Es tan noble la actividad ganadera que, solamente trabajando 55% de sus empleados, todavía no ha muerto. Y, para colmo de males, a estos dificultosos nacimientos no se les deja expresar su potencial, pues enseguida se los asesina. A su vez, repárese en que estos pocos, por más excelentes que sean, no son aceptados en el gran escenario debido a las travesuras (virus ST, silencio tramposo) que nos dejó el papelón aftósico.
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Al ser un productor con todos mis sentimientos y fuerzas puestas en la ganadería, quiero un cambio que posibilite una mejor supervivencia a ese paciente, y una vez sano, le permita entrar a jugar en el gran mercado, ése que perdimos y debemos conquistar y recuperar para siempre. Es hora de diseñar una estrategia a nivel nacional, o sea, una política ganadera con mayúscula, donde se potencie la producción, estimulando el aumento de preñez, con sus consiguientes destetes y un correlato con la faena y no infanticidio de esta producción.
Todo esto, dentro de un marco de estabilidad y seguridad sanitaria, nos pondrá al alcance de estas incesantes bocas que nacen y crecen a razón de más de 1.500.000 de personas nuevas por semana en este planeta que habitamos.
• Orgullo
Al ser nieto de inmigrante, me siento orgulloso de que mis antepasados hayan venido a forjarse y forjar un porvenir, pero no me gustaría y me decepcionaría ser mañana abuelo de emigrado. Por ello, considero vital no seguir perdiendo tiempo ni terreno. Estas asignaturas pendientes las aprovechan nuestros competidores; mientras nosotros cabildeamos, vecinos como Brasil arrasan. Han instalado en el mundo la confusión con la carne bovina. A nosotros nos compete y es nuestro deber hablar de carne argentina, no de Sudamérica. La Argentina está dentro de este continente; todos lo sabemos. Pero es nuestra obligación que se sepa que lo que vendemos es carne bovina argentina ( no sudamericana). Otro ítem merece La Pampa, la tan mentada marca Pampa usada también por nuestro vecino. Señores, La Pampa está en la Argentina; lo que tenemos que hacer nosotros es ponerle ruedas y alas a la producción; si no, como vimos, otros lo hacen por nosotros y con beneficio propio. Nos desarrollaremos y nos potenciaremos en todos los aspectos, conociendo primero el motor y colocando en él combustible adecuado.
Al ser ese motor el gran campo argentino para poner en pleno funcionamiento al país, es prioritario tener una política de crecimiento lógica que apueste a la producción.
La única emigración en la Argentina deben ser nuestras exportaciones. Nuestros aeropuertos, rutas, puertos y vías navegables deben estar dispuestos en forma permanente para facilitar la salida de nuestra producción confiriéndole todo el valor agregado que da la marca argentina.
Si se dan cuenta todos, menos nosotros. No queremos perder la esperanza de que en un futuro inmediato nos sacaremos la modorra, se terminará el aletargamiento y conquistaremos el favor de todos los consumidores del mundo de nuestra carne bovina, con su elección.
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