- ámbito
- Edición Impresa
Sergio Schoklender, también liberado
El mayor de los Schoklender recuperó su libertad luego de haber permanecido encarcelado tres semanas en el penal de Ezeiza, por segunda vez en lo que va de la investigación que lleva adelante Oyarbide y luego de haberle comunicado al juez sobre el inicio de una huelga de hambre en repudio de su intervención en el proceso. Al igual que con los otros dos excarcelados, los camaristas resolvieron no fijarle una nueva caución a Schoklender y mantener la que debió depositar durante su detención previa.
Los jueces Eduardo Freiler, Jorge Ballestero y Edu-ardo Farah votaron en el mismo sentido, aunque en el último caso con sus propios argumentos. El voto mayoritario fue lapidario, una vez más, con el accionar de Oyarbide: sostuvieron que en sus argumentaciones se percibe "un deliberado apartamiento de las normas básicas de un Estado Constitucional de derecho, olvidando la prohibición de declarar contra sí mismo consagrada en nuestra Constitución nacional". Se refirieron así a la consideración de Oyarbide acerca de los dichos supuestamente falsos de Schoklender durante sus declaraciones, como razón para mantenerlo encarcelado.
"El doctor Oyarbide parece desconocer que sobre el imputado no recae ninguna obligación de colaborar con la instrucción. Su deber es el de no entorpecer su marcha, evitando el descubrimiento de la verdad, ya sea destruyendo elementos de prueba, influenciando a testigos o demás conductas en tal sentido. Es sobre el Estado que se impone el logro de las metas del procedimiento penal", marcaron los camaristas.
El juez de primera instancia había ordenado la prisión preventiva de los hermanos Schoklender y de Gotkin al procesarlos bajo el cargo de haber organizado supuestamente una asociación ilícita orientada al desvío de recursos públicos que debían ser destinados a la construcción de viviendas sociales.
Para el tribunal, no fueron convincentes en esa línea los argumentos que desarrolló Oyarbide. Entre ellos, una causa paralela por supuestas amenazas de Sergio Schoklender a testigos; la pena potencial frente a los delitos que se le imputan (administración fraudulenta y lavado de dinero), y un pedido de autorización para viajar por trabajo a Croacia (un país que no tiene acuerdos de extradición con la Argentina) que finalmente no fue atendido.
La semana pasada declaró por primera vez como testigo Hebe de Bonafini, jefa de la fundación Madres de Plaza de Mayo.
Dejá tu comentario