22 de julio 2014 - 00:00

Diálogos en el recinto

Diálogos en el recinto
La negociación por la deuda con los holdouts en Nueva York está cada vez más en el centro de la escena. En Buenos Aires, la política teme por los efectos de un posible default sin saber hasta dónde pueden salpicar y ni siquiera cuál es la estrategia final del Gobierno. Desde el vacío del Congreso de estos días, el legislador que se esconde bajo el seudónimo de Frank Underwood, el protagonista de la serie "House of Cards", aporta razonamientos también sobre el verdadero impacto de la visita del presidente chino y el entreverado futuro que le espera al Senado.

Periodista: ¿Listos para las vacaciones?

Frank Underwood:
No tanto. Por aquí no hay nadie, pero el Gobierno sigue presionando.

P.: ¿Por qué?

F.U.:
La ley para inmunizar los fondos de bancos extranjeros. Todavía falta Diputados y el ambiente esta raro. Las lealtades ya no son las mismas.

P.: ¿Tan importante es?

F.U.: La cuestión es China, razone. Argentina va a poder utilizar esos fondos como línea de crédito para cubrirse cuando necesite yuanes. ¿Para qué podría necesitar yuanes Argentina?

P.: Para pagarle a los chinos sus exportaciones.

F.U.:
Así es. Eso resume el problema.

P.: ¿Pero no hay forma de usar ese swap para reforzar la caja del Central?

F.U:
Mire, si hubiera una corrida contra el peso o si necesitáramos dólares para cubrir déficit por comercio exterior o importación de energía de poco servirá ese "préstamo" chino.

P.: ¿Nadie acepta yuanes en el mundo?

F.U.:
Sí, claro, pero la convertibilidad del yuan en dólares es muy limitada. Es gracioso, pero ni siquiera en Buenos Aires hay convertibilidad entre las dos monedas. Y le doy un dato: en las plazas que hacen conversiones de yuanes a dólares, los montos son bastante inferiores al swap que nos habilitaron. No sea cuestión que terminemos convalidando devaluaciones. Ni a los chinos les conviene.

P.: Bueno, efecto neutro entonces para el Central y buena noticia para los importadores locales.

F.U.:
No tanto. Le doy un dato extra: mientras siga abierta la guerra con los holdouts hasta la operación de los yuanes prestados corre peligro de embargo.

P.: Volvamos a la política más llana. El kirchnerismo no termina de definir un candidato competitivo y tampoco le deja de complicar el camino a Scioli. Eso mantiene todo paralizado, ¿no?

F.U.:
Hasta para la oposición . Todos buscan sparring, pero no hay. Ése es el negocio de estos días: mientras no haya candidatos lo mejor es demorar la pelea. Para que haya interna debe haber con quién hacerla. Todos tienen sus problemas: los radicales, Macri, UNEN que se estira siempre a punto de romperse. Todos corren tras el juego de la indefinición del peronismo. Es un clásico. La incógnita es cómo lo seguirá jugando Sergio Massa.

P.: La demora ayuda también a Amado Boudou. Cuanto menos pase, mejor.

F.U.: El problema no es de Boudou. El problema es de Miguel Pichetto que no sabe cuándo va a volver a tener Senado. Mire: hay dos tipos de vicepresidentes: los que se dejan pisotear y los que pisotean. Estamos tan complicados que ni siquiera eso está definido.

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