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Yemen rechaza recibir soldados de EE.UU.
«La presencia de tropas extranjeras en el territorio yemení genera una enorme sensibilidad. Existe un gran debate sobre hasta qué punto los estadounidenses deberían implicarse en Yemen, pero estoy seguro de que su experiencia en Irak, Afganistán y Pakistán les ha enseñado que la intervención directa sólo complica las cosas», manifestó Qirbi.
El ministro puntualizó que la posible presencia de tropas especiales norteamericanas en el territorio de su país se reducirá a «más asesores, nada más».
Numerosos políticos y analistas locales habían advertido desde hace días que la intensificación de los lazos entre el estamento militar yemení y el estadounidense sería contraproducente y generaría mayores simpatías hacia los radicales. La población local mantiene una notable reticencia hacia la política de los EE.UU., cuya expresión más visual es la profusión de retratos de Sadam Husein que se pueden ver en la capital, Saná.
Revés
El país árabe fue una de las pocas naciones de la región -junto con Jordania- que no apoyó la invasión de Irak en 1990, lo que provocó una agria respuesta de su poderoso vecino, Arabia Saudita, que expulsó a cientos de miles de trabajadores yemeníes asestando un golpe crucial a la economía local, que nunca se recuperó. Los expertos yemeníes han criticado, asimismo, el énfasis que se ha puesto en las últimas jornadas en la asistencia militar que recibirá el país, que al mismo tiempo enfrenta una crisis socioeconómica.
El propio ministro del Agua, Abderrahman al Iryani, reconoció recientemente que tanto la expansión de Al Qaeda como la revuelta de los huzis en el norte o el creciente movimiento secesionista del sur son «simplemente los síntomas de una grave enfermedad», en este caso la falta de recursos que asfixia al Estado.
Armas
«Yemen ya era en 2006 el séptimo país que más gastaba en el sector militar en porcentaje de PBI, según la CIA. Hoy, con dos conflictos (el del Norte y el que se libra contra Al Qaeda), quién sabe cuánto estamos gastando toda vez que el presupuesto de 2009 se redujo a la mitad para financiar la guerra en el reducto huzi de Saada. ¿Es que la guerra es más importante que la salud de los niños?», clamó hace días la directora del Yemen Times, Nadia al Sakkaf. Según el reputado Instituto de Investigación de la Paz Internacional de Estocolmo, el país árabe firmó a principios del año pasado un contrato para comprar armas por más de 1.000 millones de dólares con Rusia, incluyendo aviones de combate, helicópteros y tanques.
Mientras tanto, Saná continúa difundiendo noticias sobre sus acciones contra los radicales de Aqap. Las autoridades aseguraron ayer haber detenido a cuatro activistas de ese movimiento, incluido un jefe local de la región norteña de Arhab, al que las fuerzas de seguridad vinculan el alerta que llevó a la clausura de varias embajadas occidentales en la capital.
Al mismo tiempo, los medios oficiales informaron sobre una reactivación de la ofensiva contra los rebeldes huzis, pese a que en las últimas jornadas éstos habían dicho aceptar las condiciones del Ejecutivo para alcanzar un alto el fuego. La página web Almotamar dijo que los uniformados han abatido a «decenas» de insurgentes en las últimas jornadas en la provincia de Saada.
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