23 de septiembre 2011 - 00:00

Lo previsible: el ajuste feroz desata en Grecia rebelión social

El Gobierno griego debe poner cuentas en orden para recibir salvataje. Pero la tensión social da claras señales de que no hay más margen para recortes de ingresos.
El Gobierno griego debe poner cuentas en orden para recibir salvataje. Pero la tensión social da claras señales de que no hay más margen para recortes de ingresos.
Atenas - Trabajadores griegos realizaban ayer una huelga de 24 horas y forzaron la paralización del sistema de transporte, en protesta contra la decisión del Gobierno de intensificar medidas de austeridad y así asegurar la ayuda que salve al endeudado país de la bancarrota. Unos 1.000 miembros del grupo comunista MAS marcharon al Parlamento gritando «resistan» y «la plutocracia debe pagar por esta crisis», dentro de la primera gran jornada de protestas a nivel nacional desde junio, cuando manifestaciones diarias terminaron en sangrientos enfrentamientos con la Policía.

Otros 6.000 estudiantes, algunos con banderas negras y usando máscaras antigases, y profesores se unieron a los manifestantes en las afueras del Parlamento y sindicalistas esperaban sumarse más tarde. En el lugar había un gran despliegue de policías antimotines. La huelga de taxis, autobuses, metro y trenes obligó a los usuarios a usar sus autos, provocando kilómetros de atascos y atrapando a los turistas alojados en los hoteles del centro antiguo de Atenas. Los sindicatos dijeron que estaban planeadas más paralizaciones.

«La situación es dramática, todas las calles principales están atascadas», dijo un agente de policía de tráfico que declinó ser citado. Un paro de los controladores del tráfico aéreo retrasó 100 vuelos hasta por cuatro horas y decenas más con origen o destino Grecia fueron cancelados. Después de que una troika de inspectores del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE) dejaran claro que estaban perdiendo la paciencia por la incapacidad del Gobierno griego para cumplir con los objetivos del rescate y amenazaron con cortar la ayuda, el gabinete acordó el miércoles medidas de austeridad frontales. Eso fue visto como una estrategia para ganar más tiempo y dinero.

Complicado

Las nuevas medidas incluyen la profundización de los recortes en las pensiones, la extensión de un impuesto a los bienes raíces por lo menos hasta 2014 y colocar a 30.000 trabajadores públicos en una «reserva laboral» con una disminución de sus salarios y darles un año para encontrar nuevos empleos en el sector público o ser despedidos. «Para la troika, por el momento, esto es suficiente y las medidas serán aprobadas por el Parlamento. La troika liberará el próximo tramo», consideró Christoph Weil, un economista de Commerzbank.

Grecia debe ahora enfrentar el problema más complicado de cómo cobrar impuestos adicionales e implementar medidas dolorosas, aunque algunos comentaristas dijeron que había algo de resignación entre algunos de los que se opusieron firmemente en el pasado. Legisladores y economistas temen que una suspensión de pagos de la deuda griega, de 340.000 millones de euros, pueda sacudir los mercados mundiales y arrastrar al abismo a otros miembros de la zona euro como Italia y España, así como elevar el riesgo de una recesión en Occidente.

El presidente de la división de Goldman Sachs en el exterior, Peter Sutherland, afirmó el jueves que la situación de Grecia representaba una gran amenaza para el euro, mientras Canadá dijo que se podría desatar una crisis bancaria mundial si Europa no controlaba la crisis. «Es una política que no toleramos, no queremos. Nos oponemos total, permanente y continuamente a ello», dijo Yannis Panagopoulos, presidente del sindicato de trabajadores del sector privado GSEE, a la cadena estatal NET TV.

Dado que se prevé que la economía se contraiga al menos un 5% este año -tras un 4,4% en 2010- y el desempleo está casi en el 16% y subiendo, la mayoría de los griegos tiene pocas esperanzas de que las medidas de austeridad ayuden a la nación a salir de la crisis.

Terror

«Estamos viviendo con el terror de que podemos perder nuestros trabajos, nuestras vidas. Incluso aunque estos despidos sean necesarios, no nos están tratando como seres humanos», dijo Costas Andrianopoulos, de 32 años, quien trabaja en el Teatro Nacional. «Recortan nuestros salarios y nuestras pensiones y lo aceptamos. Ya no me creo que esto sea por el bien del país. Nos hemos sacrificado para nada. No podemos evitar la quiebra. No tenemos esperanza», agregó.

La oposición conservadora, que tiene una ligera ventaja en las encuestas de opinión sobre el primer ministro socialista, Yorgos Papandréu, y ha pedido elecciones anticipadas, mantuvo su negativa de colaborar con el Gobierno, lo que ha irritado a los líderes de la UE. «Las naciones líderes de la zona euro están nerviosas y están tomando esto contra nosotros», dijo ayer el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, en referencia a comentarios de que Grecia está siendo una especie de chivo expiatorio de problemas más amplios. «Tenemos que cumplir plenamente con nuestras obligaciones para que no se puedan utilizar pretextos (contra nosotros)», añadió.

El país continúa profundamente dividido entre los trabajadores del sector privado, que dicen que la burocracia estatal está estrangulando a los griegos, y los empleados públicos, que dicen que los mayores problemas son la corrupción política y la evasión fiscal.

Las nuevas medidas se producen tras advertencias de la troika de inspectores de la UE y el FMI de que Grecia debe dejar de incumplir objetivos de su plan de rescate a cinco años o perderá el tramo de ayuda de 8.000 millones de euros (11.000 millones de dólares) que necesita para pagar los sueldos del próximo mes.

Agencia Reuters

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