Brasilia - El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció la demarcación de dos nuevas reservas indígenas, consideradas grandes barreras contra la deforestación, durante una ceremonia por el día de la Amazonía.
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Lula anunció la demarcación de dos nuevas reservas indígenas
Se trata de 187.000 y 18.000 hectáreas en los estados de Acreo y Amazonas, respectivamente. La homologación garantiza a los pueblos aborígenes el uso exclusivo de los recursos naturales.
“El pueblo amazónico merece tener sus derechos garantizados para una vida mejor...”, dijo Lula, luego de la firma de los decretos de homologación en el palacio presidencial del Planalto.
El gobierno demarcó las tierras de Rio Gregório, en la ciudad de Tarauacá, estado de Acre (norte); y Acapuri de Cima, en el municipio de Fonte Boa, Amazonas (norte).
Se trata de 187.000 y 18.000 hectáreas respectivamente, destinadas a los pueblos Yawanawá y Katukina la primera, y los Kokama, la segunda.
Son las dos primeras tierras de un grupo de ocho que serán homologadas hasta fin de año, según la ministra de los Pue-
blos Indígenas, Sonia Guajajara. “Si no hay futuro para la Ama-
zonía y su pueblo, tampoco habrá para el planeta...”, aseguró Lula. El izquierdista ya había demarcado en abril otras seis reservas, las primeras luego de cinco años.
Su predecesor de ultraderecha, Jair Bolsonaro, cumplió su promesa de no ceder “ni un centímetro” a los pueblos originarios.
Los científicos consideran las reservas indígenas, protegidas por el Estado, como barreras contra la deforestación y claves en la lucha contra el calentamiento global.
La homologación garantiza a los pueblos aborígenes el derecho de ocupar sus tierras ancestrales, así como el uso exclusivo de los recursos naturales.
Según datos de la Funai, ente público de protección de los pueblos indígenas, Brasil tiene casi 800 reservas indígenas, que ocupan 13,75% del territorio del país.
Según el último censo, en Brasil viven cerca de 1,7 millones de indígenas, de los 203 millones de habitantes.
Cuidado
Las homologaciones ocurren mientras el Supremo Tribunal Federal decide sobre el “marco temporal”, una tesis que solo reconoce a los indígenas derechos sobre los territorios que ocupaban cuando se promulgó la Constitución, en 1988.
Esa tesis, defendida por el poderoso agronegocio, es rechazada por los indígenas, que argumentan que fueron expulsados a lo largo de la historia de sus territorios ancestrales, especialmente durante la dictadura militar (1964-1985).
En ese contexto, el Gobierno anunció que la deforestación en la Amazonía brasileña se redujo 66% en agosto. “En agosto registramos una reducción de 66,11% de la deforestación” en la Amazonía, comparado con agosto de 2022, afirmó la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva en el acto.
Los datos constituyen un logro para el Gobierno, porque esta época del año, de clima más seco, suele ser la temporada de mayor destrucción en el bioma amazónico.
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