El caso más notable es el del presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, quien, además de estar investigado por el presunto cobro de coimas en el marco del "Petrolão", es citado en el caso que conmociona al mundo por su vinculación con la empresa offshore Penbur Holding, creada por la firma panameña Mossack Fonseca.
El poderoso dirigente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) negó "vehementemente" tener vínculos con Penbur Holding. "Desafío a cualquiera que pruebe que tengo alguna relación con esa offshore, con esa Mossack", afirmó el diputado Cunha, conocido por su estilo desafiante.
Sin embargo, observadores recordaron también que el líder de la Cámara baja, principal impulsor del "impeachment" contra Rousseff, había negado en el pasado poseer cuentas en Suiza por unos 5 millones de dólares, lo que se probó cierto y lo tiene hoy sometido a un Consejo de Ética que podría costarle el cargo.
En ese sentido, el abogado general del Gobierno, José Eduardo Cardozo, se dirigió a la comisión especial de diputados que debe dar su parecer antes del voto en el pleno de la Cámara baja. El representante dijo que las acusaciones de "maquillaje fiscal" contra la presidenta no implican un "crimen de responsabilidad" que amerite un juicio político y denunció un "golpe de Estado" institucional. Apuntó en ese sentido específicamente a Cunha, a quien atribuyó "un acto de venganza" por no haber recibido protección del Gobierno cuando se conocieron sus cuentas en Suiza.
Pero los Panama Papers no alcanzan sólo a Cunha. Políticos de siete partidos fueron nombrados como clientes de Mossack Fonseca, principalmente pertenecientes al PMDB, que la semana pasada abandonó la coalición del Gobierno de Rousseff para engrosar las filas de los impulsores del "impeachment".
También aparecen mencionadas figuras del principal partido de la oposición, el de la Social Democracia Brasileña (PSDB), el promotor de más larga data de la destitución de la mandataria. Junto con él, quedaron implicados dirigentes del Partido Democrático Laborista (PDT), del Partido Progresista (PP), del Partido Socialista Brasileño (PSB), del Partido Social Democrático (PSD) y del Partido Laborista (PTB).
Compañías
Las filtraciones no señalan a miembros del gobernante Partido de los Trabajadores de Rousseff, aunque incluyen al menos a 57 compañías que ya fueron puestas bajo investigación en Brasil por su supuesta vinculación con un extendido esquema de corrupción surgido al interior de la estatal Petrobras. Entre ellas se menciona a la cervecería Itaipava, el banco Schahin y las constructoras Odebrecht y Queiroz Galvão.
Otro de los clientes de Mossack Fonseca que llama la atención es el de Gabriel Junqueira Pamplona Skaf, hijo del titular de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo, la más importante entidad empresarial del país e impulsor activo del "impeachment".
Ya fuera de los enemigos de Rousseff resalta la figura del expresidente del Supremo Tribunal Federal (STF) Joaquim Barbosa, famoso por haber comandado el proceso sobre el escándalo del "Mensalão". Según surge de los documentos, no pagó impuestos por 335.000 dólares por la compra de un lujoso departamento en Miami.
Barbosa, que es mencionado como un "cliente vip" por la firma panameña, se defendió al afirmar que "en el momento en que fue efectuada la compra del inmueble pagué todas las tasas y comisiones cobradas por el estado de Florida".
Otro nombre importante implicado es el del economista Delfim Neto, considerado uno de los cerebros del "milagro económico" durante el régimen militar.
Agencias ANSA, Reuters y AFP, y Ámbito Financiero |
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