La suerte de Amado Boudou fue el tema dominante ayer y no sólo en los mercados. Recién a última hora hubo indicios oficiales concretos de que continuará en el Palacio de Hacienda. El lunes por la noche mantuvo una extensa reunión con Néstor Kirchner, en la que el ministro le manifestó su preocupación por las operaciones de las que estaba siendo objeto. Se le prometió apoyo. Fue antes de participar de una entrevista en la radio de las Madres de Plaza de Mayo en un programa que paradójicamente se llama «Pariendo sueños». Hoy el mensaje de continuidad que le darán será con su participación en el almuerzo en Olivos con los empresarios. Pero dentro del propio Gobierno hay quienes vieron con simpatía al menos esas versiones sobre la salida de Boudou. El fracaso del DNU del Fondo del Bicentenario y la demora en concretar el canje de la deuda hicieron el resto. Y en esta oportunidad podría decirse que Guillermo Moreno, el asesino serial de ministros de Economía del kirchnerismo, no tuvo nada que ver: Boudou es quien siempre lo apoya en las reuniones de gabinete (cuando se celebran). (Ver págs. 3 y 4.)
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