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Conmueve a Uruguay el secuestro de una joven
• Hasta el momento no hay pedido de rescate alguno, ni llamados a la familia en ese sentido, aunque se presume que pudo haber un trabajo de inteligencia previa por el conocimiento de horarios y fecha de salida de la joven, salvo que se trate de alguien conocido.
• Actuó una sola persona, contradiciendo todo el manual para este tipo de delitos -por lo menos en Buenos Aires-en la que intervienen 4 o más personas y se mueven en uno o dos vehículos.
• La elección de la Fiorino no es el auto adecuado para cometer un secuestro y poder huir por las calles de una ciudad o rutas abiertas. Pese a ello la policía supone que la camioneta fue robada -en el último mes hubo 30 de un total de 600 vehículos de este tipo registrados en el país-y hecha circular con matrícula cambiada.
• La joven pudo hacer varias llamadas desde su celular -uno a las 08.20 apenas secuestrada, en la que le envía un e-mail a una amiga donde le dice que está siendo raptada y ante las dudas de ésta última, insiste que es verdad, y otro donde lo habría dejado abierto para que se escuche cuando le pregunta a su presunto raptor porqué lugar circulaban-cuando es evidente que en los secuestros, los atacantes despojan a la víctima de todo elemento que les permita atacar o comunicarse con terceros o la emergencia policial.
• Existe desconcierto policial si se toman las declaraciones del jefe de Policía de Montevideo, José Pedro Delgado. El funcionario no se animó a calificar totalmente de secuestro al hecho pero reconoció que «las personas que cometieron este delito saben lo que hacen o están muy preparadas para esto», con lo que está abandonando la teoría del atacante solitario. La reacción oficial fue de honda preocupación. Si bien desde hace varios meses, tanto Stirling que se reunió con su par argentino, Aníbal Fernández pese a que la Policía Federal depende del ministro de Justicia y Seguridad del vecino país, Gustavo Béliz, como el alto mando policial local, analizan posibles hechos de secuestro en el país por parte de bandas venidas desde la Argentina, el caso les estalló en la cara por el particular momento político que vive el país y por la posibilidad de contagio.
Ayer, sin ninguna relación aparente con este hecho, un desconocido baleó al periodista Ricardo Gabito Acevedo del diario «La República» que investigaba un presunto negociado en el fútbol local. El matutino de clara orientación de izquierda, aparece como el vocero mediático del Frente Amplio, y en los últimos meses ha protagonizado sonados episodios contra el gobierno y contra sindicatos ultra de la misma coalición política que representa «La República».
Por la joven se espera que aparezca un pedido de rescate, salvo que el ataque tenga otro tipo de connotaciones: uno de ellos podría ser «una venganza» debido a las funciones del padre o de su abuelo materno, un importante empresario local. Una hipótesis es la de «una venganza», y se basa en que la joven no gritó, ni forcejeó en demasía aunque es cierto que pudo haber estado atontada por el golpe, al caerse de la moto.
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