6 de abril 2021 - 00:01

Las visitas a los museos cayeron 77% en 2020

En los EE.UU., algunas instituciones planean vender cuadros valiosos de su patrimonio para enfrentar los gastos fijos. En Europa resisten esa solución.

Louvre. Siempre el más concurrido, aunque en 2020 tuvo 2,7 millones de visitas contra 9 millones en 2019.

Louvre. Siempre el más concurrido, aunque en 2020 tuvo 2,7 millones de visitas contra 9 millones en 2019.

La asistencia a los principales museos del mundo como el Louvre, el Guggenheim o la National Gallery de Londres, se redujo drásticamente en 77 por ciento en el último año, debido a los cierres temporarios y los efectos generados por la pandemia de coronavirus, llevando la cifra de 230 millones de visitantes, en 2019, a 54 millones en el 2020. Así surge del informe anual que elabora el medio británico The Art Newspaper, en referencia a la asistencia de cada año a los cien museos más visitados del mundo, entre ellos el Museo Nacional de China en Beijing, el Louvre en París, el Hermitage de San Petersburgo, la National Gallery de Londres, el Reina Sofia de España, los Museos Vaticanos y el Museo Metropolitano de Nueva York.

Primero, como siempre, en el ranking de “más visitado”, el Museo del Louvre atrajo a 2,7 millones de personas, aunque eso significó un 72% menos que en 2019, cuando recibió 9 millones de visitantes, señala el informe. Otro de los datos aportados por esta encuesta anual es que, entre los cien museos, suman 41.000 días cerrados en todo 2020, “más de un siglo de visitas perdidas”. El segundo más popular en esta lista es el Museo Nacional de China de Beijing, con 1,6 millones de visitantes, que debió cerrar durante tres meses a partir del 25 de enero de 2020 y cuando volvió a abrir su capacidad máxima se redujo en 90 por ciento.

Las ciudades europeas experimentaron una fuerte caída en el turismo internacional, por lo que París recibió solo 5% de su número habitual de turistas, lo que explica que los tres principales museos de arte de la capital francesa -el Louvre, el Centro Pompidou y el Musée d’Orsay- registraron una caída de 73 por ciento en la asistencia en general: pasaron de 16,5 millones en 2019 a 4,5 millones en 2020. También se vieron afectados museos de España, como el Prado, que experimentó una caída de 76% mientras que las cifras del Reina Sofía disminuyeron 72% (de 4,4 millones en 2019 a 1,2 millones).En Italia, los Museos Vaticanos, la galería Uffizi y la Accademia en Florencia se redujeron en 81%, 72% y 81%, respectivamente. En Reino Unido, la Tate Modern de Londres fue el museo más visitado, quitándole ese lugar al Museo Británico, que debió cerrar durante 208 días.

Estados Unidos, que detenta el mayor número de muertes relacionadas con covid-19 y la mayor cantidad de casos en el mundo, fue donde los museos experimentaron las principales bajas de público, como el Guggenheim que tuvo 88 por ciento menos de concurrencia, al permanecer cerrado durante más de siete meses. La crisis sanitaria puso un freno a los planes del Met para conmemorar su 150 aniversario, lo que generó pérdidas por 150 millones de dólares, pero desde que reabrió en agosto con un aforo del 25 por ciento, reciben un promedio de 4.065 visitantes diarios.

Las visitas al Museo de Arte de San Pablo, Brasil, el Museo de Arte Moderno de esa misma ciudad y la Pinacoteca disminuyeron 81 por ciento, 79% y 75% respectivamente. El informe de The Art Newspaper también evidencia bajas en museos de Seúl, Escocia, Los Angeles, Tel Aviv, Tokio, Houston, Sydney, Chicago, Viena, Abu Dhabi, Atenas, México, Lisboa, Berlín, Praga, Amsterdam, Osaka y otras ciudades.

Esta realidad dio lugar a decisiones no menos drásticas: los museos estadounidenses consideran vender algunas de sus obras de arte para compensar las pérdidas. Antes de la pandemia, la venta de obras de arte por parte de los museos -una práctica conocida como ‘alienación’- solo podía llevarse a cabo para comprar nuevas pinturas, esculturas u otros objetos artísticos. Pero en abril de 2020, la Asociación estadounidense de directores de museos de arte (AAMD) levantó esa prohibición y autorizó por dos años la venta de obras de arte para equilibrar los presupuestos.

En septiembre el Museo de Brooklyn, ya en dificultades económicas antes de la pandemia, puso en venta 12 obras, entre ellas un Monet y dos Dubuffet, con el objetivo de crear un fondo de mantenimiento de su colección. En febrero de 2021, el director del Museo Metropolitano, Max Hollein, ya había señalado que utilizaría las sumas obtenidas de la venta de obras para gastos de restauración de su colección, sobre todo para el sueldo del personal dedicado a esa tarea. Hollein minimizó la importancia de la decisión, que presentó como temporaria. “Muchas instituciones practican la ‘alienación’ desde hace décadas”, dijo, y precisó que el Met no prevé vender más obras en 2021 que en los años anteriores. “Pensamos que esto beneficia el desarrollo de nuestra colección”, afirmó.

La venta de las obras de arte por parte de los museos es un tema polémico. El mundo de los museos anglosajones es generalmente más abierto a las ventas controladas, pero la mayoría de los países de cultura latina, como Francia, se oponen. El presidente del Centro Pompidou, Serge Lasvignes, dijo que es “muy preocupante que las obras colgadas de la pared se transformen en activos financieros”. Con él coincidió la abogada Laurence Eisenstein, que recientemente dirigió una rebelión contra los responsables del Museo de Arte de Baltimore. Este museo quería vender tres obras de su colección, entre ellos un Warhol, estimados en 65 millones de dólares. La venta de estos cuadros obedecía a la voluntad de crear un fondo de preservación de la colección, pero frente a las críticas renunció a la venta en octubre, y decidió recaudar fondos a través de donaciones. Everson, un museo de Syracuse, en el estado de Nueva York, vendió en octubre un Pollock que había recibido en donación por 12 millones de dólares, lo cual desencadenó la ira de muchos.

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