Moscú - El paradero de Yevgeny Prigozhin, el jefe del grupo de mercenarios Wagner, es un misterio, ya que nadie sabe dónde se encuentra. “Está en Minsk, San Petersburgo o en Moscú”. ¿Dónde están sus milicias y contra quién pueden desplegarse todavía? A estas alturas, el asunto de Prigozhin y su Wagner recuerda la definición utilizada por Winston Churchill para la URSS en 1939: un rompecabezas envuelto en un misterio dentro de un enigma.
- ámbito
- Edición Impresa
El paradero del líder de la milicia Wagner inquieta al Kremlin: ¿volvió a Rusia?
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, dijo que no sabía dónde estaba el paramilitar, pese a haberle otorgado asilo tras el motín de finales de junio.
Una confusión quizás alimentada arteramente. “No está en Bielorrusia, sino en San Petersburgo, quizá en Moscú”, declaró desde Minsk el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, añadiendo que, si le vuelven útiles, su país recurrirá a los servicios de los wagnerianos.
“No tenemos ni la posibilidad ni el deseo de seguir los movimientos de Prigozhin”, se limitó a comentar el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. E incluso la Casa Blanca dijo que no tiene idea de dónde está.
Es difícil creer que al gobierno de Moscú no le importe o no tenga los medios para saber dónde está el hombre que intentó organizar un motín militar. Una rebelión detenida con la promesa de inmunidad para los milicianos wagnerianos y un salvoconducto para llegar a Bielorrusia.
Ahora todo está siendo cuestionado, incluida la posición frente a la justicia de Prigozhin, que el presidente ruso, Vladímir Putin, dijo que estaba bajo el atento escrutinio de los investigadores por posibles irregularidades financieras. En algunos medios de comunicación y canales de Telegram circulan desde hace días rumores de que Prigozhin se encuentra en circulación en San Petersburgo y que el dinero y los lingotes de oro incautados le fueron devueltos.
Pero el jefe de Wagner fue atacado de otra manera, con imágenes filtradas en algunos medios de comunicación del allanamiento en su chalé por los servicios de seguridad. Una casa de lujo desenfrenado, como cabría esperar de un hombre tan rico como Prigozhin, con un helicóptero aparcado en el exterior y completa con una clínica médica y una sala de oración con los tradicionales iconos. Pero lo que llama la atención son una serie de detalles que parecen hechos a propósito para ridiculizar su figura. Es el caso de las pelucas que supuestamente utilizó Prigozhin para disfrazarse, los pasaportes falsos o los souvenirs en forma de martillo, que recuerdan las acusaciones vertidas por los opositores a Wagner de haber utilizado este instrumento para matar bárbaramente a los traidores.
Sobre algunos canales de Telegram también circulan improbables fotografías que representarían a la misma cabeza de Wagner disfrazada con pelucas y barbas falsas.
“No hace falta ser partidario de Prigozhin para darse cuenta de que se trata de un engaño” para destruir su imagen, escribió el canal de Telegram Zona Gris, cercano a Wagner. La misma fuente afirmó que a Prigozhin no sólo se le devolvió el dinero y los lingotes incautados, sino también algunas armas que aparecían en el vIdeo, al tiempo que se comprobó que un “polvo blanco” del que se había hablado en los últimos días resultó ser “una falsificación”, y no drogas, mientras que los pasaportes falsos habían sido facilitados a Prigozhin por el servicio de inteligencia militar.
Se desconoce qué está haciendo Prigozhin y qué hará. Un periodista de Current Time, la cadena de televisión de Radio Free Europe, informó que se había percatado personalmente de que continúan los enrolamientos en al menos un centro de la región sureña de Krasnodar.
Pero las autoridades rusas aseguraron que los wagnerianos ya no serán empleados en el conflicto de Ucrania. Lukashenko dijo que a los hombres de Prigozhin se les ofreció alojamiento en ex bases militares construidas en la era soviética, pero no se tomó ninguna decisión. “Si necesitamos usarlos, los usaremos de inmediato”, agregó el presidente bielorruso, sin explicar cómo.
El propio Lukashenko, sin embargo, quiso asegurar que “nadie lanzará un ataque” contra Ucrania desde territorio bielorruso, aunque reiteró que a finales de año se desplegarán en su país armas nucleares tácticas rusas.
Estas cabezas nucleares no tienen nada que ver con el conflicto ucraniano y sólo se desplegarían en caso de “agresión de la OTAN contra Bielorrusia o Rusia”, subrayó Lukashenko. En cuanto a Ucrania, el presidente bielorruso volvió a pedir “negociaciones sin precondiciones”.
“Hay muchos indicios de que en otoño (boreal) la situación cambiará y empezaremos a hablar en la mesa de negociaciones. Quizá no en septiembre, pero sí en otoño”, señaló. Sobre todo porque, en su opinión, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, “entendió finalmente que no va a ganar esta guerra”.
Agencia ANSA
Dejá tu comentario