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Bussi: piden que declare Isabel

El ex gobernador de Tucumán, Antonio Bussi, ayer en la camilla que lo trasladó a un centro de salud de la capital provincial, luego de sufrir una descompensación antes de comenzar el juicio en su contra. "Fue una chicana del ex militar para no ser juzgado. Además se estaba riendo ", se burló una militante de derechos humanos.
El juicio oral por el supuesto secuestro y desaparición del ex senador provincial Guillermo Vargas Aignasse, había comenzado con una sala colmada de público, mientras activistas de organismos de derechos humanos se agolpaban en la puerta del Tribunal, desplegando sus ya clásicos cánticos y banderas contra los imputados Bussi y también contra el ex jefe del Tercer Cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez.
Estuvieron, además, los hijos del ex senador Vargas Aignasse: Guillermo, y el actual diputado nacional kirchnerista Gerónimo, aunque el primero de ellos no estuvo en la sala ya que aún debe declarar como testigo.
Antes de ingresar al recinto, el abogado de Menéndez, Horacio Guerineau, negó la acusación en su contra, y justificó la actuación del ex jefe del Tercer Cuerpo del Ejército al indicar que durante la última dictadura «hubo una guerrilla y no desapariciones forzosas».
El ex militar fue condenado hace dos semanas a reclusión perpetua, por el secuestro, la tortura y la desaparición de cuatro militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores.-Ante el Tribunal Federal de Córdoba, Menéndez había dejado claro que «los guerrilleros del 70 han vuelto al poder».
En torno al juicio que se les sigue a los dos ex militares por el supuesto asesinato de Vargas Aignasse, Ricardo Bussi, hijo de Antonio, criticó a los jueces del Tribunal ya que «le van a dar la condena que quiera Kirchner, porque de otra forma se podrían llegar a quedar sin trabajo».
Agregó, además, que durante el proceso pedirá la presencia de la ex presidente María Estela Martínez de Perón, quien fue la comandante en jefe que determinó «la aniquilación de la subversión».
En tanto, el juicio comenzó con la lectura de la acusación fiscal contra Bussi y Menéndez, a quienes se les imputan los presuntos delitos de violación de domicilio y de la libertad agravada, aplicación de tormentos reiterados, homicidio calificado y asociación ilícita en perjuicio del ex senador peronista Vargas Aignasse, desaparecido en 1976.
En la acusación se constató que el Ejércitohabía señalado al «senador como potencial opositor al régimen, ya que pertenecía a una organización política perturbadora, por lo que se debía proceder a su detención».
Cerca del mediodía, el Tribunal dispuso un cuarto intermedio de quince minutos, ante la gravedad de la salud de Bussi, quien se mostraba con signos de cansancio.
Al reanudarse el juicio, se les notificó a los jueces que el ex gobernador había padecido una descompensación, por lo cual debía ser internado para ser observado.
Si bien los magistrados propusieron que se lo asistiera en el lugar, un médico cardiólogo insistió con llevarlo a una clínica, y Bussi fue trasladado en camilla a un centro de salud.
Ante esta situación, Josefina Molina, hija de desaparecidos, criticó la actitud de Bussi, a quien acusó de hacer «una chicana por un simple dolor de pecho, y alargar el proceso».
En la puerta del Tribunal, los activistas de siempre generaron desmanes contra la Policía, aunque no hubo detenidos ni heridos de gravedad.
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