Durante los próximos días, una ola polar afectara a gran parte del territorio argentino. Este fenómeno, declarado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), se caracteriza por un marcado descenso de las temperaturas, las mínimas caen a 3,8°C y las máximas no superan los 12,7°C durante al menos tres jornadas consecutivas.
Ola de frío polar en la Argentina: cómo calefaccionar la casa de forma segura y sin gastar de más
Para aumentar la eficiencia energética, disminuir el gasto y evitar accidentes durante condiciones climáticas extremas. Es fundamental implementar acciones concretas.
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La estufa a leña es una de las formas de calefacción más clásicas.
El impacto de la ola polar se sentirá en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, así como en Mendoza, San Luis, Córdoba, La Pampa, Santa Fe, Entre Ríos, Santiago del Estero, Tucumán y el sur de Chaco. En estas regiones se esperan temperaturas mínimas por debajo de los 0°C y máximas que no alcanzarán los 16°C, lo que obliga a tomar medidas especiales para enfrentar el frío extremo.
Ante este escenario, la preparación adecuada y el uso inteligente de los sistemas de calefacción se vuelven fundamentales para garantizar el bienestar. Afrontar esta ola polar requiere una combinación de estrategias de bajo costo, un manejo consciente de la energía y, sobre todo, una estricta atención a las normas de seguridad para prevenir accidentes.
En Buenos Aires, los sistemas de calefacción más comunes incluyen artefactos a gas, aparatos eléctricos, aire acondicionado en modo calor y estufas a leña. Cada uno de estos métodos tiene particularidades propias en cuanto a eficiencia, costos y seguridad. Por ello, la Secretaría de Energía de la Nación ha difundido recomendaciones clave sobre el uso responsable y eficiente de estos equipos.
Cómo conservar el calor en casa con un presupuesto limitado
En tiempos de frío intenso, es fundamental evitar que el calor no se escape del hogar. Las corrientes de aire, comúnmente conocidas como “chifletes”, que ingresan por rendijas en puertas y ventanas, son una de las principales causas de pérdida térmica.
Una forma económica y efectiva de combatir estas filtraciones es la instalación de burletes de goma, espuma o termoplástico en los marcos de aberturas. Según la Secretaría de Energía de la Nación, también es recomendable sellar grietas y fisuras con masilla o silicona, y aislar los taparrollos de las persianas con kits especiales o soluciones caseras, lo que ayuda significativamente a conservar la temperatura interior.
Las cortinas gruesas y los postigos también juegan un papel clave. Cerrarlos por la noche reduce la pérdida de calor a través de los vidrios. Además, colocar una cortina delante de la puerta de entrada puede funcionar como una barrera térmica adicional. En el caso de ventanas antiguas, aplicar film aislante o incluso plástico de burbujas es una opción accesible para simular el efecto del doble vidrio.
Aprovechar el sol como fuente de energía térmica
La energía solar es una fuente de calor natural y gratuita. Abrir cortinas y persianas durante el día, especialmente en ventanas orientadas al norte, permite calentar los ambientes de manera pasiva. Al caer el sol, cerrarlas nuevamente ayuda a mantener el calor acumulado. La ubicación de la vivienda y la orientación de las habitaciones pueden influir considerablemente en la eficacia de esta técnica.
Además, materiales de construcción como el ladrillo o el hormigón poseen lo que se conoce como masa térmica, absorben el calor del día y lo liberan lentamente durante la noche, ayudando a mantener una temperatura interior estable.
Para optimizar el uso del calor disponible, se recomienda concentrarlo en los espacios habitados, cerrando las puertas de habitaciones que no se utilizan. También es importante evitar obstruir estufas o radiadores con muebles, permitiendo una mejor distribución del calor.
Las actividades diarias, como cocinar o el uso de ciertos electrodomésticos, también generan calor residual que puede contribuir al confort térmico del hogar.
Uso responsable y seguro de los sistemas de calefacción a gas
Para un uso eficiente de los calefactores a gas, se aconseja mantener el termostato en la temperatura más baja que resulte confortable, idealmente entre 18°C y 20°C. Reducir apenas un grado puede representar un ahorro de entre el 10% y el 20% en el consumo de gas.
Es imprescindible realizar un mantenimiento anual con un gasista matriculado. Asimismo, se debe verificar que la llama sea azul, asegurar una correcta ventilación del ambiente e instalar detectores de monóxido de carbono para prevenir intoxicaciones.
Calefactores eléctricos
Los paneles calefactores eléctricos consumen poca energía (alrededor de 0,6kWh) y son fáciles de instalar. En cambio, radiadores eléctricos y caloventores tienen un consumo más elevado, por lo que se recomienda utilizarlos de forma puntual y en ambientes bien aislados.
El uso de termostatos programables y la desconexión de los equipos cuando no se están utilizando ayudan a reducir el gasto energético.
Aire acondicionado en modo calor
Los aires acondicionados con tecnología son considerablemente más eficientes que los modelos tradicionales. Para optimizar su rendimiento, es fundamental mantener una temperatura moderada, limpiar los filtros regularmente y cerrar puertas y ventanas mientras estén en funcionamiento.
Estufas a leña
El uso seguro de estufas a leña requiere que la leña esté bien seca y que se realice un mantenimiento periódico del conducto de la chimenea para evitar la acumulación de creosota, una sustancia inflamable que puede provocar incendios. También se debe respetar una distancia segura con materiales combustibles.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que una ventilación inadecuada puede aumentar el riesgo de enfermedades respiratorias. Por ello, es crucial asegurar la salida del humo y permitir la entrada de aire limpio.
En este contexto, la Asociación de Distribuidores de Gas (Adigas) elaboró una guía práctica para conocer y saber actuar ante la presencia de monóxido de carbono.
Como dicen en Adigas: "El mónoxido de carbono no tiene olor, color, ni sabor y es muy difícil detectarlo. Por eso, la prevención es la mejor manera de evitar accidentes".
¿Qué es el monóxido de carbono?
El monóxido de carbono es una sustancia tóxica que ingresa al cuerpo a través de la respiración. Puede provocar dolor de cabeza, náuseas, vómitos, desmayos e incluso, la muerte. Es altamente peligroso porque no es detectable a través de los sentidos.
Carece de olor, sabor y color. Tampoco irrita los ojos ni la nariz. Por eso, es indispensable la correcta instalación de los artefactos por un gasista matriculado y mantener bien ventilados los ambientes.
¿Cómo se produce el monóxido de carbono?
Todo material combustible rico en carbono (gas, petróleo, carbón, kerosén, nafta, madera, plásticos) necesita oxígeno para quemarse. Cuando la cantidad de oxígeno es insuficiente, la combustión es incompleta y se forma MONÓXIDO DE CARBONO (CO).
Consejos para prevenir accidentes por monóxido de carbono
1) Controlar y verificar que la llama del quemador de los artefactos sea de color azul:
Si fuese amarilla significa que está produciendo Monóxido de Carbono. En este caso, apagar el artefacto y hacer revisar el quemador por un gasista matriculado.
2) Calefaccionar adecuadamente:
• No utilizar artefactos de calefacción para secar prendas.
• Nunca usar las hornallas y/o el horno para calefaccionar los ambientes.
• Verificar el cierre correcto de las canillas de agua caliente, especialmente durante la noche, para evitar el funcionamiento continuo de calefones.
• Utilizar artefactos aprobados por el ENARGAS.
3) Mantener periódicamente los artefactos de gas:
• Verificar el buen funcionamiento de los tirajes de modo que no estén obstruidos, estrangulados, fisurados desconectados o abollados.
• No realizar combinaciones ni conexiones de conductos de ventilación de dos artefactos diferentes cada conducto de ventilación debe ser individual.
• Revisar las instalaciones internas de gas del hogar por medio de un gasista matriculado.
4) Ventilar los ambientes donde se encuentran los artefactos:
Mantener limpia las rejillas de renovación del oxígeno en los ambientes y los conductos para la libre evacuación de gases de combustión.
5) Prestar atención a los síntomas de debilidad y cansancio.
El monóxido de carbono No se vé, No se huele y No se escucha, por eso hay que estar atento ante la aparición de síntomas como tendencia al sueño, dolor de cabeza, vómitos y cansancio.
Primeros auxilios ante una intoxicación
Los síntomas de intoxicación con monóxido de carbono son similares a los de una gripe o malestar estomacal: dolores de cabeza, náuseas, vértigo, confusión, vómitos y agitación al respirar.
La gravedad de los síntomas depende del tiempo de exposición y de su concentración en el ambiente, pudiendo en casos graves provocar la muerte de la persona.
¿Qué hacer frente a una intoxicación?
Lo primero que debes hacer es una rápida intervención que favorezca la respiración de la persona intoxicada.
Abrí las ventanas y puertas para permitir una rápida ventilación del lugar.
Llamá a EMERGENCIAS para que se trasladen de inmediato al lugar.
Retirá a la persona intoxicada rápidamente del ambiente contaminado y llevala al aire libre o a un sitio bien ventilado.
Recostala cómodamente y mantenela abrigada. Aflojale las partes de la ropa que presionan el cuerpo como la corbata, la camisa y el cinturón.
Si no puede respirar por sí sola, aplicale respiración artificial hasta que se la pueda trasladar a un centro asistencial, lo más rápido posible.
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