Es conocido -si no lo es para el lector se lo informamos- que ADEPA (Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas) otrora era una entidad muy valorada cuando la presidían figuras como Juan Valmaggia («La Nación») o Carlos Lagos («La Capital» de Rosario). Hace ya años cayó estrepitosamente al pasar a ser dominada por el monopolio «Clarín» comprando votos de publicaciones menores a las cuales soborna con bobinas de papel de la empresa que tiene asociada al Estado. Ayer, ADEPA hizo una de sus peculiares reuniones anuales. El presidente del organismo, Gustavo Víttori, pronunció conceptos tan insólitos como éstos, acorde con lo poco que es hoy ADEPA: «La gente es cada día más importante no sólo en términos políticos...» (Textual de alguien del periodismo que parece considerar que antes «la gente» no tenía tal carácter.) No sólo eso, más adelante agregó un concepto no menos insólito: «Tenemos un nuevo partícipe de la realidad social, incluso dentro del mundo de la prensa, que es el ciudadano y debemos prestar atención a esto». (También textual aunque no se crea de un representante del mundo de la prensa. ¿Acaso «el ciudadano» no era partícipe de la realidad social que «ahora» debe prestarle atención el periodismo?) Discurso acorde con una reunión anual deplorable. Baste decir que sobre «Libertad de prensa» en la Argentina leyó un informe Pedro López Matheu, presidente de la comisión respectiva y que laboralmente pertenece al monopolio «Clarín». ¿Qué puede hablar de libertad de expresión el representante de un medio que la ahoga porque no quiere competencia, que sacó leyes en su beneficio en el Congreso que afectan a los restantes diarios? ¿Qué puede hablar de «libertad» y de «prensa» un amanuense dentro de un diario como «Clarín» plegado a todos los gobiernos en los últimos años -inclusive a la última dictadura militar- a cambio de prebendas legales y monetarias? Poco serio.
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