17 de enero 2014 - 00:17

Moyano-Barrionuevo, detrás de una remake de PJ “miguelista”

• Massa y el factor “golpista”.
• Scioli, fotos equilibristas.

Lorenzo Miguel, Hugo Moyano, Luis Barrionuevo, Herminio Iglesias y José M. de la Sota
Lorenzo Miguel, Hugo Moyano, Luis Barrionuevo, Herminio Iglesias y José M. de la Sota
Uno de los jóvenes brillantes de la renovación peronista de los '80, José Manuel De la Sota, es el único que confirmó, formal y oficialmente, que el lunes adornará la tarima sindical montada por Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, herederos de la logia gremial que bajo el puño de Lorenzo Miguel pilotó el PJ hasta que la desalojó el ala política.

Daniel Scioli y Sergio Massa, los otros dos presidenciables invitados al show room que Moyano y Barrionuevo animan con la fantasía de ser la usina que ordene al peronismo, inyectaron anoche intriga y misterio a sus presencias. Ninguno dijo que irá, pero tampoco avisó que no lo hará.

El camionero y el gastronómico abrazan un sueño ochentista, pre Carlos Menem, de tiempos en que las 62 Organizaciones -entidad inactiva, casi de museo, a la que el peronismo mordaz llama "la rama seca" del partido- manejaba el PJ y reinaba sobre las listas de candidatos al punto que los dipusindicales era casi un tercio de bloque peronista.

La renovación de Menem, Antonio Cafiero, Carlos Grosso y De la Sota destronó al buró sindical montado a un concepto: el PJ debía ser orientado por un político, no por un sindicalista. Moyano jamás se resignó y celebró como una reivindicación su fugaz jefatura del peronismo de Buenos Aires, a lo Herminio Iglesias, y luego se lanzó a pergeñar una corriente política que tuvo como amarga coronación un cuarto lugar el 27-O aliado a Francisco de Narváez.

Ecos


La histórica tirria interperonista, que en los años 50 fue sindicatos versus comités -todavía no se habían inventado las unidades básicas- revivió como un eco en la mesa que encabezó Massa la noche del martes en Pinamar durante el debate sobre ir o no al encuentro de Moyano y Barrionuevo este lunes en Mar del Plata.

"La que debe ordenar es la política, no el sindicalismo", es uno de los argumentos de los que le sugieren a Massa no concurrir a la cumbre organizada por Moyano y Barrionuevo.

Hasta anoche el tigrense no tenía la decisión tomada. El planteo sobre la centralidad del eje sindical no es, sin embargo, su principal objeción. "Hay que tener en claro qué se va a decir, cómo va a ser. Hay que ser cuidadosos..." le dijo Massa a uno de los encargados de negociar con los organizadores la eventual presencia del diputado. Juan José y Baldomero "Cacho" Alvarez, y el sindicalista del petróleo Alberto Roberti, son tres de los encargados de acordar la presencia de Massa.

El planteo del exalcalde de Tigre es preventivo. En las últimas semanas, tanto Barrionuevo como Moyano -aunque más el gastronómico- se convirtieron en ásperos voceros que preanuncian una crisis inminente del Gobierno K y se lanzan a pronosticar el fin anticipado del segundo mandato de Cristina de Kirchner.

Los diagnósticos apocalípticos de los organizadores incomodan a Massa. "Yo quiero la unidad de la CGT y quiero la paz social, no quiero terrorismo" político, le dijo Massa a los suyos.

El tigrense deslizó, en principio, un menú de condiciones: quiere ir acompañado por Ignacio de Mendiguren y Roberto Lavagna, entre otros, y hablar de temas molestos para los invitados como limitar los cargos gremiales y promover la libertad sindical.

Compensaciones

Scioli
, por su lado, también orejea. Ayer repitió su rap de diálogo con todos los sectores pero evitó, por radio, confirmar si irá o no al encuentro. A su lado, interpretan que finalmente no irá. Por lo pronto, el gobernador tiene agenda para el lunes: estará en Azul, junto a su vice Gabriel Mariotto y el ministro de Educación nacional, Alberto Sileoni, para presentar la oferta educativa de centros universitarios, un plan promovido por Mariotto.

Equilibrista, Scioli se garantiza un baño de kirchnerismo ante la eventualidad de que luego haga aterrizar su helicóptero en Mar del Plata para ir al encuentro donde fue invitado junto a Massa y De la Sota. En La Plata se interpretaba ayer que una foto con Barrionuevo y Moyano podría ser muy costosa hacia dentro del dispositivo K. El gobernador contó que habló días atrás con la Presidente y ofició de vocero informal: "Hablamos de cosas de Estado, del curso de la economía. Yo veo a la Presidenta activa, conduciendo" dijo.

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