La NASA confirmó esta semana el hallazgo de un nuevo cometa interestelar que atraviesa el sistema solar a gran velocidad. El objeto fue detectado el 1° de julio por el telescopio Atlas, ubicado en Chile, y ya ha sido observado más de 100 veces por astrónomos de todo el mundo. La agencia espacial lo nombró oficialmente 3I/Atlas: se trata del tercer objeto interestelar jamás registrado en ingresar a nuestro vecindario cósmico.
Un cometa de otro sistema solar viene hacia nosotros: la NASA reveló detalles impactantes
Un equipo de la agencia espacial estadounidense identificó al tercer objeto conocido que ingresa a nuestro sistema solar desde otro sistema estelar.
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La NASA dio una pista sobre la posibilidad de vida en Marte
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Según la NASA, el cometa podría haber estado viajando “durante cientos de millones o incluso miles de millones de años”.
Según explicó Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA, el cometa podría haber estado viajando “durante cientos de millones o incluso miles de millones de años” antes de alcanzar nuestra región galáctica: “Estas cosas tardan millones de años en ir de un vecindario estelar a otro”, señaló. Por esa razón, todavía no es posible determinar con precisión de qué estrella proviene.
El cometa se encuentra actualmente a unos 670 millones de kilómetros del Sol, en las cercanías de Júpiter, y se desplaza a una velocidad de 59 kilómetros por segundo (más de 200.000 km/h). La NASA adelantó que su punto más cercano al Sol será a fines de octubre, cuando pasará entre las órbitas de Marte y la Tierra, aunque más próximo al planeta rojo, a una distancia segura de 240 millones de kilómetros de nuestro planeta.
Las observaciones iniciales confirman que 3I/Atlas posee una cola visible y una coma —una nube de gas y polvo que rodea el núcleo—, características típicas de los cometas. Basándose en su brillo, los científicos estiman que el cuerpo podría tener decenas de kilómetros de ancho, lo que lo haría más grande que los dos objetos interestelares previos detectados.
El cometa será visible con telescopios hasta septiembre, momento en que se acercará demasiado al Sol como para ser observado desde la Tierra. Luego podría reaparecer en diciembre, cuando cruce al otro lado del astro rey.
Este hallazgo se suma a la corta lista de visitantes interestelares registrados desde nuestro planeta. El primero fue Oumuamua, descubierto en 2017 por un observatorio en Hawái. Su nombre, que significa “explorador” en hawaiano, se debe a su origen desconocido y comportamiento extraño. En un principio se lo clasificó como asteroide, aunque luego mostró señales compatibles con un cometa. El segundo, identificado como 21/Borisov, fue detectado en 2019 por un astrónomo aficionado de Crimea.
“Francamente, desde hace décadas hemos estado esperando ver objetos interestelares, y finalmente los estamos viendo”, afirmó Chodas. Y agregó: “Un visitante de otro sistema solar, aunque es natural —no es artificial, no se emocionen porque algunas personas lo hacen—, simplemente es muy emocionante”.
La NASA dio una pista sobre la posibilidad de vida en Marte
Un reciente estudio de la NASA demostró, gracias a astromóviles, que el planeta Marte está condenado a ser desértico a pesar de la existencia de ríos en el mismo
Se pudo encontrar en su superficie rastros de antiguos lagos, lo cual indica que alguna vez fluyó el agua. Se considera que Marte tiene todos los ingredientes para la vida con excepción de agua líquida, lo que para los astrónomos podría ser lo más importante y la razón de esto.
El róver Curiosity, astromóvil, enviado por la NASA a Marte para investigar su geología y atmósfera, encontró este 2025 una pieza faltante que podría explicar este suceso: piedras ricas en minerales de carbonato. Estos minerales son una especie de esponjas de dióxido de carbono, capturado en la atmósfera y atrapado en la roca.
Edwin Kite, científico de la Universidad de Chicago y miembro del equipo Curiosity, fue el principal autor del estudio, expresó que hubo "destellos de habitabilidad" en algunos momentos y lugares de Marte, pero estas piedras parecieron ser la excepción.
En la Tierra, para comenzar, el dióxido del carbono en la atmósfera calienta el planeta y a lo largo de largos períodos de tiempo, el carbono queda atrapado en rocas carbonatadas. Después de esto, las erupciones volcánicas lanzan el gas de vuelta a la atmósfera creando un ciclo climático equilibrado que propicia la existencia constante de agua.
En cambio, "en Marte tiene una débil tasa de emisiones volcánicas comparado con la Tierra", confirmó Kite. Lo que genera que el planeta rojo sea mucho más frío y menos habitable.
Los breves períodos de agua líquida en Marte fueron seguidos por 100 millones de años de desierto estéril, lo que sería demasiado tiempo para que algo sobreviva. "Aún es posible que haya bolsas de agua líquida en el subsuelo de Marte que aún no ha sido hallada", añadió el científico.
Si se determina que Marte nunca tuvo siquiera microorganismos durante sus períodos con agua, sería una indicación de que es difícil que surja la vida en otros planetas. Si ocurre lo contrario, "básicamente nos diría que el origen de la vida es fácil a escala planetaria", aseguró Kite.
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