Los alimentos funcionales mejoran la calidad nutritiva de las dietas
Escribe Armando Cadoppi Enviado Especial
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Se entiende por “limento funcional”aquel que contiene un determinado nutriente que el mismo alimento tradicional no contiene, o el que posee determinados nutrientes en cantidades mayores a lo normal. Esto permite cubrir mejor los requerimientos nutricionales, equilibrar desbalances en las dietas y prevenir enfermedades. La biotecnología potencia enormemente las posibilidades de creación de nuevos alimentos funcionales. En efecto, recurriendo a la genética molecular permite introducir, en un determinado cultivo o animal doméstico, genes específicos que, aunque provengan de una especie distinta, tengan en su nuevo huésped la expresión que se persigue.
El interés por este nuevo frente tecnológico fue tanto académico como comercial y, en el salón de exposiciones, empresas como Monsanto, Novartis, Roche, Dow, Parmalat, Kraft, Nestlé o Conagra dieron a conocer sus nuevos productos funcionales y las innovaciones tecnológicas con que fueron logrados. La percepción general es que el consumo de alimentos funcionales se multiplicará, y esto permitirá disminuir la ingesta de suplementos alimentarios y de medicamentos.
La industria de bebidas y la láctea son las que cuentan actualmente con mayor cantidad de productos funcionales, pero el número de éstos crece rápidamente en otros grupos de alimentos. Los principales objetivos perseguidos hasta ahora, desde el punto de vista de la salud humana, son la disminución del nivel de colesterol por acción de los fitoesteroles, la reducción de enfermedades corona-rias, la prevención de osteoporosis por las isoflavonas de la soja, el fortalecimiento del sistema inmunologico gracias al ácido linoleico, la acción anticancerigena de los carotenoides y el mejoramiento de la digestión mediante el consumo de productos probióticos lácteos. Certezas
El tema de la legislación regulatoria de los alimentos de origen biotecnológico y, en particular, el de su etiquetado, para informar al consumidor que provienen de organismos genéticamente modificados fue tratado en un panel especial integrado por representantes de la Unión Europea (UE) y de Estados Unidos. J.R. Blanchfield, miembro del Institute of Food Science, de la UE, sostuvo que probablemente a partir del año 2002 todos los alimentos para consumo humano o animal que se exporten a la UE deban tener una etiqueta de alimentos GM (por genéticamente modificados) o, en caso contrario, la obligación de presentar ante un panel comunitario la documentación que demuestre que todos los ingredientes utilizados no son GM, y que están adecuadamente trazados desde su recolección hasta el producto final. Esto, sostuvo, obligará a desarrollar procedimientos integrales de verificación que permitan so-meter a los productos a pruebas para establecer la existencia o no de material GM. Esta perspectiva, según Blanchfield, surge de la demanda de los consumidores europeos por tener certidumbre respecto de lo que comen.
Para la representante de EE.UU., S.K. Harlander, de Biorational Consultants, esas dos medidas trazabilidad de todos los ingredientes y su etiquetado incrementarían los costos de producción en más de un 40%, y los precios podrían exceder, incluso, al de los mismos productos producidos orgánicamente. Por lo demás, sostuvo Harlander, no existen pruebas 100% efectivas para determinar la presencia o no de material GM, y aproximadamente el 80% de los alimentos consumidos en EE.UU. contienen algún ingrediente GM. En su opinión, el etiquetado identificatorio de la presencia de ingredientes GM, o de utilización de procedimientos biotecnológicos, debería ser optativo y no obligatorio, en tanto la composición del alimento no se altere. En otra conferencia, B.M. Chassy, de la Universidad de Illinois, fundamentó la ventaja de las semillas GM en razones vinculadas al cuidado del medio ambiente, la reducción del contenido de mycotoxinas en granos, la menor cantidad de residuos de pesticidas, la posibilidad de remover sustancias alergénicas y, fundamentalmente, la posibilidad de gene-rar alimento suficiente para todos.
Estadísticas compiladas por Evironic International en 2000, mostraron que la aceptación de alimentos GM en el mundo tenía estos valores: EE.UU., 66%; Japón 33%; UE 38%; China 72%; India 69%; Sudamérica 59%. Para T.J. Hoban, de North Carolina State University, lograr la aceptación de los alimentos GM por parte de los consumidores requiere una campaña de información que divulgue los beneficios que ofrecen los alimentos funcionales producidos a partir de ingredientes GM, porque la ignorancia respecto lo que es un alimento GM y los potenciales riesgos y beneficios es, todavía, gene-ralizada.
Los números finales del encuentro internacional fueron: 102 conferencias técnicas, 2.500 expositores y más de 20.000 visitantes.
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