El 14 de abril, el gobierno salía de las presiones cambiarias de las semanas anteriores mediante un salto hacia adelante: la eliminación del CEPO. La magistral jugada política fue coronada por un resultado sorprendente, tras la eliminación de las restricciones a la compra de divisas, el peso no sólo no se devaluó, sino que las cotizaciones paralelas descendieron fuertemente acercándose al valor del oficial. Si bien la jugada contó con un rotundo apoyo de Trump, cuya presión facilitó desembolsos por u$s13.465 M por organismos internacionales - u$s12.000 M correspondientes al FMI y u$s1.465 M adicionales de otros organismos-, la estabilización del dólar se realizó dentro de las nuevas bandas de flotación sin requerir la intervención del Banco Central.
¿Quién intervino para que baje el dólar tras la salida del cepo?
Tras la eliminación de las restricciones a la compra de divisas, el peso no sólo no se devaluó, sino que las cotizaciones paralelas descendieron fuertemente acercándose al valor del oficial.
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Tras la sálida del cepo, las cotizaciones paralelas descendieron fuertemente acercándose al valor del oficial.
La salida del CEPO con un descenso de los dólares financieros sin intervención del Banco Central es de por sí sorprendente en un país habituado a que las presiones cambiarias suelen ser coronadas por un abrupto salto devaluatorio. Pero aún más extraño es que mientras el dólar se estabilizaba, los ahorristas aumentaban sus depósitos en moneda extranjera. Entre el 11 y el 23 de abril, los depósitos bancarios en dólares del sector privado se incrementaron en u$s1.032 M. En ese mismo lapso, los dólares en efectivo en manos de los bancos descendían u$s640M, para atender retiros de sus clientes. Es decir, tras la salida del CEPO el valor del dólar financiero descendía sin intervención del Banco Central, mientras la demanda de dólares de los ahorristas en los bancos se incrementaba. Cabe entonces la pregunta sobre quién financió la acumulación de depósitos de los ahorristas.
Una primera posibilidad es que hayan sido los exportadores de granos. Sin embargo, la actitud de las cerealeras fue cautelosa y la liquidación tuvo niveles muy bajos en los primeros días de la salida del CEPO. Pero si no fueron los exportadores, ¿quién pudo ofertar dólares para cubrir la demanda de los ahorristas y forzar a su vez una baja pronunciada en las cotizaciones financieras? Algunas operaciones atípicas en el mercado cambiario, como ventas por montos importantes cuando el dólar amagaba con superar los 1.200 pesos el 14 de abril a la 1p.m. estabilizando bruscamente su cotización, u ofertas a la baja ni bien habría el mercado los días siguientes, parecen dar la pista que algún actor utilizó voluminosos recursos para forzar una tendencia decreciente en la cotización del dólar dentro de las bandas de flotación.
Si tenemos en cuenta que el principal interesado en que el dólar no se disparara era el equipo económico, es lógico buscar en las instituciones bajo su mando a un posible interventor. Revisando los depósitos en dólares del Gobierno en el Banco Central (disponibles semanalmente en la información de su balance), se observa que tras la salida del CEPO se incrementaron en u$s11.894 M producto del ingreso de los créditos de organismos internacionales. Pero la cifra es u$s1.766 M menor que el monto de los créditos otorgados por dichos organismos. Si se descuenta que en abril vencían u$s341 M con organismos, queda sin explicar el destino de u$s1.425 M, una cifra que calza con la demanda de los ahorristas para acumular depósitos y deja un resto de posible pérdida en el mercado para orientar la cotización entre bandas.
Si se confirmara que el Tesoro ya utilizó u$s1.425 M de los recientes créditos recibidos para financiar la acumulación de activos en dólares del sector privado, estaríamos reviviendo la triste experiencia del último gran crédito del FMI en 2018. En esa ocasión, los u$s44.500 M recibidos del organismo fueron utilizados mayormente para intentar contener el dólar frente a la demanda del sector privado. El resultado fue un Estado cada vez más endeudado en moneda dura y un sector privado con mayores activos en el exterior. El hecho de que muchos de los protagonistas de aquel entonces sean parte del elenco actual, da indicios de una posible reincidencia.
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