31 de agosto 2012 - 00:00

Venganza de Obama: dio asilo a un periodista acosado por Correa

Emilio Palacio, el periodista ecuatoriano exiliado en Estados Unidos, dijo que su enfrentamiento con el Gobierno de Rafael Correa muestra que no existe libertad de prensa en Ecuador. El asilo que le dio Washington pone las relaciones bilaterales en un momento crítico.
Emilio Palacio, el periodista ecuatoriano exiliado en Estados Unidos, dijo que su enfrentamiento con el Gobierno de Rafael Correa muestra que no existe libertad de prensa en Ecuador. El asilo que le dio Washington pone las relaciones bilaterales en un momento crítico.
Washington y Quito - El Gobierno de Estados Unidos dio ayer un contragolpe al asilo otorgado al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, y le brindó refugio al periodista ecuatoriano Emilio Palacio, condenado y luego perdonado en su país por injurias al presidente Rafael Correa.

Palacio explicó que su nuevo status le fue comunicado el 17 de agosto, un día después de que fuera anunciada la decisión sobre Assange. «Estoy muy agradecido al Gobierno norteamericano por este apoyo que me han dado, no sólo por mí y por mi familia ya que puedo hacer planes de vida, sino más por lo que significa para los periodistas ecuatorianos», dijo tras celebrar una conferencia de prensa en Miami.

Condenado a tres años de cárcel por haber escrito una columna en el diario El Universo en la que vinculaba a Correa con «delitos de lesa humanidad», Palacio llegó a Estados Unidos en agosto de 2011 y pidió el asilo el 8 de febrero.

El caso agrió las ya difíciles relaciones entre Estados Unidos y Ecuador y reactivó el debate sobre la libertad de prensa en el país suda Tras la condena y una multa de 40 millones de dólares contra El Universo, llovieron las críticas internacionales, y la Justicia concedió luego un perdón a los procesados a pedido del mandatario.

A pesar de ello, los comunicadores en Ecuador están «amenazados diariamente con acabar en la cárcel, en la quiebra económica, porque este presidente demanda millones de dólares cada vez que no le gusta algo», consideró Palacio.

«Ecuador no ha sido notificado todavía con el otorgamiento de asilo político para el señor Palacio, es un trámite administrativo, no político», afirmó por su parte el vicecanciller ecuatoriano, Marco Albuja.

Temor

Palacio no quiso vincular su caso al de Assange, que se refugió en la embajada ecuatoriana en Londres el 19 de junio ante la amenaza de una extradición a Suecia, donde lo acusan de supuestos delitos sexuales. Assange asegura que las acusaciones son falsas y teme ser trasladado a EE.UU., donde según él podría ser condenado a muerte o a cadena perpetua por espionaje después de que WikiLeaks revelara miles de cables diplomáticos secretos. El punto es que este panorama presumiblemente creará una nueva grieta bilateral.

En ese sentido el soldado estadounidense BradManning será juzgado el 4 de febrero por «ayudar al enemigo» al divulgar los documentos secretos a WikiLeaks. El joven, de 24 años, podría ser condenado a cadena perpetua.

Palacio denunció que en Ecuador existe «la peor forma de persecución a la libertad de prensa que se llama la autocensura, cuando el periodista por temor se calla».

A ello se suma lo que llamó la «última iniciativa» de Correa de «presentar cada sábado la foto de un periodista, incluso reporteros que salen a la calle, para decir véanlo, reconózcanlo, identifíquenlo».

En el artículo en cuestión, publicado el 6 de febrero de 2011, el periodista afirmaba que el mandatario había ordenado abrir «fuego a discreción» contra un hospital lleno de civiles durante una sublevación policial el 30 de septiembre de 2010. Correa, al intentar sofocar la protesta, acudió al foco de la manifestación, pero tuvo que permanecer por más de nueve horas en un hospital policial aledaño, del que fue rescatado en la noche tras una operación militar en medio de un intenso tiroteo en el que murieron tres personas. Asimismo, Palacio sostenía que los episodios habían sido montados por el Gobierno. «Todo fue producto de un guión improvisado, en medio del corre-corre, para ocultar la irresponsabilidad del dictador (Correa) de irse a meter en un cuartel sublevado, a abrirse la camisa y gritar que lo maten, como todo un luchador de cachacascán que se esfuerza en su show en una carpa de circo de un pueblito olvidado».

Agencias AFP, EFE y ANSA, y Ámbito Financiero

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