4 de junio 2025 - 00:00

Diálogos de Wall Street: ¿EEUU entrará al default? ¿Qué pasará con el techo de deuda?

El secretario del Tesoro promete que no habrá un default. Tiempo atrás, ¿quién podía pensar en algo así? ¿Qué tan grave es la situación del mercado de bonos, Gekko, como para que se hable del tema?

El experto que se escuda bajo el seudónimo de Gordon Gekko analiza la actualidad de Wall Street.

El experto que se escuda bajo el seudónimo de Gordon Gekko analiza la actualidad de Wall Street.

Periodista: “EEUU no va a entrar nunca en default”, dice el secretario del Tesoro, Scott Bessent. “Eso no va a suceder”. Impresiona tan solo que tenga que salir a aclararlo. ¿Tan dañada está la reputación de la deuda?

Gordon Gekko: Nadie está pensando en llegar a ese extremo. Pero hoy el Tesoro hace acrobacias con el flujo de fondos para no violar el techo de la deuda pública. La pregunta venía a cuento de las negociaciones para levantar el tope de endeudamiento en el Congreso, y sus dificultades. Hacía referencia al eventual momento X en que se agotan los mecanismos excepcionales para administrar la caja y – si no se forja un acuerdo legislativo - hay que tomar una decisión rotunda. Lo que señala Bessent es que el default no va a ser nunca esa decisión.

P.: El mes pasado, el Tesoro dijo que era razonable esperar que esa fecha tentativa X cayera en agosto. ¿Es así?

G.G.: Eso dijo. La Oficina de Presupuesto del Congreso estimó, en su momento, que podría ser en agosto o septiembre. Y hay quien piensa que se podrán estirar las medidas extraordinarias hasta octubre. El Bipartisan Policy Center, por caso. Mucho depende del comportamiento de la recaudación, y de los fondos especiales a los que Bessent quiera echar mano transitoriamente. En principio, el paquete impositivo debería aprobarse a más tardar el 30 de septiembre.

P.: No será fácil.

G.G.: Para nada. Costó muchísimo pasarlo por la Cámara de Representantes y se logró por un único voto. Y el Senado es otro drama. Habrá que aceptar muchísimos cambios para tener éxito. Y si es así, la versión modificada deberá volver a la Cámara Baja. Y será otra pelea.

P.: Será un parto de los montes. Aun con mayorías en ambas cámaras.

G.G.: Hay que olvidarse de los demócratas. Votaron todos en contra. El problema es arrear a la propia tropa. Es extenuante pero no imposible. Trump tiene predicamento suficiente para alinear a los díscolos, y el Speaker Johnson ha mostrado dotes camaleónicas para satisfacer demandas de lo más diversas. Creo por eso que el pasaje del paquete al 30 de septiembre es el escenario más probable.

P.: ¿Por qué insiste con esa fecha?

G.G.: Porque la única manera en que la iniciativa prospere es por la vía de la resolución, que es un mecanismo especial que permite su aprobación por mayoría simple en el Senado. Y la autorización para usar ese camino expira el 30 de septiembre.

P.: El paquete contempla un aumento del techo de la deuda, ¿no es cierto?

G.G.: De u$s4 billones.

P.: ¿Y no cree que lo vayan a cambiar en la negociación?

G.G.: Trump quería eliminar el techo de la deuda después que ganó la elección y antes de asumir. Lo hablamos en su momento. No lo consiguió. Y heredó el problema. La deuda total suma u$s36 billones. Lo que quiere es librarse de este corsé por el resto de su mandato. Si el paquete se aprueba, le van a correr el techo, aunque quizás menos que lo que pide.

P.: Entiendo. No va a haber default por una disputa política, dice Bessent. Pero si se aprueba la rebaja impositiva, el déficit fiscal se va a disparar. Jamie Dimon, el CEO de JPMorgan, insiste en que se juega con fuego. “Va a haber una crisis con la deuda pública”, sostiene. Está convencido de ello, aunque reconoce que no sabe si va a ocurrir en seis meses o en seis años. El déficit que dejó la Administración Biden – en una economía rebosante de vigor - se ubica en 6,4% del PBI. ¿Existe apetito entre los “bond vigilantes” para financiar una ampliación adicional?

G.G.: No. Ninguno. Trump lo sabe. Bessent lo sabe. Y lo sabe el Congreso. La FED bajó las tasas cortas 100 puntos base entre septiembre y diciembre últimos. Las tasas largas treparon 120. Es un mensaje muy potente. FED funds bajó de 5,50% a 4,50%. La tasa de 10 años estaba en 3,60% antes que la campaña electoral entrase en su milla definitoria. Con una economía que volaba (y una inflación más alta que la actual). Hoy ronda 4,40% / 4,50%. La tasa de 30 años merodea 5%. Ante el primer atisbo de una política fiscal acelerando a contramano, tendremos otro zarpazo hacia arriba.

P.: Ya vimos las dificultades para colocar la última tanda de bonos del Tesoro a 20 años.

G.G.: Estamos avisados de sobra. Son los bonos, y es el dólar que tambalea. Y sin embargo la idea del paquete impositivo es llevar el déficit a 8% en 2026.

P.: Sería una imprudencia. Y le daría la razón a Dimon, quizás antes de lo que él mismo podía esperar.

G.G.: Ya advertimos en abril que no hay apetito para una aventura así. Pero la política va a insistir. Los mercados serán, en última instancia, los que le pongan freno. Trump confía en que la recaudación por los aranceles sufrague el costo, pero no alcanza. Bessent tiene algunas cartas bajo la manga. La regulación – por ejemplo, si se modifica el ratio de apalancamiento suplementario (otra vez) – puede hacer que los bancos absorban más bonos del Tesoro. Pero, son parches. Y los mercados van a ejercer su presión antes que el paquete sea sancionado, mientras se discute. Por eso es que, así y todo, hay compradores de bonos largos. Y los flujos son importantes. No ignoran el riesgo. Piensan que los rendimientos son buenos – vis a vis, la inflación esperada – y toman posición, descontando que al final los mercados van a imponer la disciplina. Un poco como pasó con la Bolsa y la retracción de los aranceles recíprocos.

Dejá tu comentario

Te puede interesar