1 de agosto 2012 - 00:35

El 77% del crédito a las empresas tiene un plazo menor a seis meses

Surge de un informe del BCRA. Busca justificar obligación de prestar a tres años

Martín Redrado
Martín Redrado
Como una manera de justificar la medida por la cual obligó a los bancos a prestarles a las empresas al 15% anual y tres años como mínimo, el Banco Central elaboró un extenso informe en el que releva el comportamiento del financiamiento bancario al sector corporativo. De allí surge que el 77,4% del total prestado se da a plazos de seis meses. Apenas el 3,5% del total de préstamos a este segmento se da a más de tres años, con lo que se deduce que el otorgamiento de crédito para financiar planes de inversión es extremadamente bajo.

Según el mismo informe, el 10,9% del total de préstamos bancarios a empresas se da en un plazo de seis meses a un año, mientras que el 6,2% se otorga de uno a tres años. De estos datos surge que la «torta» de financiamiento bancario está muy volcada a préstamos cortos, preferentemente descuento de documentos y adelantos en cuenta corriente. Ambos se utilizan para financiar capital de trabajo, o sea las necesidades de corto plazo de las compañías (cubrir cuentas pendientes, pagos de sueldo y otras necesidades por el estilo).

La entidad busca ahora extender el plazo de financiación que tienen las compañías. Por eso, hace un mes el Central obligó a las entidades a lanzar una nueva línea de crédito a tres años de plazo como mínimo y tasas del 15% anual. Esos préstamos deberán ser equivalentes al 5% de los depósitos, lo que arroja un volumen total cercano a $ 15.000 millones. La intención es que haya más fondos disponibles destinados al sector productivo. La mitad de estos préstamos debería estar dirigido a las pymes.

El objetivo es que las empresas tengan más facilidades para incrementar su capacidad productiva (por ejemplo, ampliando sus plantas o adquiriendo bienes de capital), en un contexto en donde la inversión presenta una franca declinación.

El desagregado sobre el crédito bancario a empresas está publicado en el «Informe macroeconómico y de política monetaria», que reemplaza al tradicional «Informe de inflación» que se publicaba desde que Martín Redrado llegó a la presidencia del BCRA en 2004.

Uno de los puntos que resalta la entidad es el bajísimo nivel de endeudamiento que presentan las empresas, que en total no llega al 23% del PBI. En Brasil, por ejemplo, asciende al 30%, mientras que en los países desarrollados que están más complicados supera el 150% del Producto, como Francia, Bélgica, España o Irlanda. De esto surge que las compañías estarían en condiciones de tomar más fondos frescos del sistema financiero sin endeudarse excesivamente y mucho menos de poner a la economía al borde de un riesgo sistémico.

El propio Central reconoce que resulta difícil determinar cuánto realmente de lo que presta el sistema financiero es crédito de largo plazo. Lo hace de manera indirecta, teniendo en cuenta los préstamos que se otorgan con garantía hipotecaria y prendaria, que generalmente se utiliza para los plazos más extensos. Del total del sistema bancario, el 10,7% se otorga con este tipo de garantía especial, aunque en los bancos públicos es donde se nota mayor proporción: el 20%. En cambio, en el caso de los bancos extranjeros esa proporción es inferior al 2%.

Estos son otros datos que surgen del informe sobre la distribución del crédito a empresas por parte del Central:

  • El crédito a la inversión puede generarse tanto a través de la canalización del ahorro depositado en los bancos como mediante los mercados de capitales. No obstante, en las economías en desarrollo se observa que el financiamiento de la actividad productiva depende, principalmente, del sistema bancario.

  • El acceso al financiamiento del sistema bancario es un factor que influye significativamente en la inversión, especialmente en aquélla realizada por el sector de las pequeñas y medianas empresas.

  • Los sistemas bancarios de numerosas economías en desarrollo tienden a conceder preferentemente préstamos a las familias (principalmente destinados para consumo) y al sector productivo a corto plazo, como consecuencia de políticas de administración de riesgos y de los niveles de rentabilidad deseados.


  • De acuerdo con el Banco Mundial, una cantidad importante de empresas de varios países emergentes con distintos niveles de profundidad financiera manifestaron que la disponibilidad de crédito a largo plazo era un problema.
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