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PRO no negocia jueces pero tantea al Senado
Los encargados de tantear el ánimo del peronismo en esa Cámara tras la decisión de Mauricio Macri de nombrar por decreto a Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti como jueces de la Corte Suprema fueron Federico Pinedo y Emilió Monzó.
Pichetto intentó darle al encuentro un tono oficial mas que charla entre conocidos y llevó también a su despacho a Rodolfo Urtubey, el aspirante a presidir la Comisión de Acuerdos en caso que se constituya ahora como plantea el peronismo.
El juego que se dio allí es bastante obvio. El peronismo protestó y, una vez terminado el berrinche que obligadamente debían hacer por el avance de Macri en el nombramiento de los jueces por decreto, ofreció poner en marcha todo el mecanismo del Senado para tratar la nominación de jueces.
El PRO, que nada tiene para ganar en una apertura de ese tipo porque no cuenta con mayoría para aprobar y ni siquiera bloquear al peronismo en el Senado, no quiso negociar nada, sólo tantear el ambiente y notificar formalmente la decisión de Macri.
Pichetto, en la despedida, le pidió a Pinedo que le notificara a Macri personalmente de la bronca desatada en los senadores peronistas por la decisión de nombrar a Rosenkrantz y Rosatti por decreto, todo ante la mirada de Juan Manuel Abal Medina al que había llamado casi como testigo.
En medio de un ambiente tenso, Pichetto les reclamó a Pinedo y a Monzó que el Gobierno respete el procedimiento de nombramiento de jueces que viene de la secuencia del artículo 99 inciso 4 de la Constitución Nacional y el reglamento de la Comisión de Acuerdos y de esa manera el peronismo aceptaría debatir el tema de los jueces.
Pinedo luego lo explicó: "La idea es que se cumpla con todos los plazos previstos en el Decreto 222 y en el artículo 99 inciso 4 de la Constitución para la designación de nuevos integrantes del Supremo Tribunal". La amenaza del peronismo se completó con una sentencia clave: "Si no hacen las cosas como nosotros creemos que se deben hacer, se van a viciar de nulidad todos los fallos que firmen Rosenkrantz y Rosatti". Esta claro quienes pedirían en el futuro la nulidad de esos fallos ante la Justicia.
El camino que el peronismo le planteó ayer al PRO no solo es mas complicado que el atajo por decreto que eligió Macri, sino que, además, no le garantiza al Gobierno poder nombrar a los dos nuevos jueces.
Para comenzar, Macri debería convocar a sesiones extraordinarias y poner como tema el debate sobre los jueces. Luego presentar los pliegos de Rosenkrantz y Rosatti y pedir el retiro de los pliegos de Eugenio Sarrabaurouse y Domingo Sesín. Ahí aparece el primer punto que justifica en el juego político que Macri se refuerce frente al Congreso con el nombramiento por decreto: el peronismo debe poner su mayoría para aprobar primero el retiro de los pliegos de esos dos candidatos que nominó Cristina de Kirchner para después proceder a la votación del ingreso de los candidatos de Macri y girarlos así a la Comisión de Acuerdos.
Así, la llave de las nominaciones de Rosenkrantz y Rosatti son precisamente los candidatos de Cristina de Kirchner. Esa fue la verdadera intención de la expresidente al nominar a Sarrabayrouse y Sesín y complicarle así al futuro presidente los nombramientos en la Corte Suprema.
De ahí que la disposición que tenga el bloque peronista para tratar los pliegos de candidatos a la Corte Suprema sólo garantiza que se puedan debatir los candidatos pero no que se llegue a un acuerdo para la nominación.
El final de esa tenida de ayer arrancó por Pinedo: "Vamos a plantearle al Poder Ejecutivo las inquietudes del bloque mayoritario", dijo. El salteño Urtubey cerró con la sentencia mas complicada: "Si Rosatti y Rosenkratz juran en sus cargos deberíamos preguntarnos cuál es su respeto por las instituciones y qué opinan del papel que debería cumplir el Senado".
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