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Un patricio llamado a hacer historia
«No me metí en política para hacer cosas pequeñas», advirtió recientemente Cameron. En los cinco años transcurridos desde que asumió el liderazgo del Partido Conservador, con sólo 39 años y siendo prácticamente un desconocido, ha hecho olvidar los tiempos de la implacable Margaret Thatcher y transformado el partido en una alternativa creíble al laborismo.
Emprendió un viaje al centro, modernizó la agenda conservadora centrada en los impuestos y la inmigración, agregándole temas más vendedores como el medio ambiente o los servicios públicos, y abrió los cargos de responsabilidad a jóvenes, mujeres y otras minorías.
Reproches
Sin embargo, sus detractores le reprochan su falta de experiencia -sobre todo en el contexto actual de frágil recuperación económica tras la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial- y la falta de sustancia tanto personal como de su programa electoral, sin desaprovechar nunca una oportunidad de sacar a relucir sus orígenes aristocráticos.
Descendiente directo del rey Guillermo IV (1830-1837), David Cameron nació el 9 de octubre de 1966 en una familia acaudalada encabezada por un padre corredor de Bolsa y se crió en una pequeña localidad del condado de Berkshire.
Como sus tres hermanos, gozó de una educación privilegiada. A los siete años ingresó en la escuela Heatherdown, que tuvo entre sus alumnos a los príncipes Andrés y Eduardo de Inglaterra, luego en el elitista Eton College y finalmente en la Universidad de Oxford, de donde salió en 1988 licenciado en Filosofía, Política y Economía.
Aunque no militó políticamente en la universidad, entró a trabajar de inmediato en el Partido Conservador. Tras colaborar con el primer ministro John Major en la pre-paración de sus comparecencias en el Par-lamento, asesoró a varios ministros.
En 1993, sin embargo, dejó temporalmente el partido para ser director de Comunicación en el grupo de medios Carlton, donde perfeccionó sus dotes de relaciones públicas y aprendió a lidiar con la prensa.
Su experiencia en el sector privado concluyó en 2001, cuando ganó un escaño parlamentario. Su ascenso en el partido «tory» fue meteórico. En 2004 entró en el gabinete «en las sombras» y en 2005 obtuvo el liderazgo gracias, en parte, a un discurso sin notas -pero aprendido de memoria- en el que abogó por «una nueva generación de conservadores».
El cambio de estilo del que una vez se presentó como «heredero de Tony Blair» no se limitó a la política. Cameron dejó que los medios exploraran su faceta de padre de familia casado desde 1996 con Samantha -de más alcurnia que él, pero más bohemia- y con tres hijos, el mayor de los cuales, Iván, seriamente discapacitado, falleció en febrero de 2009 a los seis años.
Y en la estela de Blair, cuyo cuarto hijo nació en Downing Street, Cameron y su esposa anunciaron recientemente que esperan otro bebé para setiembre.
Agencia AFP
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