19 de octubre 2012 - 00:00

Lo que se dice en las mesas

En la cena de gala en el Four Seasons, pasaron Alejandro Rainieri, Mercedes von Dietrichstein de Zemborain (Hospital de Clínicas), Karina Rabolini y Martín Cabrales.
En la cena de gala en el Four Seasons, pasaron Alejandro Rainieri, Mercedes von Dietrichstein de Zemborain (Hospital de Clínicas), Karina Rabolini y Martín Cabrales.
Vuelve a hablarse de física en las mesas de dinero. Puntualmente de «histéresis». ¿Qué es esto? Es la tendencia de un material a conservar una de sus propiedades, en ausencia del estímulo que la ha generado. Un objeto al que se ejerce fuerte presión no vuelve a la posición inicial, dice la teoría. En economía, también se usa el término para el desempleo, cuando aumenta, y luego existe una dificultad en lograr que vuelva a bajar. Puntualmente en los papeles argentinos, se hizo referencia ayer dado que tras la baja acumulada por las versiones y los temores de pesificación, se recuperaron, pero no volvieron a los niveles previos. Más aún, podría decirse que la Argentina fue una suerte de «voyeur» de un rally espectacular en los mercados emergentes, dado que no acompañó el despegue observado en los principales papeles emergentes. De esto hablaron varios ejecutivos anoche en la fiesta del HSBC en el Sheraton Mar del Plata, en el marco de la cumbre de IDEA. Chefs, shows y DJ se lucieron ante los 800 invitados. Aun así, se decía allí, desde el máximo alcanzado el 1 de junio, el riesgo-país ha caído ya un 33%, a 845 puntos. A pesar de que el temario de IDEA sólo tocó tangencialmente cuestiones financieras, hubo una nutrida concurrencia del sector. Gabriel Martino (HSBC), Enrique Cristofani (Santander), Ricardo Moreno (BBVA) fueron los principales ejecutivos presentes. También asistieron Eduardo Tapia (Raymond James

Argentina), Cristian López (Consultatio Asset Management) y Fabián Ciarlotti (director de los fondos del Standard Bank). Entre los representantes de la banca nacional pasaron Daniel Llambías y Diego Videla (Banco Galicia). La incertidumbre por lo que sucederá con los bonos tras la pesificación chaqueña era lógicamente el tema más relevante para los hombres del mercado. Los banqueros, por su parte, mostraron optimismo por la colocación de la línea productiva, aunque es necesario llegar a $ 15.000 millones hasta fin de año. El problema principal no se da tanto por el lado de las grandes empresas, sino con las pymes, ya que la mitad del financiamiento hay que volcarla a este segmento. «A los pequeños empresarios a veces les cuesta un poco entender que el financiamiento al 15% anual lo podemos dar con proyectos productivos concretos, no para cambiar el auto o para ver qué hacen con el dinero», dijo Claudio Cesario (ABA).

En otro evento, el lunes en el Four Seasons, se realizó la tradicional gala anual del Hospital de Clínicas, de la cual participaron empresarios, políticos y figuras del espectáculo. Marcelo Figueiras (Laboratorios Richmond) con la senadora María Laura Leguizamón, Alejandro con Bettina Bulgheroni, Martín Cabrales, Juliana Awada (sin Mauricio Macri), Karina Rabolini (sin Daniel Scioli), Mirtha Legrand, Iván de Pineda (con Luz Barrantes), Tato Lanusse (debutando con nueva consultora asociado a Carolina Giménez), «Lili» Sielecki, Bruno Quintana, Pablo Roemmers, Alejandro Macfarlane, Claudio Rígoli, el artista Alejandro Rainieri, entre otros, asistieron a esta cita benéfica. El eterno DJ Héctor Suasnábar se encargó de movilizar a los casi 200 asistentes. Como siempre ocurre ya, los temas en las mesas variaban desde el clásico dólar «blue», las apuestas para 2013, y arbitrajes, pero veraniegos: Punta del este vs. Caribe, o la apuesta pesificadora de Cariló para aquellos que valoran sus dólares atesorados.

Explicaba un economista de un banco local que participó del encuentro empresarial en Mar del Plata que los bonos provinciales emitidos en dólares bajo legislación local suman sólo 133 millones, un monto ínfimo. Por eso, la gran pregunta es: ¿qué se busca al dar este mensaje? Y ahí es donde aparecen distintas alternativas: una, que lo que se apunta a evitar es que las provincias sigan colocando deuda y que, en todo caso, recurran a la Casa Rosada cuando precisan fondos frescos. Una manera más de mantener a los gobernadores bajo control. Pero otros ven el fantasma de una posible pesificación de los bonos provinciales, al menos para los residentes argentinos. «El Gobierno puede pagar en dólares, pero luego obligar a entrar las divisas al tipo de cambio oficial, tal como hace con los exportadores que cobran en dólares». Desde el Banco Central salen a descartarla de plano: «El bono chaqueño había sido emitido originalmente en pesos, luego lo dolarizaron y ahora lo vuelven a pesificar, pero es un título para proveedores. Extrapolar eso a bonos emitidos por provincias en el mercado internacional es un absurdo», señalan.

Mientras tanto, los precios de las deudas provinciales emitidas en dólares se destruyeron, con el consiguiente aumento de los rendimientos. El bono de la Ciudad de Buenos Aires, que no defaulteó ni siquiera en 2001-2002, vale u$s 85 a 2017, lo que arroja una tasa del 14,5% anual. Era un título que se ubicaba incluso por debajo del riesgo argentino. Ahora está más de 400 puntos básicos por encima del Global 2017. El bono cordobés, que cuenta con garantía de coparticipación, rinde un 19%, y el de la provincia de Buenos Aires a 2018 está al 17,4%. Son grandes oportunidades, pero dependerá de la voluntad del Gobierno de venderles los dólares a las provincias para que cumplan puntualmente con los pagos de la deuda.

A la baja de calificación de los bonos provinciales de los últimos días se suman los informes negativos de los bancos de inversión. Bank of America-Merrill Lynch advirtió que no habrá un comportamiento en «U» para los precios de los bonos provinciales. El informe de Marcos Buscaglia indica que «las provincias y las empresas perderán acceso al mercado con emisiones bajo legislación local y también tendrán significativos inconvenientes para acceder a colocaciones internacionales». El HSBC, por su parte, ya había recomendado bajar la exposición en títulos argentinos y pasarse a venezolanos tras la victoria de Hugo Chávez. Por lo pronto, en el «pipeline» no hay ni una sola operación de títulos provinciales.

Hay una máxima en Wall Street para todo debutante en la plaza que señala que «jamás hay que jugar en contra de la acción de Goldman Sachs». Pues bien, durante 2011 y parte de 2012, esa ley no funcionó. Pero ya vuelve a verse en funcionamiento. Por eso, el operador que se escuda bajo el seudónimo del «Talibán» insiste en señalar que es el momento de las acciones de los bancos, especialmente los de EE.UU. Alimenta su pronóstico con una catarata de datos, desde el récord histórico de emisiones de deuda de empresas de Latinoamérica por arriba de los 95.000 millones de dólares hasta la recuperación del crecimiento en China. «Todo apunta a un cambio de ciclo», asegura el «Talibán». Su apuesta doméstica: los ADR del Banco Galicia o el Francés. Para tener en cuenta.

Inalterable, el «Oso» sigue aseverando que todo lo que estamos viendo es una burbuja. Su informe enviado ayer a los clientes desde su oficina (banca privada) reza lo siguiente: «1) los mercados están en una carrera sin obstáculos y encaminados a seguir así producto de la inyección de liquidez provista por los bancos centrales; 2) en mi humilde opinión, todo esto es artificial; quiero detenerme un momento y contarles algo que no sólo me llama poderosamente la atención, sino que me asusta: en lo que va del año han ingresado a razón de 600 millones de dólares por semana a fondos de bonos emergentes por un total de 28.000 millones, es un 354% más que en 2011; 3) Brasil rinde hoy apenas un 1,51% anual (151 puntos básicos) más que los bonos norteamericanos; 4) esto es una burbuja sin lugar a duda, y cuando el ciclo de tasas se revierta, esto se va a ajustar de una manera similar; si creen que esto es razonable, entonces compren bonos de Venezuela o de la Argentina; 5) creo que así como Greenspan nos llevó a la crisis de 2008, Bernanke nos va a llevar a la próxima». Recluido en «Azul Profundo», el experto bursátil apodado el «Maitre» también se atrinchera. Dice que «se observa una cautela en los mercados, pese a los buenos resultados presentados en el mercado americano. En la Argentina sobrevuela el temor a la pesificación de bonos provinciales y que pueda llegar a perjudicar empresas cotizantes, ya que varias tienen emitidas obligaciones negociables en moneda estadounidense y no puedan cumplir con los pagos de intereses por el cepo».

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