Los rendimientos de los bonos del Tesoroestadounidense volvieron a subir el miércoles tras una demanda débil en la subasta de u$s16.000 millones en bonos a 20 años. El rendimiento de los bonos a 30 años alcanzó el 5,1% luego de la colocación, que se produjo después de que Moody’s rebajara la calificación crediticia de EEUU, citando preocupaciones por el creciente endeudamiento del país.
La venta también coincidió con la votación del proyecto de ley fiscal y de gasto de la administración Trump, que probablemente sumará billones a los 36,2 billones de dólares de deuda nacional. El proyecto fue aprobado hoy (22 de mayo) por la Cámara de Representantes.
“Los inversores de bonos no están nada impresionados con las propuestas que extenderían los recortes impositivos de Trump de 2017 y aumentarían el gasto militar, pero recortarían las ayudas sociales”, dijo Susannah Streeter, directora de mercados en Hargreaves Lansdown.
“La Oficina Presupuestaria del Congreso prevé que estas medidas añadirían 3,8 billones de dólares a la deuda estadounidense en la próxima década.”
La subasta de bonos a 20 años reflejó una demanda muy débil, lo que indica la creciente cautela del mercado respecto a la política fiscal de la Casa Blanca.
Este jueves, el mercado de bonos vuelve a resentirse tras la tibia subasta, justo cuando el ambicioso proyecto fiscal de Donald Trump superaba un obstáculo clave. El rendimiento del bono a 30 años alcanzó el 5,108%, su nivel más alto desde octubre de 2023, mientras que el bono a 20 años subió al 5,126%, el mayor desde noviembre de 2023.
El rendimiento del "bono largo" de 30 años está ahora a solo 7 puntos básicos del máximo de 2023. Un quiebre por encima de ese nivel lo colocaría en su punto más alto desde la crisis bancaria de 2007, que obligó a la Reserva Federal a implementar años de compras de bonos para sostener el sistema.
El estrés en el tramo largo del mercado estadounidense se reflejó en otras partes del mundo. En Japón, los rendimientos ultra largos alcanzaron niveles récord, y en el Reino Unido el rendimiento del bono a 30 años subió a su nivel más alto desde la volatilidad de abril.
Tensión en los mercados de deuda
El miembro del directorio del Banco de Japón, Asahi Noguchi, dijo el jueves que no veía necesidad de intervenir en el mercado de bonos para frenar la suba reciente de los rendimientos, calificando los movimientos como "rápidos pero no anormales".
Las preocupaciones por la deuda, agravadas por los datos de inflación y los temores sobre los precios derivados de los aranceles, también afectaron a los mercados bursátiles. Los índices de Wall Street cayeron más de un 1% el miércoles, mientras que los mercados en Asia y Europa también operaban en rojo.
Por otro lado, el precio del petróleo crudo brindó cierto alivio: el referente estadounidense retrocedió un 1% tras un reporte que indicó que la OPEP+ analiza un aumento de producción para julio, lo que reavivó los temores de que la oferta global supere la demanda.
El dólar recibió un impulso moderado luego de que los ministros de Finanzas del G7 en Canadá indicaran que EEUU se abstuvo de exigir una apreciación del yen en las conversaciones bilaterales con Japón. El secretario del Tesoro de EEUU.}, Scott Bessent, y su homólogo japonés, Katsunobu Kato, emitieron una declaración conjunta en la que afirmaron que el tipo de cambio dólar-yen refleja actualmente los fundamentos del mercado.
En Corea del Sur, el won había subido bruscamente tras un reporte que señalaba que Washington le pidió a Seúl medidas para fortalecer su moneda como parte de un acuerdo comercial, aunque luego retrocedió la mayor parte de esas ganancias.
Además, los inversores centraban su atención en las encuestas empresariales globales de mayo. Las lecturas compuestas para la eurozona y Japón mostraron una inesperada contracción, en gran parte por la debilidad en el sector servicios. En EEUU, se esperaban los datos equivalentes más tarde en el día, junto con los números semanales de solicitudes de subsidio por desempleo.
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