19 de septiembre 2020 - 07:00

Quintana, del "son yo" de Macri a la comunidad budista en Cariló

Mario Quintana integró junto con Marcos Peña y Gustavo Lopetegui la columna vertebral del gobierno de Cambiemos.

Quintana se mudó a su enorme casa de Cariló con otras 20 parejas.

Quintana se mudó a su enorme casa de Cariló con otras 20 parejas.

Télam

Mario Quintana conformó desde el inicio del gobierno de Cambiemos el núcleo duro de laderos de Mauricio Macri junto a Marcos Peña y Gustavo Lopetegui. En diciembre de 2015 asumió como Secretario de Coordinación Interministerial, en la práctica vicejefe de Gabinete, mientras repartía su tiempo como CEO de Farmacity. Renunció en septiembre de 2018, ya como ex CEO de Farmacity.

La injerencia del trío Peña, Quintana y Lopetegui sobre Macri fue tan marcada, que lo llevó al expresidente a acuñar una de sus frases más recordadas. "Marcos, Mario y Gustavo son mis ojos y mi inteligencia. Ellos son yo", fue la definición del entonces Presidente.

Cuando renunció al Gobierno le envió una carta a Macri en la que expresó: “Hoy, pasados exactamente 1000 días desde aquel 10 de diciembre de 2015, me toca dar un paso al costado, y lo que quiero expresarte en primer lugar es mi profunda y eterna gratitud por la oportunidad que me has dado de servir a la Patria a tu lado”.

Antes de abandonar su oficina de la Casa Rosada, juntó a su equipo de 30 personas, en el Salón de las Mujeres, y les leyó un poema del monje budista Thich Nhat Hanh.

Quintana siempre cultivó un costado místico. De hecho, comenzó a vivir en comunidad en la localidad de Capilla del Señor. Ahora, según cuenta el diario Clarín, se mudó a su enorme casa de Cariló con otras 20 parejas que siguen al gurú Bernardo Nante, profesor de estudios orientales.

Según los principios que llevan adelante, ejercitan con la propia sombra, a modo de representación del inconsciente que uno no se atreve a sacar a la luz y que es la llave para abrir la puerta a la felicidad.

El poema completo que leyó Quintana

No digas que partiré mañana

porque todavía estoy llegando.

Mira profundamente: llego a cada instante

para ser el brote de una rama de primavera,

para ser un pequeño pájaro de alas aún frágiles

que aprende a cantar en su nuevo nido,

para ser oruga en el corazón de una flor,

para ser una piedra preciosa escondida en una roca.

Todavía estoy llegando para reír y llorar,

para temer y esperar,

pues el ritmo de mi corazón es el nacimiento y la muerte

de todo lo que vive.

Soy el efímero insecto en metamorfosis

sobre la superficie del río,

y soy el pájaro que cuando llega la primavera

llega a tiempo para devorar este insecto.

Soy una rana que nada feliz

en el agua clara de un estanque,

y soy la culebra que se acerca

sigilosa para alimentarse de la rana.

Soy el niño de Uganda, todo piel y huesos,

con piernas delgadas como cañas de bambú,

y soy el comerciante de armas

que vende armas mortales a Uganda.

Soy la niña de 12 años

refugiada en un pequeño bote,

que se arroja al mar

tras haber sido violada por un pirata,

y soy el pirata

cuyo corazón es incapaz de amar.

Soy el miembro del Politburó

con todo el poder en mis manos,

y soy el hombre que ha de pagar su deuda de sangre

a mi pueblo, muriendo lentamente

en un campo de concentración.

Mi alegría es como la primavera, tan cálida

que abre las flores de toda la Tierra.

Mi dolor es como un río de lágrimas,

tan desbordante que llena todos los Océanos.

Llámame por mis verdaderos nombres

para poder oír al mismo tiempo mis llantos y mis risas,

para poder ver que mi dolor y mi alegría son la misma cosa.

Por favor, llámame por mis verdaderos nombres

para que pueda despertar

y quede abierta la puerta de mi corazón,

la puerta de la compasión.

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