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Conmoción en Suiza por los límites al secreto bancario
«No entiendo el pánico. No hemos levantado el secreto bancario», dijo Merz a los legisladores, que tanto desde la derecha como desde la izquierda criticaron la anunciada disposición del Gobierno a flexibilizar el sistema que alberga depósitos de extranjeros por 1,4 billón de euros, como un coletazo de la crisis internacional.
El asunto fue tratado ayer en el Consejo de los Estados (Cámara alta) y hoy será debatido en el Consejo Nacional (Cámara baja), en medio de una confusión generalizada que incluye a algunos legisladores.
«Las autoridades fiscales no irán a fisgonear en sus cuentas», aseguró Merz, quien también es ministro de Finanzas en el Gobierno, en medio de temores a una fuerte fuga de capitales del país (ver nota aparte).
Bajo la presión de Estados Unidos y la Unión Europea (UE), y, dentro de ésta, especialmente de Alemania, la principal economía del bloque, Suiza debió ceder en parte y dispuso adherir a las reglas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre la asistencia administrativa en materia fiscal. Ello permitirá intercambiar información en casos particulares con países que lo requieran y la supresión de la diferenciación que se hacía hasta ahora en Suiza entre fraude y evasión fiscal. Disposiciones similares fueron decididas por otros paraísos financieros europeos, como Luxemburgo, Austria, Andorra y Liechtenstein, ante la intención de países centrales de incluirlos en la «lista negra» como no cooperadores en la próxima cumbre del Grupo de los Veinte (G-20) en Londres (ver aparte).
Merkel pide cambios
Mientras el Gobierno suizo, presionado por la opinión pública, asegura que las bases del secreto bancario no serán modificadas, la canciller alemana, Ángela Merkel, reclama cambios profundos en el sistema. Así, el ministro alemán de Finanzas, Peer Steinbrück, emplazó a países como Suiza a «mostrar hechos concretos» y no sólo intenciones.
En un comunicado, Steinbrück celebró que algunos países hayan adherido a normas de transparencia de la OCDE, pero recordó que ha habido recientemente «demasiadas promesas incumplidas».
El funcionario puntualizó que declaraciones de Suiza y Austria hacen «dudar de que haya una disposición real a aplicar los estándares de la OCDE en su totalidad».
Alemania cuestiona que estos países se reserven el derecho de quebrar el secreto bancario sólo en casos en que haya «sospechas fundadas de evasión». «El estándar de la OCDE exige que se proporcione la información en casos simples de tributación. El acceso a la información bancaria debe concederse independientemente de si existe o no sospecha de evasión fiscal», insistió el ministro.
El Gobierno de Merkel también considera cuestionable que Suiza haya vinculado el acuerdo de intercambio de información a que «se conceda una amplia amnistía a los evasores, a que se renegocien los acuerdos de doble imposición y a que los bancos obtengan un mejor acceso a los mercados extranjeros».
La crisis económica puso en el tapete la figura del secreto bancario, sobre todo tras el reciente escándalo de la filial estadounidense de UBS, que habría ayudado a clientes norteamericanos a defraudar al fisco, por lo que el banco suizo se vio forzado a levantar el secreto bancario de unos 300 titulares de cuentas.
Hasta ahora, las leyes suizas consideraban delito únicamente el fraude fiscal, que implicaba graves actos deliberados para engañar al fisco, como la falsificación o adulteración de documentos o datos.
Si Suiza fuera confirmada como no cooperador en materia fiscal para los estándares de la OCDE, ello perjudicaría al país ya que sería sometida a sanciones, con tasas más elevadas sobre los depósitos y mayores controles de datos.
Agencias EFE, AFP y DPA
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