14 de mayo 2009 - 00:00

Ocaña: Moyano tiene sucesor

Graciela Ocaña
Graciela Ocaña
Hugo Moyano le puso nombre y apellido a su fantasía de controlar el Ministerio de Salud: Oscar D'Onofrio, director médico de la obra social de su gremio, megaestructura de prestaciones que maneja con mano de hierro, su tercera esposa, Liliana Esther Zulet.

D'Onofrio, de módico currículum, fue tiempo atrás la carta del jefe de la CGT para ubicar la butaca de la que fue desplazado Héctor Capaccioli en la Superintendencia de Seguros de Salud (SSS), oficina donde desembarcó Juan Rinaldi, hasta entonces en la APE.

Recurrente y previsible, Moyano lo vuelve a invocar como sucesor de Graciela Ocaña sobre quien chumbó a su mastín más rabioso: el taxista Omar Viviani, su lugarteniente en la CGT y el moyanismo, modesto reemplazo de Juan Manuel Palacios, el «Bocha» exiliado en City Bell.

«Está buscando un pretexto para irse», dijo Viviani para tratar de despegar a la CGT de un complot para tumbar a Ocaña, a quien consideró que «no existe» y cuya gestión calificó de «totalmente intrascendente». «La ignoramos completamente», agregó por si no había quedado claro su ánimo.

Y dio la puntada última: «La CGT ni pone ni saca ministros. Ella está buscando un pretexto para irse. Si se quiere ir, mejor. Que se vaya y listo», se confesó.

Curiosidades del kirchnerismo. Un candidato oficial se descarga, con furia, sobre un ministro del Gobierno que el primero dice defender. Viviani es candidato K en la Capital y salió, sin filtro, a pedir la renuncia de la responsable de Salud.

Rodeos

Nada, de todos modos, está allanado para Moyano. Ocaña, por un lado, aunque aislada y golpeada, cuenta todavía con cobertura de Cristina de Kirchner. Eso, se sabe, no la vuelve invulnerable pero le otorga un plus de supervivencia, al menos hasta después de la elección.

¿Se animará Kirchner en plena campaña a echar a una ministra que él mismo atrajo de los brazos de Elisa Carrió y la sostuvo por su actitud denunciante de negociados? Una caída de Ocaña no se leería hoy de otro modo que como un triunfo del camionero Moyano.

Aclarando

Pero hay un detalle más relevante. Salvo el moyanismo, y una antigua cruzada de Luis Barrionuevo, Ocaña -quizá sólo porque tu enemigo es mi amigo- no despierta odios entre los demás caciques sindicales que se encargan de aclarar que es «un tema de Moyano».

No es que los «gordos» y los «independientes» manden a hacer pintadas a favor de Ocaña, sólo recelan que Moyano desembarque en Salud. Conocen el modo con que se maneja el camionero.

En más, ante una hipotética salida de Ocaña, el nombre que más se celebra es el de Ginés González García, ahora embajador en Santiago de Chile, y ministro durante los gobiernos de Eduardo Duhalde y de Néstor Kirchner.

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