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Superlunes con Alfonsín y Cobos. Kirchner, en homenaje a Evita
Cobos y Alfonsín aprovecharán los 120 años del combate que la Unión Cívica llevó adelante contra el régimen conservador de Miguel Juárez Celman, y que desembocó un año más tarde en la fundación de la UCR. En la primera foto juntos después de la interna del radicalismo en la provincia de Buenos Aires, el vicepresidente y el diputado esperan movilizar a cinco mil correligionarios para emitir una señal de unidad de cara a 2011, más allá de quién se quede finalmente con la candidatura presidencial del Acuerdo Cívico y Social.
Será un gesto también hacia la cúpula partidaria comandada por el mendocino Ernesto Sanz, quien se esfuerza en que los dos precandidatos no entren en una guerra sin cuartel por convertirse en el sucesor de Cristina de Kirchner. Más allá de su diplomacia, Sanz aprovecha la pirotecnia de la interna Cobos-Alfonsín para alimentar su propia candidatura presidencial y ya se pudo como objetivo aumentar un punto de intención de voto cada tres semanas, con un comité promotor propio que trabaja en la clandestinidad y con la candidatura a gobernador mendocino como plan B.
El acto del lunes 26 está organizado por el presidente del Comité Capital, Carlos Mas Vélez, y se realizará en la Federación de Box, donde Raúl Alfonsín lanzó su campaña presidencial en 1982. En el acto asumirán también las nuevas autoridades del Comité porteño. El superlunes político se completará con otro acto montado por el Partido Justicialista de la Capital Federal, a cargo de Juan Manuel Olmos y del jefe de los porteros, Víctor Santamaría. Allí se anuncia la presencia de Néstor Kirchner, quien hace equilibrio en el peronismo porteño, ya que el ala de Daniel Filmus y del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, está enfrentada con la cúpula partidaria, a la que acusan de trabajar en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires a favor de los proyectos del macrismo. El intríngulis del PJ porteño se completa con el sector duhaldista encabezado por el ex ministro de Justicia Alberto Iribarne, con juego propio y sin diálogo con el ex presidente secretario general de la Unasur.
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