5 de marzo 2018 - 23:46

Charlas de quincho

Gobierno se prepara a ejecutar con proyectos las ordenes que Macri dio en su mensaje a la Asamblea Legislativa. Muchos no serán nunca ley, pero servirán para animar debates este año. Otros ya preocupan, y mucho, a empresas. Mendoza se llevó buena parte de la política a la Vendimia donde también hubo cumbre de PJ. Radicales protestan en templo histórico.

Cumbre radical. Diego Barovero, Miguel Ponce, Fernando de la Rúa y Eduardo Delle Ville en Lalín festejando el aniversario del Club del Progreso.
Cumbre radical. Diego Barovero, Miguel Ponce, Fernando de la Rúa y Eduardo Delle Ville en Lalín festejando el aniversario del Club del Progreso.
La política giró durante el fin de semana alrededor de múltiples lecturas del mensaje que Mauricio Macri dio ante la Asamblea Legislativa. Era previsible: el oficialismo se lanzó, de alguna forma, a "reglamentar" con proyectos y declaraciones todos los propósitos que el Presidente le lanzó al recinto, haciéndose con maestría de banderas históricas que el progresismo local, en su ineficiencia política, nunca pudo llevar adelante. Ese mensaje de Macri, que le cambió la agenda al Gobierno y al país en un momento donde los números de la inflación y la deuda complican y preocupan a todos por la demora en recibir los beneficios de ese medicamento que el macrismo llama "gradualismo", servirá para mantener entretenido al Congreso y servir de plataforma para lanzar la reelección, aun cuando los sofocones del Gabinete, las denuncias como el caso de Gustavo Arribas y las secuelas de Odebrecht o los vientos de reactivación que llegan aun débiles, amenacen con complicar el año. Para que esa nueva agenda tome vuelo hacen falta proyectos y la tropa presidencial se apuró en lanzarlos. Por ejemplo, sacudió en las sillas a empresarios la posibilidad de que se concrete el proyecto de ley que impulsa el Gobierno para que mujeres y hombres ganen lo mismo, si es, claro, que desarrollan la misma tarea en una empresa. Lo anunció Macri en su mensaje y fue tal la sorpresa que ningún opositor atinó a abrir la boca. Sólo aplausos para coronar ese giro presidencial. Difícil parece de implementar porque de acuerdo al rubro las diferencias salariales pueden derivar de otras cuestiones, como el desempeño. En todo caso, si es real que una mujer gana menos por la misma tarea que hace en la misma empresa un varón, obligaría a los empresarios a un aumento no previsto. Calmó la idea de que en realidad se está hablando del sueldo básico, que es muy inferior a la realidad de bolsillo. Lo toman, además, los empresarios como parte de la catarata de propuestas que empezaron a lanzar desde las filas del oficialismo a partir del discurso de Macri en la apertura de sesiones. Una suerte de obediencia ansiosa, que también provocó presentaciones de ideas acera de la legalización del aborto. Una la hizo el titular del interbloque Cambiemos en el Senado, Luis Naidenoff, para que se realice una consulta popular para dirimir la cuestión. En particular sobre la paridad salarial lo explicó el diputado macrista Martín Medina, más que raudo porque presentó un proyecto en el que propone modificar la ley de Contrato de Trabajo para incorporar la "paridad salarial estricta", así le llama. Entonces dice que la idea es que si un empleado cree que otro gana más por la misma tarea, "puede solicitar que el empleador presente los recibos de sueldo y la liquidación de haberes para comprobar". Ni qué hablar de los inconvenientes que podrá traer ese reclamo, inclusive entre los pares, ya no que no está claro si la obligación será de aumentar el salario o se puede bajar para equiparar, siempre el básico. Entonces, si se demuestra la diferencia, se le dará al empleador 60 días para que la arregle y, si no, el empleado puede quejarse al Ministerio de Trabajo. Además la propuesta crea un "Registro de Empresas y Organizaciones con Paridad Salarial", obligatorio para las firmas con más de 200 empleados y optativa para las que tienen menos y para las organizaciones sindicales. Polémico. Otra ley en marcha: ese mismo día el radicalismo logró un guiño de Macri tras el pedido del Presidente para tratar de equiparar las licencias por maternidad y paternidad. Ese proyecto de ley ya fue impulsado por la senadora jujeña Silvia Giacoppo -responde al gobernador Gerardo Morales, el más peronista de la UCR- tras múltiples reuniones con el Ministerio de Trabajo. Mientras tanto el Gobierno respiraba el fin de semana con cierta tranquilidad por la marcha que fue teniendo otro problema que apareció, en principio, como un emergente preocupante de la situación social: los cantos contra el Presidente primero en las canchas y luego hasta en recitales. La realidad es que esos versos se reprodujeron en memes, gorros, banderas y versiones, en tales dimensión que la propia abundancia y las bromas que la acompañan (unidos a un eficiente uso de los amigos de las redes en el Gobierno) terminaron limando su efecto corrosivo. Eso creen en la Casa Rosada y de ahí que hubiera un fin de semana mas tranquilo.

Hubo cena multitudinaria de radicales en el restoran Lalin, como no podía ser de otra forma. Allí se celebraron los 29 años del Grupo Progreso UCR, animado por el exdiputado José Bielicki. Reapareció allí públicamente Fernando De la Rua, quien dirigió un saludo a los presentes en expresando su deseo de que se siga fortaleciendo al partido radical. Hablaron -no puede haber acto radical sin oradores y menos sin interna por armar la lista por orden de mérito- el presidente de la Convención Nacional, Jorge Sappia; el presidente del Comité de la UCR de la Capital, Guillermo de Maya; y la presidenta de la Juventud Radical, Luciana Rached. En su extenso discurso Sappia tuvo palabras críticas sobre el rol de la UCR en Cambiemos, exigiendo no la ocupación de más cargos de gobierno sino mayor participación en las decisiones. Y reivindicó puntos clave en lo doctrinario y programático del radicalismo histórico. Rached hizo un llamado activo a trabajar para la convocatoria de jóvenes a la vida partidaria militante. Maya, con tono mas alfonsinista que ningún otro de los presentes, pidió que el radicalismo porteño integre Cambiemos sin sometimiento a la actitud patronal del PRO. Lo escuchaban Diego Barovero, presidente del Instituto Nacional Yrigoyeneano; Miguel Ponce, coordinador de la comisión de Economía de la Convención radical; el exsecretario de Hacienda de la Ciudad, Eduardo Delle Ville; Claudio Alfredo Riofrio Link, director de la Fundación Arturo Illia; Mario Scholz, secretario de Relaciones Internacionales del bloque de diputados nacionales UCR; el exdiputado Hector Gutierrez, Carlos Alberto Perez Gresia, Cesar Anibal Arrondo, Feliz Loñ, los exministros Hector Lombardo y Nicolas Gallo, Santiago Senen González, Miguel Ángel Espeche Gil, Guillermo Moreno Hueyo; el presidente del Instituto Moreniano, Adolfo Oscar Fioranelli y el exdiputado de la ciudad Hernan Rossi, entre otros.

"Uno en Mendoza tiene que hablar de vinos, pero a la segunda copa se termina hablando de política". La frase fue de Juan Manuel Urtubey en el hotel donde se llevó a cabo el desayuno de Coviar, la reunión de empresarios vitivinícolas en la que más se habla del sector durante la Fiesta de la Vendimia. En ese evento, donde las medialunas escasearon, tampoco era fácil conseguir un café por la convocatoria masiva, que hacía desbordar el patio donde se llevó a cabo la conferencia. Marcos Peña y el mendocino Alfredo Cornejo eran las estrellas de toda es puesta en escena que, salvo por la ausencia de Mauricio Macri, se llevó muchos de los comentarios políticos del fin de semana. Las palabras oficiales en sí mismas fueron un acto repetido: quejas del sector que siempre pide más incentivos (es el juego) y los funcionarios contando la catarata de medidas con las que los favorecieron. Lo importante estuvo detrás del escenario. Cornejo recibió a una comitiva nacional numerosa, que le da un trato diferencial desde que es el jefe de la UCR. El gobernador no ocultó a Peña, ni a los ministros Francisco Cabrera (Producción) y Luis Etchevehere (Agroindustria) sus deseos de un radicalismo más protagonista dentro del Gobierno de Cambiemos. Entre infusiones y medialunas (allí sí sobraron) en unos cómodos sillones de mimbre que, como en el juego de la silla, dejó a Cabrera parado, sostenido apenas de un apoyabrazos, Cornejo también pidió, ya como gobernador, que se aceleren las medidas para apoyar a las economías regionales. "Tengo un ministro de Economía -por Martín Kerchner- al que le tuve que hacer estudiar cardiología", dijo el gobernador, en relación al informe que debió hacer el funcionario mendocino para probar ante la Nación que el vino era saludable, en la pelea de 2017 sobre el impuesto al vino. "Esos errores no se pueden volver a cometer", dijo Cornejo que se llevó del fin de año el triunfo de haber frenado la suba de Impuestos Internos al vino y el haber logrado ser punta en la negociación por los fondos a las provincias en la negociación por el Consenso Fiscal. En otra mesa, donde también estaba el jujeño Gerardo Morales, Cornejo bajó un mensaje al radicalismo: "Nos sentimos más cómodos como oposición pero ahora somos gobierno". El mendocino busca mover ese transatlántico, pesado, hacia otra dirección. Prefiere asumir el riesgo de un fracaso de Cambiemos que dejarle todos los laurales al PRO. Y tampoco ve más salidas posibles.La mención a Kerchner ante los funcionarios no fue casual. Es el Plan A para sucederlo, ya que Cornejo no tiene reelección.En otro quincho del viernes en Guaymallén, antes del Foro de Inversiones, los empresarios mendocinos dejaron claro que ya saludan más a Kerchner que al propio Cornejo. Saben que a sus roles de superministro (concentra Energía y Infraestructura, además de Economía) se le suma que será él quien dentro de un año y medio tome las decisiones, excepto que haya un cisne negro y un milagro logre rearmar al derrumbado PJ de Mendoza. Los vitivinícolas Martín Ramos, CEO de Peñaflor, y José Zuccardi, presidente de la Unión Vitivinícola pidieron a los funcionarios de Mendoza que intercedan ante los nacionales para que haya mejoras rápida de infraestructura y logística para ser más competitivos.

A la mañana siguiente se volvieron a reunir los empresarios con Cornejo y Kerchner, esta vez en un entorno más distendido. Desayunaron juntos en la mansión que la familia Pescarmona le cedió hace dos años a Cornejo para que se convierta en la residencia del gobernador, y donde se alojará seguramente su sucesor. Allí estaba Lucía Pescarmona, que había correteado allí de chica: era la casa de sus abuelos. También estuvo Javier Allub, presidente del Consejo Empresario Mendocino (CEM) y Julián Groisman, CEO de Palmares. Ante ellos, Cornejo se comprometió a trabajar en un punto que vienen reclamando desde las empresas: agilizar el paso a Chile eliminando trámites en los puestos de frontera. Entre tortas la de coco y dulce de leche sobresalió-, sándwiches de miga y otros copetines, un empresario dijo: "Sólo en trámites un camión tarda cuatro horas en pasar de Mendoza a Chile". Y, como se sabe, en estas cuestiones el tiempo es plata; una enfermedad que se repite en la logística en todo el país, responsable en buena medida de los altos costos que tienen las empresas para producir.

Los peronistas tampoco estuvieron quietos durante la vendimia. Los gobernadores de San Juan, Sergio Uñac, y el salteño Urtubey, juntaron al disperso PJ mendocino. Fueron cinco intendentes, legisladores nacionales y provinciales, y los exgobernadores Celso Jaque y Rodolfo Gabrielli. Ambos dirigentes buscan rearmar el partido y pusieron tras el desayuno de Coviar otra bandeja con sándwiches de miga, jugos y gaseosas en una sala del primer piso del hotel para atraer a un segundo encuentro. Uñac, que se catapultó entre los preferidos para ser la cara de la renovación (esquiva lo nacional, pero no deja de entusiasmarse), se mostró con Urtubey, quien mantiene sus ambiciones presidenciales, aunque menguadas tras la derrota en las últimas legislativas. El sanjuanino llegó mejor rankeado en el peronómetro: en la conferencia de prensa de Coviar, Urtubey se sentó entre el radical Zamora y el macrista Peña. Uñac se ubicó en la otra punta. No obstante, coinciden en algunos puntos y se lo transmitieron a los intendentes: "La sociedad pide transversalidad, no verticalismo", rompiendo el dogma peronista más por necesidad que por virtud. Antes de la reunión, el cuyano pidió que dejen de usar esos encuentros para sacarse fotos y subirlas a Twitter. "La idea de esas reuniones es encontrarle rumbo del peronismo", advirtió. No tuvo éxito la prédica y en plena reunión ya circulaban en las redes sociales imágenes del cónclave. Las fotos hicieron estallar a algunos dirigentes por no haber sido invitados. En rigor de verdad, accedieron a los triples de crudo y queso los que habían ido al acto de Coviar. No hubo invitaciones formales. Un legislador recibió un llamado a raíz de la foto en la red del pajarito: "No hay mujeres, tienen que haber más participación femenina", le espetaron. A lo que el legislador respondió, galante: "Son pocas pero son las más lindas", aunque el chiste está fuera de época, causó gracia entre los concurrentes. En cuanto a la política mendocina, estuvo Alejandro Bermejo, intendente de Maipú, quien sería el candidato del PJ en 2019 para enfrentar hipotéticamente a Kerchner. Nadie sabe si con el estado actual del peronismo mendocino la nominación es un premio o un castigo. Las divisiones son irreconciliables y vienen desde antes de las legislativas, con denuncias y ruptura incluida con el kirchnerismo. Un ejemplo, la foto final mostró juntos a la legisladora provincial Patricia Fadel sonriente junto con Martín Aveiro, intendente de Tunuyán, pese a que en otro ámbito ni siquiera se saludarían de lejos.

Quien llegó más tarde a Mendoza fue Miguel Lifschitz, gobernador de Santa Fe, el único presente en la coronación de la reina en el Anfiteatro Griego. El mandatario tuvo en ese evento popular un largo diálogo con Cornejo, entre viandas para comer al paso: dos empanadas, un pequeño malbec y un sándwich de carne. Mientras busca armar un espacio progresista nacional, el socialista santafesino necesita que la Nación le dé una respuesta a cómo piensa pagarle la deuda que tenía juicio favorable de la Corte Suprema por la retracción de coparticipación para financiar a ANSES. El plazo se vence el 31 de diciembre y pese a las propuestas de Santa Fe, Lifschitz no recibió ni un centro a media altura de la Casa Rosada. La provincia, además, ya hizo la adhesión a tiempo al Pacto Fiscal, acuerdo que la obligó a desestimar la demanda. Cornejo podría tender un puente para favorecer al menos el diálogo. Al otro día, Lifschitz hizo un tour por la Vendimia Solidaria, un evento paralelo no oficial que organiza el empresario Daniel Vila y que reunió popes locales y donde también estuvo Cristian Ritondo, ministro de Seguridad bonaerense. Por último, y aunque esta vez más del 50% de los votos hayan sido del público, no dejó de generar suspicacias que la reina electa, Julieta Lagos, sea la representante del departamento de Rivadavia, cuyo intendente, Miguel Ronco, es uno de los más fieles al gobernador Cornejo. Un clásico de la vendima.

Vamos a terminar con un chiste marital.

Una tarde, un hombre recibe en su oficina el llamado urgente de un hospital en el que le avisaban que su esposa había tenido un grave accidente automovilístico. Desesperado, concurre velozmente hacia el lugar donde ella estaba internada, y allí el médico de guardia le informa que, si bien su esposa sobrevivirá, las heridas y quemaduras que ha recibido en la cara eran tan profundas que imposibilitaban cualquier injerto de su propia piel, ya que era muy flaca. El hombre, que tiene un físico saludable y robusto, le pregunta entonces al médico si no pueden extraerle la piel a él para realizar los injertos. Después de varios estudios, los médicos determinan que una intervención así era posible, y que la piel que utilizarán provendría del trasero del hombre.

Así, al cabo de una semana y tras una operación de varias horas, el cirujano retira las vendas de la mujer y todos quedan asombrados: su rostro ha quedado perfecto, reluciente, bello. La mujer, emocionada, abraza a su marido, y ambos deciden que, como se trata de algo muy íntimo, jamás le dirán a nadie de dónde provino la piel, e igual pedido le hacen a los médicos.

Con el paso del tiempo la mujer no dejaba de recibir elogios de sus amigas y de todos quienes la conocen, sorprendidos por la belleza de su rostro. Así, una noche, le dice a su esposo:

-Querido, estoy tan feliz con vos por lo que hiciste por mí que no tengo palabras para agradecerte.

-No te preocupes, querida -responde el hombre-. Para mí la mayor recompensa es ver a tu madre cada vez que te besa la mejilla.

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