30 de septiembre 2025 - 18:23

La actividad económica creció 1,8% interanual, pero hay señales de desaceleración mensual

Pese al repunte coyuntural, la serie de tendencia-ciclo quedó prácticamente plana, lo que deja la recuperación en una fase todavía frágil.

La actividad económica repuntó, pero sigue a nivel moderado.

La actividad económica repuntó, pero sigue a nivel moderado.

La economía nacional creció 1,8% en la comparación interanual de julio y, además, hubo un incremento de 0,8% en la serie desestacionalizada respecto al mes anterior, sin embargo, en la serie de tendencia-ciclo, que elimina factores coyunturales y permite observar la evolución estructural de la economía, el dato se mantuvo sin variaciones.

Los datos fueron publicados por el Banco Central del Uruguay (BCU) a través del Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE), que funciona como una aproximación adelantada al Producto Interno Bruto (PIB). De esta forma, el desempeño de julio confirma una mejora respecto a meses anteriores, aunque todavía sin una consolidación plena de la recuperación.

El BCU recordó que el cálculo del IMAE se basa en múltiples indicadores de oferta, ponderados según la participación de cada rama de actividad en el PIB, y se publica con un rezago de 60 días. El dato de julio, por tanto, brinda una referencia clave para entender cómo cerró la economía el segundo trimestre del año y qué perspectivas se abren para la segunda mitad de 2025.

Contexto y perspectivas

El aumento interanual de 1,8% resulta significativo en un contexto en el que la economía venía mostrando un bajo dinamismo. En la comparación regional, Uruguay se mantiene en terreno positivo mientras otros países de la región enfrentan mayores dificultades de crecimiento. El IMAE es uno de los principales instrumentos de análisis de corto plazo. Su comportamiento incide en la percepción sobre la evolución del PIB y es utilizado como insumo clave por el sector público y privado, desde la planificación de políticas económicas hasta las proyecciones de inversión.

El gráfico del IMAE desestacionalizado y sus variaciones mensuales (2016-2025) muestra con claridad la volatilidad que aún persiste: después de los desbalances extremos de 2020, la serie fue recuperando estabilidad, con subidas y bajas mensuales alternadas alrededor del cero. Julio aparece como un mes con lectura claramente positiva, lo que confirma el repunte registrado en los datos oficiales.

A corto plazo, la mejora puede traducirse en un repunte del empleo formal y en un mayor dinamismo del consumo, siempre que la recuperación se sostenga. En términos fiscales y de inversión, los datos justifican cierta cautela: las empresas y los inversores buscarán señales de continuidad antes de traducir el impulso en ampliaciones de capacidad o mayores contrataciones.

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