8 de marzo 2016 - 00:00

Varios desafíos en el inicio de la temporada

“El indeciso”, de Emilio Pettoruti, subió de un estimado de u$s 125 mil a u$s 281 mil en una subasta de Christie’s el año pasado.
“El indeciso”, de Emilio Pettoruti, subió de un estimado de u$s 125 mil a u$s 281 mil en una subasta de Christie’s el año pasado.
La temporada comienza con muchos cambios, algo que en el orden global se impone luego de que la burbuja de los records contemporáneos estallara en febrero en Londres. Si bien mundialmente el arte está visto como una inversión ilíquida, si se invierte en las franjas medias y emergentes es un resguardo de activos eficaz, siempre y cuando se le conceda el tiempo adecuado, y se compre con el criterio correcto, muchas veces tan cercano a la observación y el sentido común.

Como ejemplo, una mirada sobre los recientes precios logrados por artistas argentinos que cotizan más allá de nuestras fronteras deja ver una opción interesante a los inversores locales en términos de resguardo, ya que son obras que han logrado cotizaciones estables a través del tiempo, y que además -en términos generales- revelaron una suba que aunque a veces sea imperceptible oscila alrededor de un 6% anual.

Lo ocurrido en los remates de Arte Latinoamericano el 20 de noviembre de 2015 en Nueva York refuerza esta idea: en Christie´s, el día 20, "El indeciso", óleo sobre tela de 46 x 38 cm de Emilio Pettoruti, logró -en una excelente performance donde duplicó largamente su base- subir de un estimado promedio de u$s 125 mil a un precio final de u$s 281 mil, y "Pensar en todo" de Antonio Seguí, acrílico sobre tela de 198 x198 cm (1988) se vendió en u$s 125 mil, en este caso más cerca de un estimado que de por sí era interesante.

"Elementos cromáticos", óleo sobre tela de 65,1 x 54 cm de Alfredo Hlito, fue el que tuvo mayor incremento, ya que de un estimado promedio de u$s 60 mil hizo bajar el martillo en u$s 365 mil.

En Sotheby´s, el 19 de noviembre, la barrera de los u$s 100 mil también fue sobrepasada luego de una atractiva puja por "Untitled (Marie Antoinette and Cats)", óleo de Nicolás García Uriburu, que de una base de u$s 50 mil, trepó hasta un precio final de u$s 125 mil. "Luna", de León Ferrari, salió por su estimado en u$s 168 mil, y "Las manos rojas", de Guillermo Kuitca, también dentro de lo previsto en u$s 112 mil, los tres dentro de su rango de precios con un leve incremento en el promedio.

Más allá de cuestiones coyunturales, para que todo el mercado interno local se reactive es necesario tener como referencia una moneda estable a nivel global, razón por la que tradicionalmente las obras de artistas argentinos se cotizaron en dólares, hasta el cepo cambiario.

Los reclamos recurrentes de los operadores de todo el país se refieren a que si el Estado no apoya la actividad, al menos no la dificulte en dos puntos esenciales: la carga tributaria que soporta el arte, y las trabas a la circulación internacional de las obras, hecho clave para la difusión del arte argentino en el exterior. Es sabido que los países que desarrollaron su mercado en gran escala lo hicieron ayudados por incentivos fiscales y aduaneros a la producción, exhibición, venta y exportación de obras de artistas contemporáneos, y recibieron con el tiempo sustanciales ingresos en las recaudaciones gracias a los fuertes movimientos de consumo que el arte genera a su alrededor.

Tómense si no como ejemplo las ventajas que la ciudad de Nueva York otorgó, en la década del 60, a aquellas empresas -o particulares- que compraran obras para exhibirlas en lugares públicos o en sus edificios hechas por pintores y escultores locales, o al patrocinio de grandes o pequeñas exposiciones, performances o eventos educativos sobre arte, lo que generó un enorme movimiento turístico y alentó la expansión de una industria cultural que repercutió favorablemente en la economía local, amén de valorizar las obras y formar un mercado poderoso, todo lo que se vio luego reflejado en la recaudación. Otro claro ejemplo de esto se observa en Miami desde que las 25 ferias de arte que hoy se abren en diciembre se instalaron allí apoyadas por el Gobierno local, y que junto al Miami Art District (un distrito puesto en valor como barrio dedicado a galerías y centros de exposición de arte contemporáneo), sumaron a la ciudad un colorido y rentable atractivo.

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