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Italia despide a Suso Cecchi D’Amico, guionista de lo mejor de su cine
Nacida Giovanna el 21 de julio de 1914, Suso fue ayudante de guión y luego guionista principal de Luchino Visconti, De Sica, Blasetti, Antonioni, Fellini, Zampa, Lattuada, Comencini, Zeffirelli, y una larga serie de grandes del cine italiano. Escribió melodramas, comedias, de todo, incluyendo un peplum bíblico, «Linchiesta», y todo con una altura impresionante, desde «Mi hijo el profesor» (1946, Renato Castellani), con el gordo Aldo Fabrizzi como el portero orgulloso de su hijo hasta «La rosa del desierto» (2006, Mario Monicelli), estrenada hace poco entre nosotros.
Citemos algunos títulos: «Vivir en paz», «La honorable Angelina», «Fabiola», «El cielo sobre el pantano», «Es primavera», «Milagro en Milán» (lo de los pobres corriendo adonde caiga un rayo de sol entre las nubes también es idea suya), «Bellissima», «¡Buen día elefante!», «Proceso a la ciudad», «Primera comunión», «La princesa que quería vivir» (con Audrey Hepburn y Gregory Peck), «Senso», «Las amigas», «La suerte de ser mujer», «Las noches blancas», «La sfida», «Los desconocidos de siempre», «Verano violento», «Salvatore Giuliano», «Atavismo impúdico», «Metello», «Hermano sol, hermana luna», «Ludwig», «Caro Michele», «El inocente», «Jesús de Nazareth», «Corazón», «Esperemos que sea mujer», «La historia», «Ojos negros», de Nikita Mijalkov , «Parientes serpientes», y los documentales «Un amigo mágico: el maestro Nino Rota», de Monicelli, sobre el recordado músico, y «Mi viaje a Italia», de Martin Scorsese.
Hija del escritor, guionista y director de producción Emidio Cecchi, profesor de Berkeley, y de la pintora Leonetta Pieraccini, la joven Suso estudió en un liceo francés y en Cambridge, fue empleada de Comercio Exterior, y traductora de Shakespeare con su padre. Empezó a guionar por necesidad, ya que en la posguerra su marido Fedele DAmico, crítico e historiador de teatro, contrajo tuberculosis.
Se dice que fue miembro de la Resistencia y gran amiga de Anna Magnani y Mario Monicelli, atemperó el pesimismo de los films de Antonioni, se negó a trabajar con su vecino Rossellini cuando éste abandonó a su mujer, y vivió en (y luchó por) Villa Borghese desde 1924. Cavaliere de la República Italiana, León de Oro a la trayectoria en Venecia 1994, estuvo a punto de venir como jurado a Mar del Plata durante la gestión Márbiz, pero justo ahí empezaron sus males. Los funerales se celebrarán mañana, en la iglesia romana de Santa Maria del Poppolo. La despiden sus hijos Masolino, Silvia y Caterina, los tres traductores y productores.
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