21 de agosto 2018 - 22:57

Un sondeo sugiere la posibilidad de balotaje Haddad-Bolsonaro

• LULA SIGUE CÓMODAMENTE AL FRENTE, PERO ES DIFÍCIL QUE PASE EL FILTRO DE LA JUSTICIA ELECTORAL
Ese escenario es el más temido por los inversores, lo que se expresó en nuevas tensiones en el mercado cambiario. El conservador Alckmin no logra llegar siquiera al 5% de intención de voto.

Rodeado. Fernando Haddad, potencial sucesor de Lula da Silva, en una foto reciente junto al excanciller Celso Amorim y al premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel-
Rodeado. Fernando Haddad, potencial sucesor de Lula da Silva, en una foto reciente junto al excanciller Celso Amorim y al premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel-
Una encuesta divulgada ayer en Brasil, la primera desde la inscripción de candidaturas para las elecciones de octubre, ratificó el favoritismo de Luiz Inácio Lula da Silva, pero dejó instalada una posibilidad que supone un puñal para el mercado financiero: dada la alta probabilidad de que este sea inhabilitado, la de un segundo turno entre su delfín, Fernando Haddad, y el ultraderechista Jair Bolsonaro.

De hecho, la reacción de los inversores tras la divulgación del estudio llevó el dólar al alza 1% hasta los 3,96 reales, su mayor cotización en dos años.

El sondeo, que la consultora MDA realizó para la Confederación Nacional del Transporte (CNT), uno tradicional y muy seguido en Brasil, arrojó que la intención de voto de Lula da Silva se incrementó en 5 puntos hasta el 37,3%, lo que lo convierte en favorito excluyente no solo para la primera vuelta del 7 de octubre, sino para el segundo turno del 28. La estrategia de mostrar al exmandatario como un preso político y como víctima de una acción político-judicial proscriptiva parece estar rindiendo frutos.

El liderazgo del expresidente, preso desde abril por corrupción, no es, precisamente, del agrado del mercado. Pero la alta probabilidad de que la justicia electoral lo inhabilite antes del 17 de septiembre en virtud de la llamada ley de "ficha limpia", que impide las postulaciones de condenados en segunda instancia, no mejora el panorama para ese sector influyente.

En efecto, en segundo lugar sigue figurando el diputado y excapitán del Ejército Bolsonaro, quien creció más de 2 puntos hasta el 18,3%. Pese a que este nombró como "sherpa" económico al banquero ultraliberal Paulo Guedes, su discurso de ultraderecha, homofóbico, misógino y prodictadura espanta a muchos.

Si Lula duplica a Bolsonaro, este aventaja también por mucho a los que vienen atrás. En el estudio de MDA, los siguen la ecologista Marina Silva (5,6%), el conservador exgobernador de San Pablo Geraldo Alckmin (4,9%) y el socialista moderado Ciro Gomes (4,1%).

La posición de Alckmin fue particularmente decepcionante para los operadores, que observan que no logra levantar cabeza a pesar de contar con el respaldo del establishment y de haber realizado alianzas con varios partidos de centro.

En los comicios, para ellos, se juega la continuidad de las reformas promercado impulsadas por el actual presidente, Michel Temer, en particular la del techo del gasto público por diez años y la laboral. La reforma previsional, crucial para la sustentabilidad fiscal del país, es considerada la gran asignatura pendiente para el próximo Gobierno.

Lula se impone en cualquier escenario de balotaje, pero lo trascendente surge de los datos que MDA aporta sobre un escenario sin él en la cancha. En este, Bolsonaro derrota a cualquier rival, aunque por diferencias ubicadas dentro del margen de error.

"Un problema de esta encuesta es que no hay escenarios construidos sin la presencia de Lula. Por otro lado, hay que percibir la enorme dificultad de Alckmin para crecer", le dijo a Ámbito Financiero el analista político y profesor de la Universidad Católica de Brasilia Creomar de Souza.

Con todo, si bien MDA no incluyó en sus escenarios al compañero de fórmula de Lula, el exministro de Educación y exalcalde de San Pablo Fernando Haddad, sí dio una idea de la magnitud en la que este podría beneficiarse de un llamado de Lula a votarlo, un 17,3%, suficiente a priori para depositarlo en un segundo turno con Bolsonaro.

Una pregunta es si esa transferencia potencial es el final o el comienzo del crecimiento de Haddad. "Aún no está clara la cuantía de ese proceso. Porque, de hecho, tradicionalmente, el Partido de los Trabajadores tiene el 30% de los votos", añadió De Souza.

Marcelo Rech, director del Instituto InfoRel de Brasilia, señaló, por su parte, que "el PT trabaja, aunque no públicamente, para que Haddad reemplace a Lula". Por eso el debate en la izquierda se calienta cada día más.

"Hay una corriente, en la que está Jaques Wagner (exgobernador de Bahía y ex jefe de gabinete de Dilma Rousseff), que defiende la idea de que Haddad asuma ya la candidatura. Y hay otra, liderada por la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, que pretende mantener a Lula como candidato hasta el último segundo del último día posible. El primer sector está creciendo, porque cada vez más personas se convencen de que mientras más tiempo se demore la definición, Lula será capaz de transferir menos votos", añadió Rech.

El analista explicó que la indefinición de la sucesión en la izquierda "es una jugada arriesgada, porque mientras Haddad no sea el candidato oficial, el PT queda fuera de los debates (en TV) y de las entrevistas. Pierde espacio, además de parecer que intenta violar las reglas" al insistir con una postulación jurídicamente inviable.

El dilema de, eventualmente, tener que optar entre el ultraderechista Bolsonaro y Haddad, el delfín del líder de la izquierda, puede resultar un tormento para los hombres de negocios, en particular, y para el electorado liberal-conservador del país, en general.

El expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), presidente honorario del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), al que pertenece Alckmin, habló de su rechazo a la figura de Bolsonaro en una entrevista con Folha de São Paulo.

"Bolsonaro asusta con sus soluciones simplistas y autoritarias. No creo que tenga la experiencia y la visión democrática para aceptar al otro con facilidad", señaló.

¿Será que habrá un voto republicano contra ese defensor de la dictadura (1965-1984) y hasta de la tortura?

Para Rech, "el PT va apoyar a Alckmin si este llega a la segunda vuelta. Ahí sería todos contra Bolsonaro". "Fernando Henrique defiende una alianza PSDB-PT contra Bolsonaro. Él entiende que los dos partidos juntos son capaces de evitar esa amenaza y pacificar el país. Pero creo que eso no será aceptado dentro del PT. Probablemente avanzarán en lo que les interese a ambos, pero todo en las sombras", agregó.

Ocurre que las alianzas son difíciles cuando se pretende que funcionen en una sola dirección. ¿O acaso puede esperarse que el PSDB, el partido del establishment, dé el paso de apoyar a Haddad en caso de un mano a mano entre este y el cuco?

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