30 de diciembre 2009 - 00:00

Punta del Este. Todo lo que hay que saber

Casapueblo, un ícono de la ciudad que nunca pierde vigencia y atrapa con todo el arte y la magia de Carlos Paéz Vilaró.
Casapueblo, un ícono de la ciudad que nunca pierde vigencia y atrapa con todo el arte y la magia de Carlos Paéz Vilaró.
Con la llegada de la temporada veraniega 2010, Punta del Este muestra nuevamente su mejor cara. Playas, gastronomía, hotelería, casinos y una de las noches más intensas del continente esperan en la península que separa el Río de la Plata del océano Atlántico. Los operadores turísticos locales ya adelantaron que esta temporada será «muy buena» y, como siempre, la oferta esteña tiene una opción para cada integrante de la familia.

Mientras los chicos recorren la zona bolichera de La Barra, los padres disfrutan de los mejores restoranes del país, para luego ir a probar suerte al casino. A la ya tradicional oferta del Hotel Conrad con más de 72 mesas entre ruletas, blackjack, poker room y el salón de slots más grande del balneario, se le suma ahora la inauguración del Casino Nogaró by Mantra (administrado anteriormente por el Estado uruguayo). En Gorlero y la calle 21, el recientemente estrenado complejo multientretenimiento, presenta 400 máquinas tragamonedas, salas vip, cuatro salas de cine, dos restoranes, dos bares y una disco. La idea de esta inversión de u$s 18 millones es devolverle el protagonismo perdido a la principal avenida puntaesteña.

Después de una noche agitada, nada mejor que un buen desayuno bien regional. La oferta lleva a dos lugares: Medialunas Calentintas (La Barra), destacada por estos bizcochos en base a manteca, nunca mejor maridados que con una Colet (leche chocolatada); y, si hay espíritu aventurero, los panqueques del tambo Lapataia, con el mejor dulce de leche casero, son insuperables. Para acompañarlos lo clásico es un vaso de leche merengada bien fría. Este campo ubicado a 20 minutos de Maldonado -administrado por la princesa Laetitia D'Arenberg- no sólo es una buena forma de empezar el día. Desde hace unos años se volvió un polo musical, con los mejores festivales internacionales de jazz.

Arte

El tour puede continuar por un clásico: Casapueblo. En la zona de Punta Ballena, el famoso cubista uruguayo Carlos Páez Vilaró apostó su hotel-atelier, una de las obras artísticas estructurales insignia del Uruguay. Se pueden ver las obras del discípulo directo de Pablo Picasso, así como también disfrutar de los poemas que se le dedican al sol, tanto al amanecer y como al atardecer.

Luego de almorzar en algún parador o restó de la península, la misión es elegir la playa perfecta. Una vez más, existe una para cada persona. Bikini, en Manantiales, año tras año se consagra como el lugar top de encuentro entre los jóvenes. La playa cuenta con un parador abocado a la gastronomía de mar, simple pero tradicional, un DJ que ameniza con lo mejor de la electrónica chill out, área de masajes, jugos tropicales, tarjeteros de todos los boliches del sector que acercan sus descuentos y la infaltable escuelita de surf. Por u$s 15 la clase, se pueden ganar unos buenos golpes, pero en la zona más distinguida.

Playas

Si lo que busca son las mejores olas, la playa Brava es el destino. En este sector encontramos La Olla, en la parada 3, y El Emir, llegando al fin de la península. La posta del cangrejo, donde el océano Atlántico entra en el arroyo Maldonado (La Barra), también presenta una de las mejores rompientes. Para los mejores atardeceres en familia, a punta de mate y facturas, la playa Mansa plantea un sinnúmero de opciones. Los after beach del muelle Mailhos son ya tradicionales. Los restós de la zona ofrecen música en vivo y prolijos decks sobre los médanos. Abajo, en la arena, los jóvenes se juntan a tocar guitarra y planear la noche.

El puerto también enseña sus atractivos. Además de las marisquerías de la zona, los tradicionales pastelitos de membrillo y los alfajores de maicena de los vendedores ambulantes, las travesías a la isla de Lobos, la pesca embarcado y los paseos a la isla Gorriti, atrapan a los amantes del ecoturismo. La vida nocturna se da en Punta del Este en torno a un triángulo de diversión: La Barra, los boliches del puerto y los que se encuentran sobre playa Brava, con pistas al aire libre, de ésas que llenan los zapatos de arena, pero suelen dejar de cara a las estrellas.

Otra idea también puede ser «derretir» la tarjeta de crédito Platino. Para ello basta con recorrer la calle 20, donde se concentran las más prestigiosas marcas. Valentino, Fendi, Louis Vuitton y Rolex están presentes en la Rodeo Drive puntaesteña. Para cuidar un poco más el bolsillo, pero cumplir con ese regalo pensado para la novia, los amigos o la familia, la Feria Artesanal, ubicada en la Plaza Artigas (Gorlero y Los Arrecifes) garantiza suvenires de calidad.

Otro año más, la ex villa Ituzaingó, hoy Punta del Este, abre sus puertas para recibir a las más de 600.000 personas que se espera lleguen este verano, de las cuales casi el 80% serán argentinos. Una ciudad que en invierno es habitada por sólo 8 mil personas, cada una de las cuales tiene muy en claro las ventajas comparativas del balneario: a la extraordinaria belleza geográfica suma un excelente trato al turista y alta calidad en sus servicios.

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