El núcleo interno de la Tierra podría haber cambiado su dirección de rotación, según un estudio reciente. Científicos afirman que esta parte sólida del planeta habría frenado su movimiento y comenzado a girar en sentido contrario, un fenómeno que ya estaría generando efectos sobre el campo magnético, el clima y la actividad sísmica.
El núcleo de la Tierra cambió de dirección: qué está pasando en el corazón del planeta
Un reciente estudio sugiere que el núcleo dejó de girar y comenzó a moverse en sentido contrario. El fenómeno ya tendría efectos en la superficie.
-
La NASA se lanza a resolver el misterio cósmico del origen de la vida
-
Qué es un ACV isquémico, el evento de salud que sufrió Alejandra "Locomotora" Oliveras

El núcleo interno de la Tierra podría haber detenido su rotación y comenzado a girar en sentido contrario, según un reciente estudio científico.
Aunque ocurre a miles de kilómetros bajo tierra, este cambio podría repercutir en procesos esenciales para la vida humana. Si se confirma, marcaría una nueva fase dentro de un ciclo que se repetiría cada varias décadas.
Cómo se realizó el estudio
El estudio fue publicado en la revista Nature Geoscience por un grupo de investigadores de la Universidad de Pekín y la Universidad del Sur de California (USC). El equipo llegó a esta conclusión tras analizar registros sísmicos de terremotos ocurridos entre 1990 y 2021, lo que les permitió observar diferencias sutiles en la forma en que las ondas viajan a través del centro del planeta.
Según los autores, el núcleo de hierro y níquel gira influido por el campo magnético de la Tierra y las fuerzas gravitacionales del manto. De acuerdo con el estudio, este sistema puede entrar en un ciclo de oscilaciones de varias décadas, y todo indica que ya hemos atravesado uno similar en la década del setenta.
Hasta 2009, el núcleo giraba más rápido que la superficie terrestre, pero esa velocidad fue disminuyendo con el tiempo. Los datos más recientes sugieren que se habría detenido momentáneamente, antes de comenzar a girar en sentido contrario.
Clima, magnetismo y actividad sísmica
Aunque los efectos no se sienten de forma inmediata, los científicos advierten que la inversión de la rotación podría impactar el campo magnético terrestre, que protege a la Tierra de la radiación solar y es fundamental para sistemas de navegación y comunicación. Una alteración en su estructura podría tener efectos impredecibles.
El estudio también plantea que este cambio puede influir en la actividad sísmica, ya que modifica la interacción entre el núcleo interno y el manto. Esa relación es clave para entender el movimiento de las placas tectónicas y otros fenómenos geológicos de gran escala.
Además, las oscilaciones del núcleo podrían alterar mínimamente la duración de los días. Aunque se trata de milisegundos, esas variaciones pueden repercutir en el clima a largo plazo. Según los autores, aún falta comprender completamente cómo estas fluctuaciones podrían afectar la circulación atmosférica, las lluvias y las temperaturas globales.
Ondas sísmicas y ciclos profundos
El análisis de las ondas sísmicas fue central en este hallazgo. Comparando registros de distintas décadas, los investigadores detectaron diferencias en la velocidad y trayectoria de las ondas que atraviesan el núcleo. Eso les permitió deducir que el movimiento no solo se ralentizó, sino que probablemente se revirtió.
Este fenómeno parece formar parte de un ciclo mayor. La hipótesis es que el núcleo atraviesa fases en las que se acelera, se desacelera y cambia de dirección, en patrones que podrían repetirse cada 60 o 70 años. Así, lo que ocurre ahora no sería un caso aislado, sino una nueva etapa en un proceso que ya tuvo lugar en el pasado.
Por qué deberíamos alertarnos
Conocer el comportamiento del núcleo es esencial para entender muchos de los sistemas que sostienen la vida en la Tierra. Desde el campo magnético hasta el clima, pasando por la estabilidad geológica, los efectos de este fenómeno se expanden en múltiples direcciones.
Como concluye el estudio, “estos tres factores tienen una influencia directa en la vida cotidiana y en la supervivencia de los humanos”. Aunque el movimiento del núcleo no sea visible ni inmediato, los científicos insisten en que sus consecuencias pueden manifestarse con el tiempo, y por eso es clave seguir observando lo que ocurre en las profundidades del planeta.
Dejá tu comentario