20 de febrero 2009 - 00:00

Descabezó Scioli cúpula de Policía Bonaerense

El saliente Daniel Salcedo saluda ayer al nuevo jefe de la Bonaerense, Juan Carlos Paggi. Horas antes, Néstor Kirchner había pedido a Scioli «limpiar» la Policía.
El saliente Daniel Salcedo saluda ayer al nuevo jefe de la Bonaerense, Juan Carlos Paggi. Horas antes, Néstor Kirchner había pedido a Scioli «limpiar» la Policía.
Buenos Aires - El gobernador Daniel Scioli descabezó ayer la cúpula de la Policía Bonaerense -desplazó al superintendente Daniel Salcedo y ungió como nuevo jefe de la fuerza al hasta ayer número 2, Juan Carlos Paggi-, en un intento de potenciar la lucha contra el delito por el recrudecimiento de la inseguridad y de insuflarle mayor transparencia, tras los últimos casos de participación de efectivos en actividades delictivas.
La reestructuración incluyó además cambios en cinco superintendencias del Ministerio de Seguridad provincial y nueve jefaturas departamentales.
El recambio fue anunciado ayer por el ministro de Seguridad provincial, Carlos Stornelli, quien con diplomacia argumentó que el motivo fue «la voluntad de un merecido descanso» que Salcedo le había manifestado en diciembre pasado, y que no se vio correspondida por -dijo- el secuestro del empresario Leonardo Bergara.
No obstante, resaltó que «son los recambios habituales, anuales». «Hay que oxigenar la cúpula», se sinceró, en referencia a que, además de Salcedo, «se van varios hombres que pasan a retiro, varios comisionados e inspectores».
El alejamiento se produjo tan sólo dos días después de que el ex presidente Néstor Kirchner reclamara en un acto del PJ al gobernador que agilizara los cambios para «limpiar la fuerza», ante la presencia de efectivos involucrados en hechos de corrupción o delitos, como en el caso Bergara.
Ese mismo día había sido asesinado en San Isidro el teniente Aldo Garrido, quien fue puesto como ejemplo por el actual titular del PJ.
Sin embargo, ayer el gobernador buscó relativizar la incidencia de esas declaraciones al sostener que «es permanente la adaptación que hacemos de los recursos humanos, logísticos y adecuación de planes en base a las demandas ciudadanas».
En esa línea, aseguró que hará «todos los cambios que considere necesarios» para mejorar «la operatividad» de la Policía. «Yo quiero traerle tranquilidad a la gente», agregó.
Salcedo, quien había asumido el cargo en diciembre de 2007, se retiró de la fuerza a dos días de esclarecido el crimen de Garrido.
Desencadenante
Precisamente, ese asesinato aceleró su renuncia indeclinable, aunque el desencadenante de la decisión fue el secuestro del empresario Bergara -liberado el pasado 24 de enero, tras 33 días de cautiverio- por el cual fueron detenidos varios efectivos de la fuerza.
Paggi, de 50 años y casi 30 de policía, se desempeñaba en el área de Coordinación Operativa de Seguridad. Su currículum además incluye tres títulos de profesorado en Ciencias Políticas, Jurídicas y Sociales, además de su paso como director de la Escuela de Oficiales de la Policía «Juan Vucetich».
Ayer, el flamante jefe de la Policía adelantó que su perfil será el de «atender las necesidades urgentes» y «neutralizar los factores de riesgo», y advirtió que no cree en los «golpes de efecto sino en la continuidad de un proyecto».
Por su parte, Salcedo dijo que su alejamiento es por motivos personales y porque «hay una etapa cumplida con 32 años de servicio» y negó que se produzca una «limpieza» en la fuerza.
«Ahora me dedicaré a las cuestiones privadas y a mi actividad académica», agregó. También recalcó que desde su cargo dio «absolutamente todo», pero reconoció que «son muchísimas las cosas por hacer hasta el día que la inseguridad deje de ser noticia».

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