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Día de la Memoria: todos con acto propio y marcha a la Plaza

El radicalismo fue ayer a la Plaza de Mayo con columna propia encabezada por Ricardo Alfonsín, Ricardo Gil Lavedra e Hipólito Solari Yrigoyen.
El radicalismo eligió recordar a sus militantes perseguidos y asesinados por la dictadura militar, entre los que figuraron Hipólito Solari Yrigoyen y Mario Amaya, quien murió en la cárcel de Devoto por las torturas sufridas durante su detención.
Fue, primero, con un acto en el Comité Nacional en homenaje a los militantes de la UCR que lucharon contra el terrorismo de Estado.
"El radicalismo ha cumplido con sus obligaciones: hemos rescatado el derecho sagrado de la libertad y la democracia", dijo Solari Yrigoyen al hablar durante el acto, en relación con el histórico juicio a la junta militar realizado durante la presidencia de Raúl Alfonsín.
Solari Yrigoyen, quien esta semana brindó su declaración ante el Tribunal Federal de Comodoro Rivadavia por las torturas que sufrió durante la dictadura militar y por la muerte del dirigente , Mario Amaya recordó la "valentía" de Alfonsín de tomar la decisión de sentar en el banquillo de los acusados a los principales jerarcas del terrorismo de Estado.
El radicalismo recuerda en cada acto ese momento fundacional del regreso a la democracia, cuando el Gobierno seguía expuesto aún a las presiones militares, en contraposición al kirchnerismo que enarbola como inicio de la lucha por los derechos humanos el día en que Néstor Kirchner obligó al jefe del Ejército a descolgar el retrato de Jorge Rafael Videla de la galería del Colegio Militar.
Amenazas
"Debemos sentirnos orgullosos por el camino elegido", dijo el dirigente radical y recordó las "amenazas y los momentos difíciles" que tuvieron lugar en los primeros momentos del Gobierno de Alfonsín: "Nosotros teníamos la misma respuesta: defender la Constitución y la democracia".
Recordó los dos atentados que sufrió por parte del grupo parapolicial Triple A y el secuestro y las torturas que padeció durante la dictadura, ya como defensor de presos políticos.
De ese acto participaron Ricardo Alfonsín, el jefe del bloque de Diputados radicales; Ricardo Gil Lavedra (quien formó parte del tribunal de juzgó a la junta militar); los diputados María Luisa Storani y Juan Pedro Tunessi; los dirigentes Federico Storani y Marcelo Stubrin, además del titular de la Auditoría General de la Nación, Leandro Despouy, entre otros.
Tras el acto, los dirigentes junto con militantes de la Juventud Radical marcharon hacia la Plaza de Mayo bajo la consigna "30 años de democracia". En esa columna fue clave el armado de la primera fila que encabezó la marcha.
Al mismo tiempo, agrupaciones de derechos humanos y militantes oficialistas, por un lado, y partidos de izquierda, por el otro, se movilizaban a la Plaza de Mayo. Obviamente, los reclamos y las consignas no eran los mismos, ni tampoco los tiempos de uso del espacio.
En el primer turno estuvieron Abuelas de Plaza de Mayo, Madres Línea Fundadora, H.I.J.O.S., La Cámpora, Kolina, Nuevo Encuentro, Miles, el Movimiento Evita, la JP y Peronismo Militante.
Allí se escuchó hablar de "democratización de la corporación judicial", y en el inicio de investigaciones sobre las responsabilidades de "civiles" durante la última dictadura, como pidió Estela de Carlotto.
"A la Justicia le falta pisar la calle, caminar la realidad", se dijo entonces. Junto a ella estuvieron Guillermo Moreno, Carlos Tomada, Agustín Rossi y Eduardo De Pedro.
Al final, el diputado oficialista Horacio Pietragalla pidió a los manifestantes: "Empecemos a desconcentrar porque le tenemos que dejar la Plaza a la otra marcha, por favor, compañeros".
Aguardaban para entrar a la Plaza los convocados por el espacio Encuentro, Memoria, Verdad y Justicia (EMVyJ), el Partido Obrero, el MST y la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos.
El Partido Obrero apuntó contra la ley antiterrorista sancionada por el Gobierno, el Proyecto X y por "realizar un pacto con la Iglesia, que es cómplice de la dictadura militar".
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