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Las flores de Arnaiz, bálsamo para estos tiempos violentos

Jardín. Una obra de “De Natura (Sobre la Naturaleza)”.
"De Natura (Sobre la Naturaleza)" es el título de su muestra actual, que deriva de otras en las que las flores son el leitmotiv.
No se trata de flores con contenidos simbolistas, religiosos, ocultos, excelencia en la imitación de la naturaleza, también considerada "entretenida, flores imitadas del natural en tiempos de primavera", como señalaba Francisco Pacheco con cierto desdén en "Arte de la Pintura" publicado en 1649.
Muchas flores se han pintado a lo largo de la historia del arte, tentación a la que no han escapado pintores de distintas generaciones, nacionalidades, los grandes y los mediocres, un género ahora considerado muy menor y al que muy pocos se atreven por temor a caer en el cliché.
Pero las de Arnaiz son formas a partir del color, formas circulares que se expanden sobre la tela o el papel con pinceladas cargadas de sensualidad.
En algunos casos se fagocitan, ¿son carnívoras? En realidad es la pintura y punto. Somos los contempladores los que nos debatimos ante el dilema de las referencias figurativas y narrativas. Deleuze dijo: "Un cuadro no tiene nada que figurar y nada que contar". Sin embargo, éstas están en la psique del artista, en su percepción del mundo, en sus vivencias, en el por qué toma este tema y no un paisaje o una figura humana.
Y está también la fuerza que trasciende y que el contemplador captura cuando se mira este conjunto de elementos que pueden parecer flores por el peso de los colores.
Y hay algo importante en este "jardín" que de a poco va revelando sus secretos y que coincide con unos caracteres que estaban en el Jardín de Pan-Yun-Tuan junto a la Puerta de la Luna: "La belleza penetra gradualmente".
"De Natura I, obras recientes", en Jorge Mara-La Ruche (Paraná 1133) y en la nueva galería Otto (Paraná 1158) se exhibe la muestra de dibujos sobre papel "De Natura II" (2009/2010).
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