11 de diciembre 2013 - 21:33

Integración para construir futuro

Integración para construir futuro
Para pensar el futuro debemos poner en análisis nuestra historia y nuestro presente. Nuestra Nación ya tiene 203 años de historia. Y es esta historia la que define junto a las coyunturas del presente cuáles serán nuestros desafíos.

Nuestro país ha tenido tres tensiones de carácter estructural que fueron irresueltas hasta esta gestión de Gobierno, que se inició en el año 2003 con la presidencia de Néstor Kirchner, que hoy continúa con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y que están en proceso de solución. La primera tensión fue la dificultad de ejercer gobernabilidad política y calidad institucional; la segunda, con el crecimiento de la economía y estabilidad macroeconómica sustentable a largo plazo, y la tercera tensión está vinculada a la inclusión social y a la distribución del ingreso.

Estas tensiones generaron tres consecuencias directas: asimetrías profundas en la distribución del ingreso, entre trabajadores y empresarios, en la distribución espacial del ingreso entre distintas provincias y, sobre todo, en la distribución del ingreso entre rangos etarios.

En los últimos 30 años de democracia logramos ejercer el ejercicio proactivo para mejorar sustancialmente la calidad de representación de los dirigentes políticos y, obviamente, la estabilidad de los mandatos constitucionales. La segunda cuestión es precisamente la estabilidad macroeconómica y el crecimiento. Hemos dejado atrás los procesos de crecimiento y después parálisis. En los últimos 10 años hemos sostenido una etapa de crecimiento económico de carácter acumulativo hasta llegar al 104% del PBI.

Hoy estamos quizás en la etapa más importante hacia el futuro. La Argentina tiene una matriz productiva que es amplia y diversa, y su principal desafío tiene que ver con la integración: entre campo e industria, del sistema de logística, entre mercado interno y exportaciones, entre el interior y el desarrollo del Gran Buenos Aires.

Esto nos posiciona también de frente al mundo. Integrarnos asignando los recursos necesarios para obras estratégicas que impliquen reducción de costos sistémicos en el país. Nuestro desafío es, entonces, para el corto plazo: invertir en logística integrada, en energía, en fibra óptica, en desarrollar la integración del corredor andino, el corredor bioceánico norte y centro, la hidrovía Paraná-Paraguay, el mecanismo de integración desde Paranaguá en el Atlántico para llegar a los puertos del Pacífico. El eje para el desarrollo de nuestro país tiene que fundarse sobre la base de la integración regional. Necesitamos unir nuestros mejores esfuerzos para que nuestros socios estratégicos nos permitan avanzar en el incremento de las exportaciones.

Tenemos que pensar que nuestros desafíos hacia adelante tienen que ver con resolver los problemas de estrangulamiento de sectores y de precios, empezando por integración de todas las cadenas de valor de manera transparente, promoviendo la inversión para alcanzar mayor oferta de bienes y servicios, alcanzando una regulación económica eficaz e impulsando estímulos para que la inversión deje de lado la búsqueda de beneficios de corto plazo.

Así la gesta más importante de la próxima década será la de seguir invirtiendo, seguir trabajando, seguir integrándonos entre regiones y con el mundo para que la Argentina sea, definitivamente, la potencia que todos los argentinos queremos que sea.

Dejá tu comentario