Campañas políticas reactivan al menos negocio gastronómico
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«Hasta ahora, no hemos tenido grandes eventos políticos, pero seguramente comenzarán a producirse en los meses venideros», admite Mario Cristo, del hotel de la familia González. El ejecutivo no califica de «evento político», por caso, a la reunión organizada por la Fundación Cámara de Comercio Argentino Española (FUCAES), de la que el economista y precandidato presidencial Ricardo López Murphy fue orador principal. «Un evento político es, para nosotros, uno organizado por un partido o grupo, no por empresarios. Y si bien no descartamos ningún negocio, no nos parece prudente poner en riesgo la seguridad o el confort de nuestros huéspedes por un acto. Cuando llegue el momento, estudiaremos cada caso», dice Cristo.
•Riesgo
Y si bien no serán más que un paliativo para hoteles que requirieron cuantiosas inversiones, también es cierto que hoy cualquier ingreso extra es bienvenido. Es que, según la consultora internacional HVS, la ocupación promedio de los cinco estrellas de la Argentina rondó 38,6% en el primer semestre de 2002. Esa cifra llegó a ser de 79,3% en 1998, y el año pasado (cuando el sector ya se quejaba amargamente de que los números no cerraban), se ubicó en 58% para el mismo período. Desde ya, la devaluación no ha tenido efectos benéficos sobre la actividad, salvo la caída de los costos locales; pero la avalancha de turistas extranjeros que imaginaban los abogados de la devaluación -al menos, hasta ahoraestá muy lejos de producirse.
Cabe apuntar, además, que los cinco estrellas tienen una clientela básicamente «corporate», de viajeros por negocios. Esos huéspedes, ante la falta de negocios que realizar en el país, han dejado de venir a Buenos Aires, y no parece que los hoteles vayan a recuperar a esos clientes en el futuro cercano.
Lo más dramático para los hoteleros es que la caída de la ocupación viene acompañada de un desplome en la tarifa promedio. El pico de este indicador se produjo -siempre de acuerdo con los estudios de HVS-en 1999: ese año, los huéspedes de los cinco estrellas pagaron u$s 203 promedio. Este año, en el primer semestre, cayó a u$s 117 (poco más de la mitad). La proyección de la consultora que encabeza Arturo García Rosa indica que a fin de año la tarifa promedio caerá aún más, a u$s 104, con una ocupación de apenas 34,5%.
En el mismo sentido, la facturación de todos los hoteles de lujo del país proyectada para 2002 no llegará a los u$s 40 millones, muy lejos de los u$s 128 millones registrados en 1998 (con menos hoteles abiertos). Por eso, cualquier aporte (incluido el de los políticos y sus banquetes) será bienvenido en este castigado sector.
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