrigoyeneano: Edit Gallo, Guillermo Gasio, César Arrondo, Oscar Muiño, Diego Barovero y el histórico Hipolito Solari Yrigoyen.



La noche porteña, siempre fértil para estos menesteres, acaba de parir sin avisar una de aquellas peñas con reminiscencias borgeanas-tuñonianas (por Borges y los González Tuñón, se entiende) que convocó sin esfuerzo a veteranos de la letras y del color, del pensar y del hablar quienes, al amparo del discreto reservado de un boliche y con la excusa de un plato de pastas y una copa de tinto, procuran recrear la mística de la tertulia masculina. La cita fue la noche del martes 28 de octubre, propagada a media voz, evitando dejar rastros escritos cibernéticos, para reforzar el carácter hermético del núcleo que adoptó humorísticamente la denominación de Círculo Azul, aunque su emblema sea un cuadrado pintado de naranja, el color complementario, travesura del plástico que lo diseñara. Bajo el copioso aguacero fueron llegando puntuales y se ubicaron a la mesa servida en los altos del Café La Poesía, en San Telmo, Horacio Spinetto, Raúl Navas, Diego Barovero, JoséBava, Fernando Sendra, Hugo Maradei, Marino Santa María, Horacio De Dios, Juan Carlos Escalante, Esteban Moore, Pablo Durán, Borja Cordeu Illia y Luis Alonso, e hicieron llegar su adhesión y su disculpa por la involuntaria ausencia Roberto De Luca, Carlos Francavilla y Pablo Vinci. Con algo de sabios y de atorrantes, intentaron hasta pasada la medianoche acordarse de lo que olvidan y olvidar lo que recuerdan, según rima su poema fundacional.



También merece una mención una reunión convocada en el corazón de la organización radical, la sede partidaria de Alsina y Entre Ríos, donde se presentó un libro que condensa historias de referentes históricos de la UCR, sobre todo en materia de derechos humanos, civiles y políticos, cuyo autor es el presidente del Comité de Tandil, Julio Elichiribehety, prologado por Ricardo Gil Lavedra. Los dos estuvieron en el panel junto al histórico Hipólito Solari Yrigoyen y al auditor Despouy. También asistieron descendientes radicales que cayeron víctimas de luchas contra el fraude electoral y contra las dictaduras, como los familiares de Pedro Vivas, que defendió con su vida las urnas de Plaza Mercedes en Córdoba, que aseguraron el triunfo de Amadeo Sabattini en 1935, o de Luis Aredez, que fue intendente de Libertador General San Martín, Jujuy, asesinado durante el proceso militar de 1976. La platea fue poblada por exponentes de distintas generaciones de boina blanca como Juan Manuel Casella, Julio Ginzo, María Luisa Storani, Daniel Salvador, Carlos Fernández, Emilio Gibaja, Julio César Strassera, Edit Gallo, Diego Barovero, Leandro Illia, Agustín Campero, Horacio Ravenna, Irma Gersch, Ricardo Marcos y Lilia Puig de Stubrin, quienes al finalizar la presentación del libro fueron convidados, paradoja radical, por el dirigente de Los Irrompibles, Leandro Santoro -asiduo concurrente de la audición oficialista "678"- con la cerveza Hipólita, bebida artesanal elaborada por militantes de la agrupación en su comité.



Ansiosos a la espera de las elecciones del 17 de noviembre de consejeros de la Magistratura porteña, los fogoneros de la lista Gente de Derecho se reunieron en un lugar cargado de simbología transversal, la sede la Fundación Argentina de Trasplante Hepático. En esa lista confluyen los abogados PRO, los seguidores de Daniel "Tano" Angelici, Jorge Rizzo, la agrupación Justa Causa del actual consejero Jorge Enríquez que deja su mandato, entre otros, y lograron juntar cerca de 200 adherentes, mérito de la tarea de Angelici, el "operador judicial" de Mauricio Macri. Además del pretexto del mitin político de cara a las elecciones de consejeros para los tres cargos que quedarán vacantes en diciembre por el estamento abogadil, se dieron a la tarea de colaborar con los dueños de casa, repitiendo algo que se va generalizando como propuesta organizativa macrista: crear actividades masivas, de gran carácter publicitario para la actividad política o gubernamental, y destinar el producto económico del encuentro para obras benéficas. De las caras visibles de la alianza, que ya se ha alzado con las dos últimas victorias electorales dentro de la actividad profesional porteña -la del Colegio Público de Abogados y la de los representantes al Consejo de la Magistratura Federal por la Capital-, estuvieron presentes, mostrando que los buenos resultados aconsejan seguir por el mismo camino político: los candidatos a consejeros Juan Pablo Godoy Vélez y Marcela Basterra; el "Tano" Angelici, Jorge Rizzo, Jorge Enríquez (el más aplaudido en las menciones), los consejeros que también finalizan Juan Sebastián De Stéfano y Agustina Olivero Majdalani; el diputado nacional Christian Gribaudo, los legisladores Daniel Lipovetzky, Enzo Pagani y Raquel Herrero; el secretario de Justicia Javier Buján, el exdiputado Luis Galvalisi, los penalistas Carlos Froment y Osvaldo Natansohn, Carlos "Chino" Valenzuela, Claudio Niño, entre otros.



La reunión, sin lugar a lujos, tuvo los discursos de rigor, claro, pero sobre todo sirvió para confraternizar y predisponer los espíritus para la tercera contienda electoral de los abogados porteños en lo que va del año. Angelici tomó el micrófono primero para agradecer y pedir los esfuerzos para la campaña y, como invitado visitante, convocó también a Rizzo a que diera alguna impresión, quien tributó el acompañamiento macrista y se encargó de destacar los liderazgos de algunos de los presentes. El cierre lo hizo el abogado Horacio Aziz, titular de la Fundación anfitriona, quien agradeció al cenáculo -la recaudación íntegramente es destinada a esa institución- y comentó la tarea de su organización. No reciben subsidios del Estado, y confesó que ante el ofrecimiento por parte del Gobierno de la Ciudad, decidieron no aceptar la titularidad del inmueble que ocupan, salvo su uso, para dar más transparencia a su misión. En las mesas se levantaron apuestas sobre si lograrán la entrada de dos consejeros por la mayoría, cálculo del cual depende la cantidad de abogados del sector que ingresarían como integrantes del jurado de enjuiciamiento, que también se elegirán en esas elecciones. En esa lista van de candidatos testimoniales Jorge Rizzo en la cabeza, Enríquez en el puesto 5°, confiando en un resultado que supere holgadamente el 50%. El Jurado de Enjuiciamiento, de acuerdo con la ley 54 de la Ciudad, se constituye a los efectos de remover a miembros de la Magistratura y del Ministerio Público, entre los cuales debe haber tres abogados producto del sorteo de los ocho titulares que se eligen ahora. En tanto, los comensales empezaban a desfilar las cazuelas de mejillones a la provenzal con pan casero, rabas, langostinos, hasta llegar al plato fuerte del salmón rosado con papas al horno. Todos los frutos de mar, en su punto exacto. Las papas, olvidables. Angelici, el dueño de la idea, además, llevó más harina a su costal, ya que siempre, hilada con hilván, arrima para la "República de la Boca", que es el lugar en donde se encuentra la fundación beneficiada, tanto como algunos de sus emprendimientos personales.



Con la poderosa muestra del rosarino Antonio Berni dedicada a los personajes Juanito Laguna y Ramona Montiel, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) abrió las puertas de una vernissage privada y exclusiva, sólo para los invitados del banco Citi. Los anfitriones, el presidente del Museo, Eduardo Costantini, hoy radicado en Miami, y Gabriel Ribisich, presidente de Citi, recibían a los invitados mientras la imparable curadora puertorriqueña del Museo de Bellas Artes de Houston, Mari Carmen Ramírez, realizaba la segunda visita guiada del día. La muestra acaba de llegar del Museo de Texas, donde conquistó a los espectadores. Si bien los personajes pertenecen a la ficción y fueron realizados entre los años 1958 y 1978, parecen haberse escapado hoy mismo de la vida real. Juanito y Ramona encarnan a los excluidos de siempre, los que quedan fuera del sistema. Linda como siempre y disfrutando de la muestra, Graciela Molinelli, que fue abogada de Lily, la hija del artista que murió el año pasado, se presentó como la modelo. En efecto, según aseguraron otros letrados, Molinelli habría posado para Berni. Ellos agregaron, además, un dato relevante: esperan ver publicadas muy pronto las cartas de amor que le habría escrito el artista. Los coleccionistas que prestaron sus obras para la muestra (Eugenia, Magdalena y Eduardo Grüneisen; la directora del Museo Castagnino+Macro de Rosario, Marcela Römer; el secretario de Cultura y Educación también rosarino, Horacio Javier Ríos, y, entre estadounidenses y belgas, el uruguayo Jorge Castillo) escoltaban las pinturas como soldados. No es para menos; las pinturas de Berni son una tentación para los ladrones de obras de arte. En 1983 se llevaron varias del taller que tenía entonces en la calle Lezica; luego, por arte de magia, gran parte de la herencia de su hija quedó en manos del astrólogo Waldo Casal, y hace unos años, desapareció un camión completo con 15 cuadros estupendos. Nadie del Museo Nacional de Bellas Artes custodiaba, sin embargo, una obra formidable, la "Pesadilla de los injustos", pagada en el precio récord del artista rosarino cuando Guillermo Alonso estaba a cargo de la institución.



Los entendidos comentaban asombrados la capacidad de Berni para mantenerse siempre en la cresta de la ola, para pasar del pop a las instalaciones y de inmediato al grabado con volumen y a realizar un arte con objetos extraordinarios. Marta Minujín contó que conoció bien al rosarino, que juntos expusieron en París luego de que Berni ganara con los grabados de Juanito la mayor distinción de las artes, el Premio de la Bienal de Venecia. Pero más allá de las obras de Berni, se habló de la ausencia del anterior curador del Malba, Marcelo Pacheco, gran gestor de la muestra y de la colaboración del Museo de Houston, y también se habló de la presencia de su reemplazante, el español Agustín Pérez Rubio. Estaban allí María Kodama, Nicolás García Uriburu, Sofía Aldao, Alberto Sendrós, Amalia Mompelat, Victoria Giraudo, Beatriz Nofal, Cristiano Rattazzi, María Pimentel, Gustavo Vázquez Ocampo, el curador suizo de la colección Daros, Hans Herzog, Daniel Abate, Soledad Costantini, Marie Jo Cardinal, Ariadna González Naya, Sofía Lanusse, Javier Iturrioz, Julia Converti, Julio Crivelli, José Antonio Berni, Rossella della Giovampaola, Teresa Calandra, Verónica Ríos y Marcela Tinayre. Al mediodía siguiente, Dudu von Thielmann recibió en su piso al curador suizo Hans Herzog junto con Teresa Anchorena, el fotógrafo Marcos Zimmermann y el editor Jean Louis Larivière. El menú resultó memorable. Para comenzar, la sopa alemana y, luego, unos deliciosos y esponjosos ñoquis de rúcula con salsa de aceitunas negras. Para finalizar, frutas frescas y petite fours au chocolat, todo con los vinos del valle del Rin. En medio de esos manjares se habló del arte de nuestro país y de varios proyectos para presentarlo en el extranjero; Anchorena aspira a llevarlo a Venecia; Von Thielmann, al mejor espacio de Berlín.



Vamos a terminar con un chiste de la línea espiritual.

Un maestro pregunta a sus alumnos:

-¿Cómo sería para ustedes una muerte bella?

Una alumna, desde el fondo de la clase, responde:

-Sería morir como mi abuelito.

-Oh, bien -contesta el maestro-. ¿Cómo murió tu abuelito?

La pequeña le responde:

-En el sueño, pacíficamente, sin darse cuenta de nada.

El maestro agrega:

-Qué hermoso. ¿Y cómo sería entonces para ustedes una muerte atroz?

Y la misma alumna responde:

-Sería morir como tres amigos de mi abuelito, a los gritos.

El maestro, muy intrigado, le pregunta entonces:

-¿Y cómo murieron ellos?

-Acompañaban a mi abuelito, en el mismo auto, cuando él se durmió antes de agarrar una curva.

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