16 de diciembre 2013 - 00:00

Cobos ya busca puerta de salida del radicalismo (tentación por Binner)

Julio Cobos
Julio Cobos
Hay algo masoquista en el olfato político de Julio Cobos. En 2007 se zambulló en la Concertación Plural de Néstor Kirchner y fue expulsado de por vida de la UCR. En 2008 votó "no positivo" contra las retenciones móviles, fue expulsado del kirchnerismo y lanzó una efímera línea interna ConFe. Intentó volver al centenario partido, que lo repudia en voz alta y le bloqueó una candidatura persidencial en 2011, cuando el exvicepresidente alcanzaba el estrellato gracias al abrazo de la Mesa de Enlace. Insistió con el radicalismo después de ganar las elecciones legislativas de octubre con el 47% de los votos en Mendoza. Y el viernes, el Comité Nacional de la UCR lo terminó de sepultar: lo dejó sin la conducción del bloque de diputados, lo ninguneó con un cargo administrtativo como la vicepresidencia segunda de la Cámara y lo excluyó de la mesa de conducción de la nueva cúpula partidaria, ahora a cargo de su coprovinciano Ernesto Sanz.

Cobos parece padecer el síndrome de Estocolmo. La UCR lo tiene políticamente secuestrado y maniatado para que no se escape. Al FAP de Hermes Binner o a cualquier otro experimento radical sui generis y propio. Y, pese a todo, Cobos parece disfrutar ese encierro y amar a sus captores, con quienes se siente a salvo a pesar de no tener libertad de acción. Hasta el jueves por la noche, en el hotel Feirs Park al 1300 de la calle Esmeralda, en la Capital Federal, el exgobernador de Mendoza arengaba a su tropa, entre ellos Oscar Aguad, Mario Losada, Rafael Pasqual, Nito Artaza y Laura Montero, para exigir una vicepresidencia y la secretaría general del nuevo Comité. "Ésta es nuestra oferta. Si no, estamos afuera del partido...", advertía el exvice de Cristina de Kirchner.

La respuesta de Sanz, nuevo presidente UCR, Mario Negri y Gerardo Morales fue lapidaria: ninguna vicepresidencia y apenas un puesto decorativo para la mendocina Montero en la Secretaría de Coordinación y el Instituto de Políticas Públicas. Otro premio consuelo, aún sin definir, sería para el cobista diputado puntano Alejandro Cacase.

Artaza se encargó el fin de semana de revelar el estado de ánimo del sector de Cobos y cuestionó la designación de Sanz como presidente del radicalismo y reclamó un "partido que tenga un proyecto que contenga a los trabajadores y que no se suba al discurso de las corporaciones". "Me siento más identificado con Jorge Altamira (dirigente del Partido Obrero) que con Sanz...", ironizó Artaza, al opinar sobre el nombramiento de Sanz y anticipó que evalúa abandonar el bloque radical en el Senado y conformar una bancada que también podría estar integrada por otros cobistas, como la senadora por Mendoza, Montero. Ese cobismo obtuvo apenas un lugar de los 15 cargos de la mesa chica partidaria: la Secretaría de Coordinación, que estará a cargo de Montero, quien también presidirá el Instituto de Políticas Públicas; y otra aún sin definir para el diputado puntano Cacase. Artaza acusó a la cúpula radical, dominada por el sanzismo y el alfonsinismo, de ponerle "obstáculos" a la precandidatura presidencial de Cobos, tras el 47 % de los votos que logró en su provincia en octubre, "cometiendo el mismo error que hace dos años".

Refuerzo

Tal vez Artaza haya trazado un diagnóstico demasiado optimista sobre el futuro de Cobos en la UCR. El centanario partido ya no le pone obstáculos, directamente intenta hacerle comprender que el proyecto presidencial del exradical K no tiene ningún tipo de posibilidades dentro de la UCR. El radicalismo refuerza así su perfil opositor pero se arriesga a una salida masiva de cobistas del Comité Nacional. Y un acercamiento apresurado y unilateral del cobismo al FAP de Hermes Binner que podría descolocar a la mesa de Sanz y compañía.  

"Hay sectores del partido que no quieren gobernar el país y prefieren seguir con el negocio de ser opositores", sentenció el ex candidato a gobernador de Corrientes, quien reclamó "un radicalismo con un proyecto que contenga a los trabajadores y que no se suba al discurso de las corporaciones". "Hay que abrir el partido y cerrar el museo", disparó Artaza y bregó por una UCR que "vuelva a tener un proyecto nacional y popular" que apunte a "resolver las deudas que todavía tiene la democracia".

Cobos sigue secuestrado en la UCR. Y ya suma varias voces internas que le recomiendan acercarse a Binner, despedirse de sus ambiciones presidenciales y retomar la gobernación en Mendoza, El camino más directo para escapar de sus captores y vengarse en el frente interno mendocino.

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