20 de febrero 2012 - 00:00

Hasta Warhol la retrató

Hasta Warhol la retrató
La empresaria Amalia Lacroze de Fortabat, la mujer más rica de la Argentina, falleció el sábado a los 90 años en su casa y rodeada de su familia. Apodada «La dama del cemento», empresaria, filántropa y la mayor coleccionista de arte de la Argentina, Amalita había sido retratada alguna vez por el célebre artista plástico norteamericano Andy Warhol, en su piso ubicado en la Quinta Avenida, en Nueva York, propiedad que había vendido recientemente.

Sus problemas de salud comenzaron en mayo de 1999 cuando se cayó de una escalera en su departamento, lo que la obligó a someterse a cuatro operaciones de cadera. En 2008, días después de mostrarse públicamente en una cena en Puerto Madero, debió ser internada debido a una descompensación cardíaca producida por una trombosis. El 24 de noviembre de 2010 ingresó nuevamente durante tres días por molestias respiratorias y se recluyó casi totalmente y no se la vio en público.

Nacida en 1921, hija de un médico y un ama de casa, Amalita tuvo como abuelo a Federico Lacroze, quien estableció la primera línea de tranvías en Buenos Aires en 1880 y hoy se lo recuerda en una de las estaciones de la línea B de subterráneos porteños. A los 21 años se casó con el abogado Hernán de Lafuente, con quien tuvo a su única hija, María Inés, quien a su vez le dio tres nietos.

En 1947, en Uruguay, contrajo por segunda vez matrimonio con el fundador de la empresa cementera Loma Negra, Alfredo Fortabat, 27 años mayor que ella. Cuando su marido falleció en 1976, Amalita Fortabat debió hacerse cargo de la dirección de la empresa y, unos años más tarde, reconoció lo duro que resultó este trance.

Heredó 160.000 hectáreas de tierra, miles de cabezas de ganado, propiedades en Buenos Aires, Grecia y los Estados Unidos, tres aviones, un helicóptero, un barco y varios autos de lujo.

En la gestión de Raúl Alfonsín, Loma Negra fue la proveedora exclusiva para la construcción de las represas de El Chocón, Yacyretá y Salto Grande. Más tarde, durante los 90, Amalita se quedó con el tren de carga que une el Alto Valle de Río Negro con Buenos Aires, canal estratégico entre sus fábricas cementeras.

Carlos Menem también la designó embajadora itinerante de la Argentina, a partir de sus contactos en el ámbito internacional. Así se convirtió en la mujer más rica de la Argentina, según la revista Forbes, con una fortuna calculada en u$s 1.800 millones. En 2005, luego de un proceso de reconversión poco exitoso de su empresa, vendió Loma Negra al grupo brasileño Camargo Correa por u$s 1.000 millones.

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