1 de julio 2002 - 00:00

Dicen en el campo...

... que, la AgroActiva que esta vez se realizó en Pergamino fue todo un éxito, tanto en visitantes como en expositores. A diferencia de otras muestras «dinámicas», aquí hubo muchos fierros, además de vehículos (especialmente camionetas y pickup), y se concretaron varias operaciones. La ausencia más notable se registró en el área de insumos, aunque parece que la decisión de no asistir no respondió a la falta de expectativas sobre la muestra. Más vale, comentaban varios, los representantes de agroquímicos y semillas parecen temer un escrache por parte de los productores ante la falta de definición sobre las deudas previas, y la postura intransigente por mantener la dolarización de las mismas que enarbolan algunas multinacionales. Al miedo al cacerolazo se sumaría un asunto bastante más pragmático que, de acuerdo con algunas interpretaciones, indica que varias empresas «necesitan» la Resolución 10 (que impuso la excepción a la pesificación para estas deudas), para poder cerrar los balances sin «blanquear» los verdaderos quebrantos que tienen... Por ahora, ni el Congreso ni el ministro Roberto Lavagna ni el secretario Rafael Delpech terminan de pronunciarse en forma definitiva sobre el conflicto.

... que, aunque se sabe poco y nada de la actividad -oficial- de los subsecretarios de Agricultura, parece que igualmente no están librados de las internas. En tal sentido, recientemente se comentaban las «diferencias» que habría habido entre... Quevedo Carrillo y el titular del Programa Social Agropecuario, Gastón Bordelois. Es que el ruralista, hombre fuerte de la actividad tabacalera, habría pretendido avanzar sobre el área social, lo que, lógicamente, fue resistido. El PSA, exitoso programa creado en la década del '90, cuenta con un presupuesto de 6 millones, aunque las trabas impuestas a los desembolsos este año apenas habrían permitido ejecutar menos de 10%. Aun así, la tradicional -salvo honrosas excepciones- «sed de manejo» que caracteriza a buena parte de los funcionarios públicos habría llevado a una superposición de programas y a un manejo muy discrecional que, naturalmente, desemboca en una muy ineficiente asignación de los ya magros recursos...

... que el incremento de los delitos en las áreas rurales está alcanzando una magnitud tal que los productores ya no saben qué hacer para defenderse. Si bien en las provincias más grandes, la cantidad de delitos es lógicamente mayor (con algunos lamentables casos extremos como Pergamino o Madariaga), ahora también algunos estados más chicos, o que eran más tranquilos, como las tierras del gobernador Angel Rozas o de Sergio Montiel se están acercando peligrosamente a los récords. Según la actual encuesta de elrural.com, la escalada del cuatrerismo en ciertas localidades chaqueñas, o en los alrededores de San Salvador, en Entre Ríos, está llegando a niveles inusitados. Pero, si bien el robo y la matanza de hacienda (muchas veces ligados a la aparición de «nuevas» carnicerías en la zona) siguen siendo los delitos más frecuentes, la novedad ahora es que ya nada se libra del accionar de los ladrones. Saqueo de casas, máquinas, herramientas, cubiertas, armas, animales de granja, granos o agroquímicos, pasando por los ataques personales, están a la orden del día. Pero lo más sorprendente es que aparecen casos extremos, como el que denuncia la desaparición de un ¡galpón!, o el de un productor de Giles, al que le robaron las tranqueras... Evidentemente, algo parece no cerrar muy bien entre las autoridades, la Policía y los damnificados...

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