3 de enero 2006 - 00:00

Se debe reacomodar el mercado de carne

Rusia ya es un comprador no sólo en volumen, sino que pronto también habilitará a nuestra carne fresca para ser vendida en el país de los zares.
Rusia ya es un comprador no sólo en volumen, sino que pronto también habilitará a nuestra carne fresca para ser vendida en el país de los zares.
Muchas veces nos detenemos sin sentido a ver lo que falta, lo pendiente o inconcluso. Pensamos que en materia ganadera llegó la hora de hablar no de utopías o posibilidades, sino de realidades concretas.

Hoy, el mercado mundial está demandando carne de alto valor biológico y calidad.

Demanda alta, pero escasa cantidad para abastecer, razón más para velar por nuestro patrimonio y no atentar contra él.

Rusia ya es un comprador no sólo en volumen sino que pronto habilitará nuestra carne fresca para ser vendida en el país de los zares. Chile dejó las carnes brasileña y paraguaya por la nuestra, siendo la Argentina posible proveedor de más de 70% del mercado chileno si hacemos las cosas bien. La Unión Europea ya no puede seguir perdiendo plata con su ineficiencia y debe atender la presión de sus nuevos miembros por carne de calidad, patrimonio casi exclusivo argentino
.

La aftosa de Brasil, si bien preocupa como vecino del Mercosur, abre nuevos mercados como les ocurriera a ellos con nuestro fatídico 2000-2001.

Estados Unidos pronto aceptará nuestras carne bovina, criterio que también seguirá Canadá y por qué no México para completar el NAFTA
. Que Estados Unidos vuelva a Japón no impide en nada en que nosotros lleguemos a ellos, es más, nos necesitarán para tener carde de calidad.

Visto a grandes rasgos, amén de la reciente demanda de países de Africa y Asia, China lejana pero posible, hacen ver un panorama realmente espectacular e impensado hasta para el más optimista hace apenas pocos meses. Evidentemente este contexto internacional no tiene el mismo correlato en el nivel local. Donde con medidas populistas se desvirtúa la relación campo-ciudad y se confunde el eje y razón de nuestro mensaje, «el señor consumidor».

Como sabemos que él maneja las armas en este negocio y es nuestra obligación llegar a su plato, consideramos que debemos ser más eficientes, y no pretender ser los eternos salvadores de la dieta nacional. Es absurdo comer más carne con más población y menos vacas, por ello se debe tener memoria y no caer en políticas que crearán parálisis al desarrollo de la ganadería local
.

Recordar esto, posibilitará aprovechar el escenario internacional antes citado, y atender el mercado interno, que deberá inexorablemente reacomodarse a esta mayor demanda y propiciar un aumento de oferta, aceitando la producción.

Para lograrlo se deberá tener seguridad jurídica, hoy escasa o ausente, ser previsible y no tener temor al crecimiento y desarrollo. Desconocer esto traerá achicamientos, menos rodeos, menos producción. Menos gente involucrada en el negocio y, por supuesto, menos carne para todos. De allí que reiteramos una vez más las distorsiones que producen las retenciones y medidas arbitrarias y abusivas que generan malestar, incertidumbre y, peor aún, consiguen hacer mal lo que tenemos todos para desarrollar la excelencia en materia ganadera
. ¡No olvidemos que el futuro es hoy!

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