A diferencia de los dos anteriores debates televisivos, el organizado el martes a la noche por la católica TV Aparecida en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Aparecida (San Pablo), careció del enfrentamiento directo entre los candidatos, sometidos por las reglas del foro a sorteos para hacer preguntas y dar respuestas.
A pesar de ese formato, que evitó un cara a cara directo, la presidenta Rousseff, que busca su reelección por el gobernante Partido de los Trabajadores (PT), y el opositor socialdemócrata Aécio Neves, cruzaron duras acusaciones.
"A lo largo de mi vida tuve tolerancia cero con la corrupción y quien descubrió todos los crímenes de corrupción (en la petrolera estatal) fue un órgano del Gobierno, que es la Policía Federal. No es fácil descubrir un esquema de ese tamaño y nunca resolvimos 'cajonear' eso", dijo Rousseff.
El escándalo se refiere a las revelaciones del exdirector de Abastecimiento de la estatal Paulo Roberto Costa, quien aceptó colaborar con la Justicia para reducir su pena y acusó a decenas de políticos, sobre todo oficialistas, que supuestamente recibieron coimas por contratos de la compañía.
En tanto, Costa calló ayer ante una comisión del Congreso. "Me reservo el derecho de quedarme callado", dijo ante los miembros de la comisión que investiga casos de corrupción en la petrolera en una sesión pública.
Pese a la negativa de Costa a declarar, los legisladores insistieron en hacerle preguntas. El inculpado, que está preso pero fue autorizado a presentarse ante la comisión, dijo que tampoco hablaría si la sesión pasaba a ser reservada, aunque la posibilidad de que declare en secreto fue rechazada por la comisión tras un airado debate.
Los legisladores de la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) sobre Petrobras llegaron a preguntarle si participó de la compra sobrevalorada de la refinería Pasadena (Texas, Estados Unidos) o si se acogió al mecanismo de "delación premiada", por el cual puede reducir su pena si delata a los involucrados en la red de corrupción en la que está implicado. En todas las ocasiones, la respuesta de Costa fue similar. "Con todo respeto, no tengo nada que declarar", insistió.
En tanto, en el debate de Aparecida, la ambientalista Marina Silva, segunda en las encuestas y levemente favorita en una segunda vuelta con Rousseff, cuestionó a la mandataria y a Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), por no presentar un programa de Gobierno.
Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB), evitó profundizar sobre su defensa de una "independencia" del Banco Central, como consta en su propuesta de Gobierno y un tema que fue abordado por varios de los otros candidatos, incluso por la propia Rousseff.
Temas polémicos como la despenalización del uso de la marihuana, el aborto y el matrimonio homosexual, traídos al debate en las preguntas de los obispos y la prensa de orientación católica, fueron esquivados por los principales candidatos.
Agencias EFE, Reuters y AFP |
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