12 de mayo 2009 - 00:00

Efecto Moyano: Cristina con las dos “CGT” en su contra

Efecto Moyano: Cristina con las dos “CGT” en su contra
«Al ministro de Trabajo, Moyano le ordenó que no nos reciba: le dijo que si nos recibía, lo hacía echar». Luis Barrionuevo tradujo la excusa amigable de Carlos Tomada en un grito tribunero para invocar a su rival preferido, el camionero y jefe de la CGT, Hugo Moyano.

Antes, el gastronómico se comunicó con el despacho de Tomada para acordar la entrega de un petitorio para la reapertura de paritarias y se encontró con la respuesta previsible: no lo recibirían. Fue una charla breve que luego Barrionuevo moldeó a su antojo.

La marcha de CGT Azul y Blanca, poblada de gremios disidentes de la cúpula moyanista, recorrió ayer el centro porteño para llegar, hipercustodiada, al Ministerio de Trabajo a reclamar que se reabra la paritaria y se otorgue un aumento del 30% a los jubilados.

Barrionuevo, poco afecto a la visibilidad callejera, se puso al frente de la columna y enumeró las demandas de no aceptar, tampoco, una «suma fija» de aumento y reclamarle al Gobierno los fondos adeudados a las obras sociales. «¿Dónde están los 2.500 millones de los trabajadores?», preguntó.

Barrionuevo, metido en un duelo verbal con Aníbal Fernández, arrastró a su CGT por un conflicto que estalló con Gastronómicos cuando, la semana pasada, las cámaras del sector se negaron a otorgar un incremento salarial del 26%.

Unas horas antes, la CTA le puso fecha a su primer paro nacional de la era Kirchner: el 27 de mayo, luego de una jornada de protesta en abril pasado, la central que alguna vez fue filokirchnerista parará en contra del Gobierno de Cristina de Kirchner.

La película, casi en simultáneo, muestra a las dos centrales obreras disidentes de la CGT en choque abierto con la Casa Rosada, consecuencia de la decisión del matrimonio presidencial de dejarse caer definitivamente en los brazos del jefe camionero.

Dos acciones

Antes de la elección del 28 de junio, Cristina deberá enfrentar dos acciones de esas centrales: el paro de la CTA, convocado para el 27, y una marcha de la Azul y Blanca prevista para junio, posiblemente 10 días antes de la votación en la que su marido será candidato.

Serán, de todos modos, las dos demostraciones más visibles: tanto la CGT de Barrionuevo como la CTA que conduce Yasky, pero en la que cogobierna Víctor De Gennaro, planean actividades para las próximas semanas, casi como parte de la campaña electoral.

Los dos, por veredas diferentes, elevarán reclamos salariales, pero mientras Barrionuevo pedirá aportes para las obras sociales -como lo hace la CGT oficial-, la CTA se enfocará en el reclamo de personería gremial, tema que se entrevió tras un fallo de la Corte Suprema.

Todo, claro, aparece inmerso en el ruido electoral. El moyanismo tuvo una cosecha inimaginable de cargos en las boletas K -dos diputados nacionales y dos legisladores provinciales en Buenos Aires, más otros en Capital- y cobra, indirectamente, un legislador provincial por Unión-PRO, aportado por Gerónimo «Momo» Venegas, socio de Moyano, pero aliado de Eduardo Duhalde.

A su vez, Barrionuevo tuvo un cierre positivo al quedarse con dos legisladores provinciales a salir -uno de ellos, su hermana Esther- en Unión-PRO, el frente que comparten Mauricio Macri, Francisco de Narváez y Felipe Solá.

La CTA, en tanto, se encolumnó casi totalmente detrás del proyecto que encabeza Martín Sabbatella: en Nuevo Encuentro confluyen las dos vertientes más fuertes de la CTA, la de Yasky y la de De Gennaro, que se quedaron con el segundo diputado nacional y ubicaron, en lugares expectantes, dirigentes propios en las listas provinciales.

Sin embargo, un dirigente de CTA también sorprende entre los candidatos K: Francisco «Tito» Nenna, vinculado a Edgardo Depetri, uno de los últimos ceteístas pro Kirchner, encabeza la boleta apañada por Néstor Kirchner en la Ciudad de Buenos Aires.

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